500 piezas para descifrar a Hokusai

El Grand Palais dedica una amplia monográfica al artista japonés

Hokusai

GALERIES NATIONALES DU GRAND PALAIS

Porte Champs-Elysées, 3, avenue du Général-Eisenhower

París

París,

Además de disfrutar de la obra revolucionaria de Niki de Saint Phalle, si visitamos el Grand Palais de París antes del próximo 18 de enero podremos adentrarnos en los entresijos de la obra del que es, quizá, el artista japonés más reconocido internacionalmente gracias a sus treinta y seis vistas del Monte Fuji: Katsushika Hokusai.

Redescubierto en el siglo XIX, una etapa en la que era poco considerado en su país, gracias a la labor de artistas y escritores franceses como Félix Bracquemond, Émile Gallé o Edmond de Goncourt, su producción se difundió en el marco de la corriente de propagación del japonismo y los motivos presentes en sus quince volúmenes Manga inspiraron entonces numerosos dibujos, grabados y objetos artísticos. Sabido es que Van Gogh, Gauguin y los impresionistas coleccionaron sus estampas y se imbuyeron de su espíritu oriental a la hora de dar forma a algunas de sus composiciones y hay que recordar también que los ilustradores no fueron considerados como artistas en Japón al menos hasta la era Meiji (desde 1868), y hasta la II Guerra Mundial Hokusai no adquirió reconocimiento unánime en su país.

En Manga encontramos una antología de bocetos cuya presentación en París es inédita y conmemora el bicentenario de su publicación primera. Concebidos como libros pedagógicos para creadores jóvenes, los expertos se han servido de ellos prácticamente como enciclopedia de los modos cotidianos de vida en Japón durante el periodo Edo.

Hasta la II Guerra Mundial Hokusai no adquirió reconocimiento unánime en su país

Más allá de los clichés en torno al artista y de sus obras más icónicas, esta exposición parisina pone de relieve su prolífica labor y su constante evolución: se considera que Hokusai cambió de identidad artística en múltiples ocasiones durante su extensa trayectoria y sus primeras escenas costumbristas fueron dando paso a un cada vez mayor tratamiento de temas religiosos y del mundo natural.

Fue pintor, grabador y dibujante y el enorme número de piezas que llevó a cabo (miles) nunca estuvo reñido con un minucioso cuidado de su calidad: retrató a cortesanas y actores de teatro Kabuki, plasmó escenas cotidianas niponas, ilustró cuentos, mitos populares y refinadas tarjetas de felicitación y sus series de paisajes marcaron de forma indeleble el posterior desarrollo de la estampa japonesa. Sintetizó, con originales procedimientos, la tradición de su país y las influencias occidentales para dar lugar a paisajes de extraordinaria belleza.

Más de quinientos trabajos de Hokusai se dan cita en el Grand Palais en la que es su mayor retrospectiva internacional: grabados, dibujos preparatorios, libros y pinturas en ocasiones no mostradas antes al público. No faltan sus visiones del “mundo flotante” y Gran Ola.

La muestra incluye préstamos de los Museos de Arte e Historia de Bruselas y se ha estructurado en dos periodos temporales; en el segundo de ellos, un centenar de obras elaboradas sobre seda y papel serán reemplazadas por copias de tipo y calidad similar debido a la fragilidad de las piezas originales, que no pueden mostrarse en este tipo de proyectos más de siete semanas seguidas. Con motivo del cambio, la exhibición permanecerá cerrada entre el 21 y el 30 de noviembre.

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