Hasta este mismo 2025 no había presentado Secundino Hernández ninguna muestra institucional de su pintura, pero este año son dos las que por el momento ha protagonizado: hasta el pasado abril, la Sala Alcalá 31 de la Comunidad de Madrid acogió una exposición planteada como retrato del artista a partir de una selección de trabajos representativos de sus tres décadas de andadura y el MUSAC leonés ha inaugurado, este pasado fin de semana, “Estación total”, un repaso a sus creaciones de formato monumental realizadas en la última década y comisariado por Álvaro Rodríguez Fominaya.
Ese gran formato es el más habitual en su producción, aunque como vimos en Madrid también haya cultivado los medianos y pequeños. Las composiciones de este autor madrileño parecen constituir, a primera vista, juegos visuales basados en el color, pero paulatinamente ha evolucionado su acentuación de la materia, de la iridiscencia de las tonalidades o de la importancia dada al lienzo; ha modificado su tratamiento de los diversos elementos fundamentales de la pintura y de sus opciones perceptivas. Resulta llamativo hasta qué punto su lenguaje ha devenido sello identificable, pese a que no se haya mantenido estático; sin embargo, el eje procesual de sus obras viene manifestándose relativamente estable: trabaja pintando, despintando y volviendo a pintar, ya sea empleando pinceles o máquinas a presión.

Ambas propuestas, la madrileña y la leonesa, son complementarias, puesto que casi un tercio de los treinta y cinco trabajos que integran la exposición del MUSAC son inéditos en España. Se trata de piezas fundamentalmente abstractas en las que Hernández ha pretendido escapar a referencias más o menos inmediatas, o pasados bagajes, para continuar abordando el acto de pintar desde su autonomía, como fenómeno solitario en el que aún es posible articular espacios desde el diálogo con uno mismo y no sólo con la tradición. Con ese fin, erosiona a veces sus soportes e incluso las capas de pigmentos, recurre a la repetición y la serialidad, hace uso de telas recortadas, fragmenta o acumula sus materiales o despliega manchas y caligrafías; todos ellos son procedimientos que forman parte de su mecánica ligada al ensayo-error: considera su producción como un diario abierto en el que ampliar su propia concepción de esta disciplina.
Lo que ocurre, en el terreno de lo formal, en el medio pictórico cuando se intenta ahondar en los frutos de sus procesos técnicos es el centro de sus inquietudes: Mi interés está en cómo la pintura sigue expandiendo sus límites, en cómo puede ser intervenida, sometida a tensiones, descompuesta, desmantelada y vuelta a ensamblar de nuevo. Es en ese sentido en el que sus obras pueden conectar con determinadas derivas en este campo en el siglo pasado: las centradas en el examen de la materia, la gestualidad y la relación con el soporte.


El título de esta exhibición se ha tomado de un poema de Juan Ramón Jiménez y se vincula, asimismo, al propósito de Hernández de registrar en sus piezas el transcurso del tiempo a través del paso de las estaciones, de ahí que el punto de arranque del recorrido sea el políptico Cuatro estaciones. Entre verano y otoño, datado en 2017 y planteado como un acercamiento al paisaje contemporáneo; es uno de los trabajos que se expone por primera vez en España. Ha sido frecuente que procure Hernández la generación de texturas que vertebren geografías: ha buscado estructurar espacios mediante la puesta en cuestión de la planitud y, en ocasiones, valerse de la forma para consolidar un lenguaje individual a través del color. La expresividad de sus abstracciones tiene que ver tanto con el gesto del pintor y su trabajo en una dimensión corporal como con la misma materialidad de las imágenes: desde el bastidor y la tela pueden contarse, considera el artista, muchas historias sin llegar a narrar.
Aunque la mayor parte de sus obras en el MUSAC son pinturas, contemplaremos igualmente un conjunto de serigrafías del 2020 y una serie de relieves en aluminio cercanos al assemblage y al ilusionismo: son numerosas las técnicas, los materiales y registros de los que se sirve para elucubrar tensiones entre la forma y la emoción, lo conceptual y lo orgánico.




Secundino Hernández. “Estación total”
Avenida de los Reyes Leoneses, 24
León
Del 12 de julio al 19 de octubre de 2025
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