El proyecto de vida de Humberto Rivas

La Fundación MAPFRE presenta su mayor retrospectiva

Madrid,

Fue uno de los impulsores de que la fotografía se considerara por fin arte en nuestro país y también está detrás de la Primavera Fotográfica de Barcelona, por eso Humberto Rivas no podía dejar de estar presente en la programación expositiva de la Fundación MAPFRE, institución comprometida desde hace diez años en la difusión en nuestro país de los maestros de esta disciplina. El suyo es un nombre bien conocido entre los interesados por la evolución del medio en España, pero quizá no tanto entre el público general, por eso se ha programado en Madrid (posteriormente itinerará a Valencia y Bruselas) la que es su mayor retrospectiva hasta la fecha: una muestra comisariada por Pep Belloch y compuesta, al completo, por imágenes vintage reveladas por el propio artista: no hay aquí pruebas de exposición.

Tampoco prisa: sería muy difícil imaginarnos a Rivas, teléfono inteligente en mano, buscando instantes a los que aferrarse a pie de calle, porque fraguó su obra a fuego lento, normalmente entablando relación con cada uno de sus modelos y, en cualquier caso, sometiéndolos –sometiéndose– a largos posados. El resultado tiene toques analíticos, trazos descriptivos y un fondo de misterio, mirara este autor a sus cercanos, a perros, plantas en declive o escenarios urbanos siempre vacíos que solían ser espacios abandonados, o en transición entre dos épocas. Corresponde al espectador situar a sus personajes en ellos (y no es difícil) porque Rivas nunca lo hizo: si examinaba arquitecturas, no se fijaba en personalidades y cuerpos. Y viceversa.

Humberto Rivas. Maria, 1978. Archivo Humberto Rivas, Barcelona . © Asociación Archivo Humberto Rivas
Humberto Rivas. María, 1978. Archivo Humberto Rivas, Barcelona . © Asociación Archivo Humberto Rivas

Unos y otros, retratados y arquitecturas, tienen en común una intensidad que era sello del autor (ya reconocía el argentino que toda fotografía se integra en un discurso, aunque después haya que matizar su contenido). Solía trabajar en blanco y negro, aunque en algunas obras (con sección propia en la Fundación) incorporara el color con mucha delicadeza; tanto que, en sus escenas nocturnas, es difícil saber si realmente lo introdujo, tal era la depuración de su técnica y su querencia por las gamas de grises o la captación de la profundidad en los negros.

De hecho, y lo ha recalcado hoy Jiménez-Burillo, es fácil adivinar tras la producción de Rivas a un hombre culto, que hace guiños al pasado tanto social como puramente artístico y pictórico. Y quizá no sea casual que, como los artistas clásicos, no trabajara en series, sino entendiendo su producción como un proyecto de vida: queda patente en esta antología, que reúne obras fechadas entre los sesenta y 2005. Tenía claro lo que buscaba: quizá por eso se ocupó de seleccionar siempre lo que quería exponer, de modo que lo que podamos ver de él en sus sucesivas muestras es lo que el argentino quería enseñarnos (tenía perspectiva de futuro).

Humberto Rivas. ‐Londres, Inglaterra, 1979. Archivo Humberto Rivas, Barcelona. © Asociación Archivo Humberto Rivas
Humberto Rivas. Londres, Inglaterra, 1979. Archivo Humberto Rivas, Barcelona. © Asociación Archivo Humberto Rivas

Nacido en 1937 y llegado a Barcelona a mediados de los setenta, pertenecía a una generación anterior a la eclosión de la fotografía artística en España y tuvo, antes de coger la cámara, relación con todas las artes, desde la pintura al cine y el dibujo, aspecto que se nota en sus encuadres y en la organización de sus composiciones y que lo diferenció de fotógrafos autodidactas menos sofisticados en ese sentido.

Recién llegado a nuestro país, conectó pronto con el movimiento fotográfico barcelonés, en el que le introdujo América Sánchez (retratado en la exposición, como Gabriel Cualladó en una imagen que deja translucir una bonhomía presente también en las fotos que hace unos meses mostró la Sala Canal de Isabel II). En esa etapa, la capital catalana contaba con varias galerías dedicadas a la fotografía, entre las que destacaba Spectrum, germen del Centro Internacional de Fotografía. Y después nacerían allí numerosas iniciativas dedicadas a la imagen, entre ellas la citada Primavera Fotográfica que impulsó Rivas. Él fue también, por cierto, maestro de muchos fotógrafos españoles a quienes impartió cursos de formación, y se movió en el ámbito de la publicidad.

Entre los conceptos inherentes a su obra que interesaron a muchos se encuentra su búsqueda de las esencias: dejaba a un lado la frívola fotogenia para centrarse en la relación fotógrafo-modelo con toda su complejidad; como su amiga Nelly Schnaith, filósofa, entendía la imagen como el compendio de (y la batalla entre) lo que quiere mostrar el sujeto, lo que quiere contar el fotógrafo y lo que observa el espectador (que ninguno de los anteriores pudo anticipar). Para estudiar a fondo estas claves del retrato hizo muchos de sí mismo.

Son cuatro las secciones que articulan la retrospectiva de MAPFRE, pero el comisario las ha considerado “artificiales”, dado el carácter continuo y del todo coherente de su obra desde que llegó a Barcelona hasta su muerte. Fueron escasas las variaciones que introdujo en ese proyecto consistente y llegaron sobre todo en los noventa, relacionadas con los formatos del retrato y con el desplazamiento temporal de sus vistas urbanas a los extremos del día: amanecer y atardecer. En el fondo, esa evolución matizada prueba su interés por investigar en más campos que en los que conocía bien.

Esos apartados se dedican a sus inicios en Argentina, su llegada a Barcelona, su inmersión en el color (cuyo uso manejaba con brío gracias a sus trabajos publicitarios) y a las imágenes que, de forma más evidente, prueban que concebía la fotografía como personal proyecto de vida. Hay más que vintages en la muestra: podemos detenernos a ver Los unos y los otros, un corto que pasó por los cines argentinos pero que se proyecta ahora en Europa por primera vez, y un vídeo de entrevistas a quienes lo conocieron y trabajaron con él.

Humberto Rivas. Montmajour, 1993. Museu Nacional d’Art de Catalunya, Barcelona. Donación del artista, 2006
Humberto Rivas. Montmajour, 1993. Museu Nacional d’Art de Catalunya, Barcelona. Donación del artista, 2006

 

“Humberto Rivas. El creador de imágenes”

FUNDACIÓN MAPFRE. SALA BÁRBARA DE BRAGANZA

c/ Bárbara de Braganza, 13

Madrid

Del 21 de septiembre de 2018 al 5 de enero de 2019

 

 

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