Después de tres décadas al frente del área de cultura y exposiciones de la Fundación MAPFRE y de haber convertido la institución en un referente nacional, con peso también en Europa, Pablo Jiménez Burillo ha anunciado que dejará su cargo como director del área de Cultura de Fundación MAPFRE a finales del próximo mes de diciembre. Una decisión en la que pesan los motivos personales y la necesidad de tomarse un respiro, si bien el aún director de la fundación ha indicado también que es bueno ceder el paso y ofrecer una oportunidad a gente más joven y perfectamente cualificada para asumir el reto que él mismo aceptó en su día. Considera así cumplida una etapa y da el relevo a Nadia Arroyo, la que ha sido su mano derecha los últimos años. Jiménez Burillo entiende que esta es una transición natural y se va con la tranquilidad de saber que deja su proyecto en manos de un equipo preparado y capaz de continuar la línea expositiva que caracteriza la programación de la Fundación MAPFRE, y que en líneas generales, dados los plazos con los que suelen trabajar, está cerrada ya hasta 2022-2023.
Mucho ha cambiado la forma de trabajar, e incluso los presupuestos, desde que en 1988 Pablo Jiménez Burillo llegara a MAPFRE, pero reconoce que en todo este tiempo siempre ha contado con una enorme libertad a la hora de plantear las exposiciones y se siente orgulloso, por ejemplo, de haber sido pioneros en la atención concedida por MAPFRE a la pintura de finales del siglo XIX, poniendo al día una época del arte español que necesitaba ser revisada y de la que hoy nadie se cuestiona su interés, pero sobre la que hace treinta años había grandes prejuicios. También considera un logro importante en su trayectoria haber contribuido a la creación de la primera sala dedicada exclusivamente a la fotografía con una programación estable, que acogió la primera retrospectiva en nuestro país de Walker Evans y tras él, de otros muchos autores fundamentales para la historia de la fotografía.
Aunque, quizás por su importancia y por ser un proyecto aún vivo, Jiménez Burillo habla con especial entusiasmo de lo que ha supuesto la creación del Espacio Miró en la ciudad. Hoy nos ha avanzado que están a punto de poner en marcha una entrada común con el Reina Sofía, como una extensión de la colección del museo y como forma de llamar la atención sobre el importante conjunto de obras del pintor que puede verse en Madrid, a las que se sumaría el mural del Palacio de Congresos del Paseo de la Castellana, que va a ser próximamente restaurado.
Además de este cambio en la dirección, a principios de 2019 habrá también nuevas inauguraciones, tanto en las salas de Madrid como en la de Barcelona. La primera en llegar será la de Anthony Hernandez, en el espacio de Bárbara de Braganza, desde el 29 de enero. Realizada por el Museo de Arte Moderno de San Francisco en colaboración con la Fundación MAPFRE, la muestra celebra más de cuarenta y cinco años de trayectoria de este singular fotógrafo. A partir del 7 de febrero “De Chagall a Malevich. Arte en la revolución” nos ofrecerá en la Sala Recoletos un recorrido por el arte de vanguardia ruso. También en febrero, pero en la Casa Garriga Nogués de Barcelona, se presentará “Berenice Abbott. Retratos de la modernidad”, un paseo por la fascinante mirada de la artista y su particular retrato de Nueva York. Hasta entonces, ya sabéis que podéis seguir disfrutando de las exposiciones abiertas, de las que os hemos ido hablando en los últimos meses: “Redescubriendo el Mediterráneo”, “Humberto Rivas. El creador de imágenes” y “Picasso – Picabia. La pintura en cuestión”.
