Hace ya cerca de cinco décadas que Teresa Lanceta eligió hacer de los tejidos su medio de expresión artística, cuestionando la que entonces era una instituida separación entre lo creativo y lo artesanal y la pervivencia de la idea de genio individual; los suyos son a menudo trabajos nacidos de varias manos o de inspiración colectiva.
Le interesan de los tapices sus elementos formales, los que les confieren originalidad y un carácter propio: materiales, técnicas, ligamentos… y también las tradiciones de las que derivan; ella no se vale de bocetos propios, e imagen y soporte van gestándose a la vez en una imbricación completa; no podemos diferenciar en sus piezas imagen y fondo. A partir de códigos que fueron universales y primarios y que trascienden tanto las barreras físicas como las temporales y culturales, Lanceta trata de diseñar propuestas en las que se pueda enlazar lo personal con lo colectivo y que puedan alimentar reflexiones sobre las finalidades del arte cuando se vincula a lo doméstico, y sus implicaciones ecológicas.
Además, lo grupal en las obras colaborativas de esta artista barcelonesa no es, como en tantos ámbitos de lo popular, una mano omnipresente pero invisible que todo lo hace, sino la combinación de las creatividades de una suma de individualidades, de personas concretas. En parte por nacer de las ideas de muchos, y no de un único individuo, se prestan a lecturas e interpretaciones diversas, a ser transformadas y transmitidas, y esa última labor la ha hecho suya esta creadora.
El MACBA presenta, desde el próximo 8 de abril, su primera retrospectiva: “Tejer como código abierto”, que reunirá cerca de doscientas piezas entre tapices, lienzos, pinturas, dibujos, escritos y vídeos datados desde los setenta, junto a proyectos grupales en los que han participado, entre otros, los artistas Olga Diego, Pedro G. Romero y Xabier Salaberria; la comisaria Leire Vergara, la organización autogestionada La Trinxera, la cineasta Virginia García del Pino y el artista y programador de software Nicolas Malevé.
La exhibición incidirá en los procesos de trabajo de Lanceta, pero también en las vinculaciones culturales, simbólicas, estéticas y espirituales de sus tapices y en la relevancia de esta técnica en muchas vidas: las mujeres bereberes del Atlas Medio le transmitieron las esencias de esas creaciones sin fronteras, antes de que tomase referencias de la sabiduría popular y las vanguardias, a la hora de vertebrar trabajos basados en la repetición y la geometría. Recuerda también este proyecto barcelonés la huella del barrio del Raval en su carrera: en él residió durante sus años de formación, desde 1969 a 1985, compartiendo experiencias con la comunidad gitana, y allí comenzó su necesidad de ahondar en lo destruido y lo remendado, en los saberes populares y la vida en común, aprendizajes que nunca dejarían de ser relevantes a lo largo de su evolución.
Frente a artistas que han buscado aproximar el tapiz a los afanes contemporáneos, Lanceta ha querido subrayar el cariz creativo presente en la historia de esa técnica per se y encontró en el Atlas, como Anni Albers había hallado en los tejedores milenarios de Perú, un arte cercano al presente de lo popular, pero también a lo ancestral; a lo que es a la vez sensible y cotidiano y a las posibilidades de representar, por la vía matérica, lo que escapa al entendimiento.
Pronto comprendió esta autora, con absoluta naturalidad, que el arte no tiene dueño y, a la vez, es de todos; que tanto se encuentra en las llamadas Bellas Artes como en la artesanía y que ningún discurso ha de reivindicar, en aras de la singularidad de la creación, su aislamiento de la vida cotidiana. Fue en 1969, año en que también inició la carrera de Historia, cuando empezó a tejer, distanciándose del academicismo y de los postulados conceptuales entonces dominantes y acercándose a ese contexto del Raval: a lo migrante, lo obrero, lo portuario, lo gitano… a maneras de vivir y creencias de colectivos que se han adaptado paulatinamente a los tiempos pero que también han tratado de mantener su identidad.
Más adelante recalaría en Sevilla y Marrakech, y luego en Madrid y en Alicante, pero el recuerdo del Raval no la abandonó, en forma de interés por lo gastado y lo reparado. En 2019 puso en marcha la iniciativa Los oficios del Raval, en colaboración con Nicolas Malevé, los alumnos y profesores del IES Miquel Tarradell y el departamento de Educación del MACBA: se trata de la elaboración colaborativa de un mapa digital articulado en historias de trabajo, experiencias, recursos y afectos de los participantes y sus familias. Su objetivo es subrayar las muy diversas miradas y trayectorias vitales que han confluido en ese barrio y testimoniar la experiencia laboral y las competencias que también se desplazan con los migrantes.
Se articulará la exposición en cinco salas y su recorrido se ordenará a partir de parejas de conceptos antagónicos presentes en la producción de Lanceta, como los de colectividad y autoría, tradicionalmente degradada la primera en favor de la individualidad; remediación e historia, en referencia a la capacidad de reexaminar pasados que aún incomodan en la actualidad; performatividad y materia, en relación con las experiencias comunes de cuerpos y objetos y, por último, oralidad y biografía, incidiendo en que el arte puede ser una práctica de vida. Plantea, en este sentido, la muestra que el potencial crítico de la carrera de Lanceta se encuentra en la capacidad de su obra para construir memoria, dado que tejer es para ella un código abierto de ruptura y repetición desde el que interpretar, transformar y comunicar conocimientos plurales, saberes que forman parte de procesos en curso antes de transformarse en imágenes.
Podrá visitarse este proyecto el próximo otoño en el IVAM de Valencia, centro que lo ha coproducido junto con el MACBA, y ha sido comisariado por Nuria Enguita y Laura Vallés Vílchez.
Teresa Lanceta. “Tejer como código abierto”
MACBA. MUSEU D´ ART CONTEMPORANI DE BARCELONA
Plaça dels Àngels, 1
Barcelona
Del 8 de abril al 11 de septiembre de 2022
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