William Bryan Jordan, historiador de arte estadounidense e hispanista que, hasta su muerte el pasado 2018, fue filántropo y patrono de honor del Museo del Prado -también consejero y conservador que ayudó a Algur Meadows a configurar los fondos de arte español del Meadows Museum de Dallas-, legó al museo madrileño, además de un retrato de Felipe III inédito a cargo de Velázquez que él mismo había descubierto, y que permitió avanzar en las investigaciones en torno a La expulsión de los moriscos, pintura datada en 1627 que se perdió en el incendio del antiguo Alcázar -para la que aquel retrato era estudio preparatorio-, La batalla de lapitas y centauros de Rafael Tegeo, pintor murciano a medio camino entre el neoclasicismo y el romanticismo, y veintiocho miniaturas que han recalado recientemente en Madrid.
Se trata de piezas realizadas sobre materiales diversos (cobre, cartón, metal o marfil), que vienen a completar los fondos de miniaturas del Prado, no muy extensos pero sí selectos (cerca de ochenta obras, algunas parte de una exhibición temporal en el verano de 2018) y que se atribuyen a autores fundamentales y bien representados en sus colecciones, como Sofonisba Anguissola (un retrato de la Infanta Isabel Clara Eugenia), Carreño de Miranda (una composición dedicada a un joven), El Greco (el retrato de una dama), Sánchez Coello o Juan van der Hamen.
Han llegado al Prado tras un depósito temporal en el Museo de Bellas Artes de Dallas y, además de en su calidad, su valor radica en su exclusividad: son escasas las miniaturas pictóricas realizadas en España en los siglos XVI y XVII que han llegado a nuestros días.
OTRAS NOTICIAS EN MASDEARTE: