Sánchez Moreno, en la solana y la umbría

Cámara Oscura nos muestra sus paisajes recientes

Madrid,

Una de las primeras artistas en sumarse a nuestra sección Fichados fue la granadina Irene Sánchez Moreno, autora de paisajes que podemos situar en un terreno intermedio entre lo apacible y lo inquietante, bucólicos en sí mismos, pero amenazantes ante una huella humana que se hace más o menos explícita. Ha investigado la historia de la representación de este género y la de su evaluación crítica, considerando que dicen mucho de nosotros, individualmente y como sociedad, nuestros modos de observar la naturaleza y sus imágenes.

Sánchez Moreno, que confiesa concebir la pintura como refugio, nicho de intimidad y medio expresivo riquísimo, entiende que a causa o a pesar de nuestra contemporáneo distanciamiento del medio ambiente, contemplarlo continúa siendo una de las vivencias más intensas de las que podemos gozar, porque pocas opciones más nos ofrecen esa posibilidad de abandono de la realidad inmediata, una experiencia estética dinámica inigualable, en sus palabras.

A esa separación de la naturaleza se refiere la artista con términos ligados al dolor, incluso evocando la tragedia clásica, dados nuestros hondos lazos con ella, en el fondo irrompibles por más que se les ponga a prueba. Sus paisajes parecen dirigir hacia nosotros dos mensajes compatibles desde su muy distinto cariz: de un lado, celebran la belleza de lo original y primigenio; de otro, recuerdan nuestro potencial destructor sobre el entorno y, en uno y otro caso, hacen de las imágenes de montañas, cielos cubiertos o troncos secos el reflejo plástico de estados de conciencia. Nos explicaba Sánchez Moreno que podemos atisbar en el medio natural el incesante nacimiento y destrucción de las formas y la infinita conexión de las cosas, como ilimitada expresión visual de líneas y contornos. Esas montañas, continuamente presentes en su producción, devienen en sus lienzos una violenta acción articuladora del territorio, seduciendo al espectador justamente por su masa aplastante y por lo que su altura, que trasciende formas y casi vida terrena, evoca de salvación.

Irene Sánchez Moreno. Compañía, 2021
Irene Sánchez Moreno. Compañía, 2021

Hasta el próximo marzo, regresa esta autora a Cámara Oscura Galería de Arte, su sala habitual, para presentar “Refugio para la umbría”, una muestra donde bucea en esos dos conceptos que nombran la recepción de las luces y las sombras en todo paisaje: la solana y la umbría. Se ha fijado en el blanco luminoso de las laderas expuestas al sol y en los cambios en ellas cuando este se desvanece; en los refugios precarios, de débiles estructuras, que a duras penas resguardan del vacío o del clima y en las sombras que permiten.

Con ambas nociones ha trabajado por tanto en estos lienzos últimos, tanto en un sentido más bien físico y material como en uno espiritual, relacionándolas con lo mejor y lo peor de la sociedad actual: mantienen los trabajos ahora expuestos la inclinación a lo emocional de la pintura de Irene y lo claro y lo oscuro nos hablan así de placer y miedo, de la paz y el malestar.

Irene Sánchez Moreno. Atardece, 2021
Irene Sánchez Moreno. Atardece, 2021

Predominan en esta selección los lugares aparentemente inaccesibles, vedados a la presencia humana, por la inmensidad inherente a la naturaleza, que parece reservarse espacios para sí. Sus extensiones sublimes suscitan nostalgia y herida por lo perdido o una grandeza que no podremos aprehender y que desafía la supuesta preponderancia del ser humano ante su entorno: su presencia aquí resulta tan descarada como… irrelevante. Esas figuras sirven a la artista para recordarnos nuestra responsabilidad en las emergencias ecológicas, pero en esta ocasión, a diferencia de sus obras anteriores, no vemos rostros: no son ellas las protagonistas ni el paisaje su escenografía o trasfondo.

Paulatinamente hemos ido desapareciendo de estos trabajos recientes de Sánchez Moreno en favor de ese mero paisaje; si lo pensamos, se trata de una evolución similar a la que este motivo conoció en la Historia del Arte desde que, con anterioridad al siglo XIX, apoyaba como contexto escenas religiosas y mitológicas hasta que adquirió autonomía como género.

Irene Sánchez Moreno. Cabaña roja, 2020
Irene Sánchez Moreno. Cabaña roja, 2020
Irene Sánchez Moreno. Encuentro, 2020
Irene Sánchez Moreno. Encuentro, 2020

 

 

Irene Sánchez Moreno. “Refugio para la umbría”

CAMARA OSCURA GALERÍA DE ARTE

c/ Alameda, 16 1ºB

Madrid

Del 15 de enero al 19 de marzo de 2022

 

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