Rui Chafes: formas de habitar el vacío

El Museu Serralves repasa el conjunto de su producción

Oporto,

En el marco de la línea de exposiciones dedicadas a artistas portugueses, de distintas generaciones y disciplinas, que el Museu Serralves desarrolla desde sus comienzos, este centro portuense invitó a Rui Chafes a llevar a cabo un extenso proyecto que pudiera desplegarse tanto en el interior de sus espacios, diseñados por Álvaro Siza, como en sus jardines exteriores, permitiendo diálogos inéditos entre arquitectura y naturaleza y también un examen profundo de la diversidad de prácticas escultóricas cultivadas por el lisboeta.

Partiendo de investigaciones teóricas conceptualmente ancladas en etapas históricas muy diferentes (el gótico tardío y el romanticismo alemán, el legado de Marcel Duchamp o el de Joseph Beuys), Chafes ha venido definiendo su obra a partir de la coherencia y el rigor, más allá de tendencias concretas. Ampliamente representado en la colección Serralves, se graduó en Escultura en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Lisboa en 1989 y, entre 1990 y 1992, se estableció en Alemania, donde asistió a la Academia de Arte de Düsseldorf, entonces bajo la dirección de Gerhard Merz, un creador de formalismo riguroso y profundamente ligado a las premisas del modernismo.

En aquel momento, cuando solo tenía veintiséis años, tradujo Chafes Fragmentos de Novalis al portugués, en una edición de Assírio & Alvim que acompañó de un set de dibujos que simbolizaban los lazos entre naturaleza y espiritualidad que preconizaba el poeta. En su producción temprana y en sus primeras individuales, que presentó en la Galería LEO (1986 y 1987) y el Espacio Poligrupo/ Renascença (1988) de la capital lusa, destacaron instalaciones efímeras elaboradas con materiales ordinarios y perecederos, como listones de madera, troncos y cañas; anunciaban uno de los aspectos centrales de la que sería su obra escultórica futura: la relación entre las piezas tridimensionales, el espacio y el cuerpo.

En adelante empleó exclusivamente hierro que pulía y pintaba en negro mate, haciendo desaparecer las huellas y marcas de ejecución: amartilla, suelda y conjuga fragmentos para generar familias de enigmáticos objetos que, parafraseando al artista, podemos entender como sombras o como capullos, nidos, insectos, corazas, máscaras o prendas que aprisionan el vacío y representan a la vez el recuerdo y la piel que protege un cuerpo desvanecido.

"Rui Chafes: Chegar sem partir". Museu Serralves
“Rui Chafes: Chegar sem partir”. Museu Serralves, Oporto

Trabajos de aquella fase inicial pueden verse en Oporto, junto a obras realizadas específicamente para esta muestra, que lleva por título “Llegar sin partir” en referencia al peso de los ciclos temporales y de la repetición en la andadura de Chafes, junto a la noción de extrañamiento, emparejada a tensiones y angustias y al socavamiento de las certezas. Se articula la exposición en distintos ambientes generados a partir de instalaciones tan mentales como sensoriales que confrontan al público, además de con las piezas, con las salas por donde transita y- ese es el propósito- también consigo mismo; se hace hincapié en nociones duales como las de silencio y vacío, presencia y ausencia, dolor y sufrimiento, pausa y movimiento, vida y muerte.

Da la bienvenida a los visitantes Sábana Santa (2018): suspendida en el hall de entrada, esta escultura que toma su nombre del sudario que envolvió el cuerpo de Cristo cuenta, por esas alusiones, con una poética propia y puede leerse como prólogo o como epílogo de la exhibición. A continuación, la primera sala del recorrido nos sume en la oscuridad y el silencio; cuando nuestros ojos se acostumbran, unos minutos después de acceder a este espacio, identificaremos la presencia espectral de cinco esculturas que flotan en el aire, al modo de objetos afilados. El hallazgo de ese conjunto, llamado Tranquila ferida do sim, faca do não (2013-2018), tiene por tanto aquí algo de epifanía.

