Simon Hantaï, entre el azar y la intención

Gagosian presenta en París sus pinturas y grabados en blanco y negro

París,

Recientemente supimos que las salas Gagosian representarían internacionalmente el legado del creador húngaro Simon Hantaï, fallecido hace ahora once años, y desde el pasado 13 de octubre, la sede de la firma en París, en Le Bourget, presenta “LES NOIRS DU BLANC, LES BLANCS DU NOIR”, una selección de sus grabados y pinturas en blanco y negro fechados entre 1951 y 1997.

Hantaï es bien conocido internacionalmente por sus pliegues: arrugaba o anudaba sus lienzos, los pintaba de manera uniforme y, a continuación, los extendía revelando formas abstractas en alternancia, provocadas tanto por los movimientos fluidos del pigmento en el proceso como por el contacto entre la tela y el suelo.

Simon Hanta. Étude, 1969. © Archives Simon Hantaï/ADAGP, Paris
Simon Hantaï. Étude, 1969. © Archives Simon Hantaï/ADAGP, Paris

Nacido en la ciudad de Bia, este artista se formó en la Escuela de Bellas Artes de Budapest en la primera mitad de los cuarenta antes de trasladarse a París en 1948, para una estancia que se programó temporal pero se convertiría en permanente, tras la sovietización de su tierra natal.

En la capital francesa se uniría al colectivo surrealista de André Breton y desarrollaría fantásticas pinturas de corte biomórfico, pero eso fue antes de descubrir la pintura de Jackson Pollock, que le llevó a romper con ellos en 1955 y a iniciar sus propias abstracciones a escala monumental.

Justamente el dripping del norteamericano inspiraría los pliegues de Hantaï, un procedimiento que él mismo consideró a medio camino entre el automatismo surrealista y la concepción de la pintura como rito cercano a la danza que desarrollaron los expresionistas abstractos. Y aquellos plegados dominarían ya la producción del húngaro hasta el fin de su trayectoria, resurgiendo una y otra vez en muy diversas formas.

Varios de estos trabajos destacan por su austeridad, al presentar solo pintura negra sobre el lienzo desnudo. Este subconjunto de la producción de Hantaï es el explorado en “LES NOIRS DU BLANC, LES BLANCS DU NOIR”, la nueva exhibición francesa: encontraremos, como decíamos, lienzos y grabados monocromáticos que celebran el pliegue como forma estética y documentan la evolución pictórica de este autor.

En París se han reunido cuatro óleos y acrílicos a gran formato de su serie Études, datados a finales de los sesenta, en el apogeo de su experimentación con aquella técnica: estos trabajos ilustran sus esfuerzos para eliminar las huellas de la autoría del artista en esas piezas. Evocan, en un primer vistazo, imágenes de la naturaleza que nos resultan familiares: malezas de hojas o bandadas de pájaros al vuelo, pero finalmente se disuelven en abstracciones puras.

Hantaï se convirtió en ciudadano francés en 1966 y adquirió progresivamente mayor reconocimiento en este país en las dos décadas siguientes, hasta el punto de representar a Francia en la Bienal de Venecia de 1982. Meses después de aquella cita, sin embargo, se retiró de la escena pública, negándose a exhibir nuevos trabajos hasta 1998.

A lo largo de ese periodo de reclusión, el húngaro creó a partir de la alteración de su obra anterior: fotografió desde uno de sus ángulos un conjunto de pinturas de grandes dimensiones que, en 1981, había exhibido en el CAPC de Burdeos y elaboró con ellas serigrafías en blanco y negro a partir de las imágenes fotográficas distorsionadas, recortadas verticalmente e impresas entre líneas de lienzo blanco.

Para Hantaï, serigrafías y pinturas en pliegue estaban íntimamente enlazadas: ambas implicaban la repetición de técnicas establecidas para producir obras semejantes entre las que encontramos sutiles variaciones. En su serie de Laissées (algo así como Sobras), cortaría aquellas pinturas de Burdeos en secciones más pequeñas, entendiendo que cada una de ellas era ya una pieza autónoma. Paradójicamente, al cortar con un cuchillo artesanal esas grandes composiciones infligía un acto de violencia hacia su propia creación a la vez que conservaba los elementos fundamentales de la misma.

Hasta su muerte en 2008, continuó el húngaro trabajando, en buena medida de forma aislada. Nos legó un importante corpus de composiciones fractales cuyas superficies dramatizan la unión de lo incidental y lo intencionado.

 

 

Simon Hantaï. “Les noirs du blanc, les blancs du noir”

GAGOSIAN GALLERY PARÍS

26 avenue de l’Europe

París

Del 13 de octubre de 2019 al 14 de marzo de 2020

 

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