Corría 2014 cuando abría sus puertas, en Madrid y Tarragona, la Galería Silvestre, que desde sus comienzos ha hecho de la pintura contemporánea el centro de su actividad expositiva sin dejar por ello de lado otras disciplinas, como el dibujo, la escultura o la fotografía. Tras desarrollar en ambos espacios una programación paralela, a través de un constante juego curatorial, su sede catalana se cerró y las propuestas de Silvestre se concentraron en la capital, donde continúan desplegando muestras cuyo eje sigue siendo la pintura, sobre todo aquella cuyo gesto enlaza con el pasado y el futuro. Los lienzos, sin embargo, son protagonistas de una orquesta no hermética ni homogénea, como no lo es el arte de hoy: ese medio sigue abriéndose en esta sala al diálogo con otras técnicas y sobre todo a los misterios cobijados en las grietas; desde ellas y desde las contradicciones sus responsables afirman trabajar.
Hasta el próximo 20 de julio, Silvestre acoge la exposición colectiva que conmemora ese quinto aniversario, titulada “Así que pasen cinco años”, en referencia al título de la obra teatral concluida por García Lorca en el verano de 1931 (terriblemente premonitoria, a esta sala le restará más vida). Reúne trabajos de trece autores que son o han sido representados por la galería o que han colaborado con ella en estos primeros años de andadura; algunos han participado de su mano en varias ferias: se trata de Marta Barrenechea, Catarina Botelho, Vicente Blanco, Gabriela Bettini, Martinho Costa, Almudena Fernández, David Fox, Irene González, Luisa Jacinto, Ella Littwitz, Gloria Martín, Germán Portal y Klaas Vanhee. De cada uno de ellos veremos dos obras: una que ya se ha expuesto en Silvestre y otra reciente que dialogará con ella.
“Así que pasen cinco años” quiere convertirse en una suerte de análisis del estado de la cuestión en la galería: como una mirada hacia atrás y una interrogación futura, un repaso a las búsquedas y una rememoración de lo hallado en las visitas a los talleres de estos artistas por los responsables de Silvestre, sobre todo de los primeros encuentros. En palabras de Vanessa H. Sánchez, cada uno de los artistas que aquí se presentan tiene una historia detrás de amor por el trabajo, compromiso por su labor de artista contemporáneo y su clara convicción de la importancia de sus decisiones en referente a la creación de sus obras.
Más allá de sus evidentes diferencias, la mayoría de los presentes apuestan por la pintura a la vez que lo hacen por el detenimiento en su contemplación, una quietud que es toma de postura definitoria en nuestra época, marcada por la saturación y a la vez por la homogeneización visual. El hecho de exhibirse obras pasadas y actuales de cada uno de ellos ha dado la posibilidad de plantear el recorrido de esta muestra como una especie de archivo: por un lado, se repasan discursos antes trabajados y se vuelven a reescribir; por otro, se vertebra una lectura posible de lo que entendemos por pintura hoy, que Sánchez enlaza con la definición del medio de Francis Bacon en el que lo consideraba enfrentado a la narración y la ilustración.
“Así que pasen cinco años”
c/ Doctor Fourquet, 21
Madrid
Del 25 de mayo al 20 de julio de 2019
