Allora y Calzadilla, una conexión cósmica

El dúo exhibe proyectos fundamentales en Azkuna Zentroa

Bilbao,

Pronto hará treinta años desde que, en 1995, Jennifer Allora y Guillermo Calzadilla, estadounidense y cubano, ambos nacidos en la primera mitad de los setenta, colaboran en una práctica artística definida por su amplitud y por su vocación experimental: a partir de trabajos de investigación extensos, su obra marca intersecciones entre la historia, la cultura material y la política en medios muy diversos, desde la performance, la escultura y el sonido al vídeo y la fotografía. En algunas de sus propuestas, incluso, lo visual se subordina a lo auditivo y el sentido del oído puede conducir al espectador en sus exposiciones, pues entienden que lo acústico representa una expansión sin interrupciones que desafía la concepción perimetral de las salas.

Propone este dúo una multiplicidad de formas de habitar el mundo, modos de existencia que evocan lo humano y lo animal, también lo orgánico y lo mineral. Incluso lo activo y lo latente: el aspecto de algunas de sus piezas es el de dispositivos inactivos; otras suenan o son activadas por intérpretes. Un asunto candente, en todo caso, muy presente en sus proyectos últimos es la crisis múltiple que padece Puerto Rico en lo económico y lo medioambiental: desde la irrupción, en 2017, de los huracanes Irma y María, la situación de emergencia que ya vivía la isla se ha agravado, ahondándose además su dependencia respecto a la ayuda estadounidense y prolongándose el que estos autores consideran un régimen colonial encubierto.

Algunos proyectos fundamentales de la última década de trayectoria conjunta de Allora y Calzadilla podrán verse, desde el próximo 20 de junio, en la muestra “KLIMA” en Azkuna Zentroa, bajo el comisariado del director de ese centro bilbaíno, Fernando Pérez. Enlazan cuestiones históricas, políticas, culturales y ecológicas y, en cuanto a sus técnicas, esculturas, fotografías, performances, arte sonoro y vídeo: el espectador podrá adentrarse en la muestra desde el propósito de convertirse en sujeto de una experiencia estética y abierto a encontrar los significados de las obras reunidas por caminos que no siempre serán literales, también metafóricos. El montaje incidirá en los lazos en sus creaciones de lo performativo y lo escultórico: algunas obras se representarán periódicamente, en colaboración con músicos locales.

El título de la exhibición remite a Grecia y al funcionamiento inamovible del cosmos (El concepto de KLIMA, que se remonta a los griegos, significa inclinación hacia el sol. Todas las obras de esta cronología abierta abordan una orientación hacia el sol adoptada por todas las formas de vida. Cada obra puede considerarse un clima único que, en conjunto, crea un enredo cósmico, desde hace 4.000 millones de años hasta el presente), porque los trabajos llegados a Bilbao tienen que ver con la evolución de la vida en la Tierra y el tiempo geológico; a ellos se supeditan reflexiones de estos autores sobre la geopolítica, los recursos energéticos, la justicia ecológica o el postcolonialismo.

Allora & Calzadilla. The great silence, 2014
Allora & Calzadilla. The great silence, 2014

La pieza más temprana del recorrido se proyectará en el auditorio de Azkuna Zentroa: The Great Silence, datada en 2014, es una videoinstalación centrada en el mayor radiotelescopio de apertura única del mundo, que se ubica en Esperanza (Puerto Rico) y que transmite y capta ondas de radio hacia y desde los confines universales, comunicando de algún modo al pequeño país con el espacio, desafiando fronteras e influencias internacionales. En el mismo año se fecha la performance sonora Lifespan, que será en Bilbao activada por tres vocalistas que interpretarán una composición de David Lang, silbando y soplando aire hacia una muestra de roca del periodo Hadeico de cerca de 4.000 millones de años de antigüedad.

Allora & Calzadilla. Lifespan, 2014
Allora & Calzadilla. Lifespan, 2014

Tres de las obras más significativas de la exposición las llevaron a cabo en 2020, el año pandémico; la primera es Entelechy, una gran escultura de carbón moldeada a partir de un árbol que derribó un rayo, con madera de pino – Pinus sylvestris– obtenida del bosque francés de Montignac, donde se encuentra la cueva rupestre de Lascaux: de nuevo conectan sus propuestas con creaciones minerales. Cadastre, por su parte, es una pieza de limaduras de hierro sobre lienzo que representa los experimentos artísticos que el dúo ha efectuado con el electromagnetismo y con la red energética, concebida como nexo muy complejo de tensiones. La tercera tiene que ver con la computación: Penumbra es un trabajo de animación digital con sombras, sincronizada con el recorrido del sol, que se proyectará por todo el espacio expositivo. Está basado en las caminatas que los poetas anticolonialistas Aimé y Suzanne Cesaire llevaron a cabo en el valle de Absalon de Martinica, junto a un grupo de artistas e intelectuales que huían de la Francia ocupada por los nazis en 1941.

Allora & Calzadilla. Entelechy, 2020
Allora & Calzadilla. Entelechy, 2020

Quizá la obra más buscada sea Graft (2021), bella e inquietante a partes iguales: hablamos de una instalación compuesta por 17.500 flores, hechas estas de cloruro de polivinilo reciclado y pintura; Allora y Calzadilla quieren con ellas recordar la deforestación sistémica y el agotamiento de la flora y la fauna originarias del Caribe. Esas extinciones las consideran estos artistas un legado de la destrucción colonial.

Muchos de estos proyectos remiten claramente a los intereses recogidos en su intervención en el Pabellón estadounidense en la Bienal de Venecia de 2011: Glória, concebida como crítica performativa de las narrativas y símbolos presentes en el nacionalismo político, cultural y económico de aquel país.

Allora & Calzadilla. Cadastre, 2020
Allora & Calzadilla. Cadastre, 2020
Allora & Calzadilla. Penumbra, 2020
Allora & Calzadilla. Penumbra, 2020

 

 

“Allora & Calzadilla: Klima”

AZKUNA ZENTROA

Arriquibar Plaza, 4

Bilbao

Del 20 de junio de 2024 al 6 de enero de 2025

 

Comentarios