En adelante nos esperan en el Museu Serralves un conjunto de piezas representativas de la trayectoria de Chafes, algunas antes destruidas, por su carácter temporal, tras su presentación primera. Es el caso de la instalación específica Medo não medo (1988-1998), rehecha y adaptada ahora para el largo corredor de este centro, o A não ser que te amem (1987), dedicada a los vínculos entre color, cuerpo e inmaterialidad. Un tono azul Klein desmaterializa las formas curvas del Platex al tiempo que apela a las nociones de permanencia y temporalidad, a la memoria y la experiencia, muy presentes entre las inquietudes del autor.

"Rui Chafes: Chegar sem partir". Museu Serralves
“Rui Chafes: Chegar sem partir”. Museu Serralves, Oporto

Entre sus grandes propuestas escultóricas contemplaremos Sem nascer nem morrer (2022), concebida para una sala concreta de este centro, o Burning in a forbidden sea (2011), que se acompaña de una grabación sonora y de un texto de la irlandesa Orla Barry que evoca lo ritual y lo ancestral. Como sombras flotantes, las esculturas de hierro negro del artista habitan un espacio sin gravedad aparente, desafiando nuestra percepción y nuestra comprensión de las relaciones entre el volumen, la masa y el espacio: muchas veces no tocan el suelo o, cuando lo hacen, lo hacen fugazmente, como instantes suspendidos en el tiempo y el espacio. En el vacío y en los momentos detenidos nos vuelve a hacer pensar Em Não quando os outros olham II (1996), enmarcada en una iluminación nuevamente tenue y casi sombría.

"Rui Chafes: Chegar sem partir". Museu Serralves
“Rui Chafes: Chegar sem partir”. Museu Serralves, Oporto

En cuanto a sus esculturas de menores dimensiones, encontraremos la serie Cristal, compuesta por máscaras que constriñen, encierran y torturan el cuerpo; El silencio de… (1984-2022), cajas de cenizas de papeles de Chafes con sus notas personales, o tumbas selladas que recuerdan la cita del Génesis que nos dijo que polvo fuimos y en polvo nos convertiremos. El dibujo, una práctica recurrente en este autor pero pocas veces subrayada en sus exposiciones, también toma aquí importancia, haciéndose hincapié en la aparición en estos trabajos de elementos del mundo botánico y de las formas puras de sus esculturas.

Por último, en el hall de Serralves, una veintena de piezas asociadas a la equitación de la serie Balthazar -título alusivo al filme Au hasard Balthazar de Robert Bresson, que narra la vida de un burro- hacen referencia a la condición humana y, en los jardines del Museo, se han reunido, además de esculturas pasadas de Chafes, otras ideadas para este entorno, como Chegar sem partir, que da título a la muestra: se trata de una obra de seis metros que parece rotar, transmitiéndonos a la vez solidez y ligereza. El punto de partida para la realización de este proyecto fue un grabado de Hokusai en el que un grupo de viajeros es golpeado por una racha de viento. Se relaciona con él Tu e eu (2022), que ha viajado a Oporto desde el MACRO romano y que consta de dos elementos verticales, de ocho metros de altura, en equilibrio improbable: parecen palos de hierro sostenidos por pelotas de golf.

Con los años, nos hemos acostumbrado a ver las esculturas negras de Chafes en diferentes contextos: iglesias, jardines, palacios, espacios públicos, estableciendo relaciones de complementariedad y dependencia mutua con esos lugares. En los jardines se han dispuesto, asimismo, Comer o coração, fruto de su colaboración con la coreógrafa y bailarina Vera, y Volúpia Prudente, Indómita fome (2000) que, completamente camuflada en la vegetación, se envuelve alrededor del tronco de un árbol, como una armadura o caparazón.

"Rui Chafes: Chegar sem partir". Museu Serralves
“Rui Chafes: Chegar sem partir”. Museu Serralves, Oporto
"Rui Chafes: Chegar sem partir". Museu Serralves
“Rui Chafes: Chegar sem partir”. Museu Serralves

 

 

“Rui Chafes: Chegar sem partir”

MUSEU SERRALVES

R. Dom João de Castro 210

Oporto

Del 20 de julio de 2022 al 5 de marzo de 2023

 

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