Philippe Halsman, el salto psicológico

Llega a CaixaForum Madrid su mayor retrospectiva

Madrid,
Philippe Halsman, Retrato de Alfred Hitchcock para la promoción de la película The Birds. 1962. Musée de l’Elysée © 2016 Philippe Halsman Archive / Magnum Photos
Philippe Halsman, Retrato de Alfred Hitchcock para la promoción de la película The Birds. 1962. Musée de l’Elysée © 2016 Philippe Halsman Archive / Magnum Photos

Tras su paso por el Musée de l´Elysée, Kunsthal Rotterdam y el Jeu de Paume parisino y por CaixaForum Barcelona, el pasado 1 de diciembre aterrizó en Madrid “¡Sorpréndeme!”, una extensa retrospectiva dedicada al fotógrafo letón Phillippe Halsman que repasa sus cuatro décadas de carrera, desarrollada sobre todo en París y Estados Unidos, a través de sus imágenes más difundidas (saltos y retratos) y de fotomontajes, pruebas de impresión, maquetas y hojas de contacto que hasta la celebración de esta muestra no se habían expuesto al público.

El de Halsman es uno de esos casos en los que una vertiente parcial de su producción oculta al resto de cara al gran público, porque aunque fue un magnífico retratista y sus fotografías de modelos saltando resultaron en su tiempo absolutamente originales, destacó también en la realización de reportajes, fotografías de moda y desnudos insuficientemente conocidos, al menos hasta ahora.

La exposición de CaixaForum se divide en cuatro secciones, correspondientes a sus años iniciales en París, en los que su obra ya anticipaba las temáticas características de su trayectoria posterior; a sus retratos de famosos, realizados ya en Estados Unidos, a las también americanas series centradas en puestas en escena próximas al cine (jumpology incluidas) y a las ideas fotográficas que llevó a cabo junto a Salvador Dalí durante más de treinta años, algunas plasmadas en el libro Dalí’s Mustache.

Defensor ferviente de la fotografía cuando los primeros medios de comunicación de masas comenzaron a generalizarse, Halsman cuidó tanto su perfección técnica como su estilo directo: las suyas atrapan a un primer vistazo, seducen sin requerir tiempo aunque cuidara también con mimo los detalles.

En sus comienzos como retratista (género en el que no tardó en especializarse), el artista contó con el decisivo apoyo de André Gide, que fue además su primer modelo. Aunque de formación autodidacta, la Nueva Visión y su aprendizaje en el estudio sobre iluminación y encuadres le proporcionaron una amplia cultura visual que aprovechó en sus colaboraciones para Journal des Modes, Vogue, Harper’s Bazaar, Voilà, Le Monde Illustré, Vu, Visages du Monde y el diario Le Journal y en la configuración de su imaginario personal, próximo al movimiento surrealista.

Un centro esencial para la difusión de la fotografía en general y de la obra de Halsman en particular, en París, fue la galería de La Pléiade, donde precisamente su nombre quedó vinculado al de la Nueva Visión; y una modelo fundamental para que sus retratos se hicieran internacionalmente conocidos (los psicológicos y los no tanto) fue Marilyn Monroe, que posó para él en distintas ocasiones entre 1949 y 1959. De hecho, él supo descubrir su fotogenia cuando ella solo era aspirante a actriz y en 1952 fue el autor de la primera portada que le brindó LIFE. Por cierto, para aquella portada Marilyn saltó más de doscientas veces en tres horas buscando el “salto perfecto”.

Portada de LIFE con el «salto» de Marilyn Monroe. 9 de noviembre, 1959. Musée de l’Elysée © 2016 Philippe Halsman Archive / Magnum Photos
Portada de LIFE con el «salto» de Marilyn Monroe. 9 de noviembre, 1959. Musée de l’Elysée © 2016 Philippe Halsman Archive / Magnum Photos

En cuanto a sus puestas en escena, hay que recordar que Halsman vio siempre la fotografía como un estupendo medio para plasmar sus imaginaciones, y buscó todos los medios aptos para ello, para que sus trabajos fuesen sinónimo de sorpresa y originalidad. En esa línea buscó innovar con escenarios y ángulos de cámara, como quedó patente en sus proyectos junto a Jean Cocteau y el actor Fernandel, con quien creó el picture book.

Nuestra forma de saltar y nuestro rostro mientras lo hacemos es para este fotógrafo una herramienta para ahondar en nuestra psicología

Philippe Halsman. Salvador Dalí en el programa de televisión The Morning Show de CBS-TV. 1956. Archives Philippe Halsman © 2016 Philippe Halsman Archive / Magnum Photos. Image Rights of Salvador Dali reserved: Fundacio Gala-Savador Dali, Figueres, 2016
Philippe Halsman. Salvador Dalí en el programa de televisión The Morning Show de CBS-TV. 1956. Archives Philippe Halsman © 2016 Philippe Halsman Archive / Magnum Photos. Image Rights of Salvador Dali reserved: Fundacio Gala-Savador Dali, Figueres, 2016

En ese amor por las puestas en escena podemos enmarcar también su jumpology: retratos cuya apariencia lúdica o banal es una máscara, porque nuestra forma de saltar y nuestro rostro mientras lo hacemos es para este fotógrafo una herramienta para ahondar en nuestra psicología, que se revela inconscientemente, y por tanto con verdad.

Saltaron para Halsman políticos, científicos, actores, realeza, bailarines…170 de esos retratos forman parte del Philippe Halsman’s Jump Book.

También se dejó retratar por el letón el que fuera su amigo fiel durante cuarenta años, Salvador Dalí. En cierto modo, estaban destinados a entenderse: Halsman era un fotógrafo profesional especializado en retrato y publicidad, mientras que Dalí era un artista que usaba su propia imagen a la perfección para autopromocionarse. Ambos habían pasado su infancia y juventud en Europa, eran admiradores del psicoanálisis y compartían un sentido del humor parecido en su sagacidad.

Participaron juntos en cuarenta y siete sesiones de las que salieron medio millar de fotografías que aproximan fantasía y realidad, arte y consumo, y dan fe de que dos creatividades sin par unidas no tienen por qué chocar.

 

 “Phillipe Halsman. ¡Sorpréndeme!”

CaixaForum Madrid

Paseo del Prado, 36 28014 Madrid

Del 1 de diciembre de 2016 al 26 de marzo de 2017

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