Sobre los usos desbordados del objeto

Irma Álvarez-Laviada, Elvira Amor, Nadia Barkate y Belén Uriel exponen en Moisés Pérez de Albéniz

Madrid,

En meses en que las galerías vienen ofreciendo giros alternativos a los planteamientos habituales de sus exposiciones, en forma de encuentros inesperados y dinámicos (en Maisterravalbuena) o de muestras comisariadas y de tesis (Ponce + Robles, Lucía Mendoza), la sala Moisés Pérez de Albéniz reúne en su nueva propuesta, significativamente llamada “S/T” y por primera vez, la obra de cuatro artistas jóvenes y de trayectoria firme: Irma Álvarez-Laviada, Elvira Amor, Nadia Barkate y Belén Uriel. Será este el primero de una serie de proyectos con el mismo (no) título que no podemos considerar como colectivas al uso: reunirán a diversos autores, pero sus individualidades no quedarán diluidas sino remarcadas.

Entre los trabajos de Álvarez-Laviada, Amor, Barkate y Uriel se proponen diálogos que inciden en las inquietudes propias de estas autoras. Las de Barkate pasan por la exploración de las posibilidades del dibujo expandido: trabaja con los códigos del arte gráfico y de la escultura y también con fotogramas que nos hablan de su imaginario personal. Pueblan su cosmos figuras que nos son familiares: medusas griegas y japonesas, torsos sin miembros que evocan el Gaddi Torso de los Uffizi o esculturas que sugieren la técnica de los paños mojados según Fidias. El espacio de sus pinturas lo ocupa con procedimientos de la escritura: narrando historias cotidianas valiéndose de una iconografía tan personal como reconocible y haciendo uso de una temporalidad ambigua.

Sus formas son descriptivas e ilustran, alumbrando a su vez nuevas ficciones, y los trazos, cuando son fallos controlados, se subrayan como parte del proceso creativo.

Vista de la exposición. Nadia Barkate y Belén Uriel
Vista de la exposición. Nadia Barkate y Belén Uriel

Decía Roland Barthes, en su conferencia Semiótica del objeto, que los que tienen siempre, en principio, una función, una utilidad, un uso, creemos vivirlos como instrumentos puros, cuando en realidad suponen otras cosas, son también otras cosas (…) Hay un sentido que desborda el uso del objeto. Belén Uriel suele apropiarse de los cotidianos para modificarlos y articular a partir de ellos un juego de signos en el que quien observa puede participar activamente: se le invita a poner en cuestión sus ideas sobre el rol de la cultura material.

Podemos contemplar en Moisés Pérez de Albéniz sus esculturas, realizadas fundamentalmente en vidrio y metal: encontraremos la tapa de un contenedor de basura que puede asemejarse a una cabeza humana o a una flor, una percha que puede cobijar un torso, una botella de agua que cuelga de un brazo de aluminio u objetos de fisionomía modificada para remitir nuevamente al cuerpo humano: podemos intuir aún su forma primera, pero en las manos de Uriel su uso primero se ha perdido en favor de la sugerencia de otras imágenes.

Belén Uriel. Mobiliario urbano, 2019
Belén Uriel. Mobiliario urbano, 2019

También en la producción de Álvarez-Laviada objetos y materiales escapan a sus usos originales: ocurre en series como S.T (lo necesario y lo posible), en la que esta autora trabajó con espuma aglomerada, habitualmente empleada como aislante térmico o acústico o como protector de piezas artísticas; también en S.T. (Algo que ver, algo que esconder), ejecutada con cartón milimetrado de color. Invierte así esta artista asturiana consideraciones jerárquicas, concediendo visibilidad a materias primas que no solían contar con ella en la esfera artística, y en paralelo maneja una idea de vacío como “aquello que no está presente, pero no por eso deja de ser visible”. Lo considera, por tanto, una oportunidad para la creación, el diálogo con el espacio y el encuentro e interacción entre materiales. Podríamos considerar su obra una futura arqueología de nuestro tiempo.

Vista de exposición. Irma Álvarez-Laviada. Sin título (Lo necesario y lo posible VIII),2019 y (Lo necesario y lo posible III),2019
Irma Álvarez-Laviada. Sin título (Lo necesario y lo posible VIII), 2019 y (Lo necesario y lo posible III), 2019

La última pata de la mesa de esta exposición sin título y diversa es Elvira Amor: se han seleccionado para esta ocasión algunas de sus pinturas abstractas, basadas en la imbricación entre formas y color, quedando las primeras a menudo inacabadas y sugiriendo que podrían continuar más allá de los límites del lienzo hasta devenir objetos. Los segundos, los colores, los elige cuidadosamente, hasta el punto de que la relación entre unos y otros forma parte de su ya reconocible vocabulario personal.

Sus obras están marcadas por una gestualidad que tiene mucho de expresión corporal: las personales formas curvas contrastan con las rectas que delimitan las telas y que parecen no poder delimitar las primeras, con vocación expansiva. Explican Paula Noya de Blas y Ester Almeda que Elvira Amor no esconde nada, pese a las superficies lisas y trabajadas que encontramos en su obra.

La tridimensionalidad que sugieren sus pinturas está también presente en sus esculturas, que podemos entender como extensiones de su obra pictórica, construida a base de planos de color y generadora de geometrías que juegan con el punto de vista desde el que podemos observarlas.

Vista de la exposición. Elvira Amor
Vista de la exposición. Elvira Amor
Vista de la exposición. Elvira Amor
Vista de la exposición. Elvira Amor

 

 

“S/T. Álvarez-Laviada, Amor, Barkate, Uriel”

GALERÍA MOISÉS PÉREZ DE ALBÉNIZ

c/ Doctor Fourquet, 20

Madrid

Del 6 de febrero al 10 de abril de 2021

 

 

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