Paula Rego visitará el Museo Picasso en 2022

El Museo Picasso Málaga ha adelantado hoy las exposiciones que acogerá el año próximo: estarán dedicadas a los vínculos de Pablo Picasso con clásicos de siglos pasados y a la portuguesa Paula Rego, mientras que las fotografías parisinas de Brassaï aún podremos contemplarlas en ese centro hasta el 17 de abril.

En el mes de febrero de 2022, la programación anual del Museo dirigido por José Lebrero se iniciará con “Cara a cara. Picasso y los maestros antiguos”, muestra abierta hasta junio en la que obras de El Greco, Francisco Pacheco, Giovanni Battista Caracciolo, Francisco de Zurbarán, Cornelius Norbertus Gijsbretchs, Bernardo Lorente Germán y Diego Bejarano se expondrán junto a las del andaluz para subrayar las relaciones entre el autor de El Guernica y figuras esenciales de la pintura. Michael FitzGerald, profesor de arte moderno y contemporáneo en el Trinity College de Hartford, en Connecticut, será el comisario de esta exhibición coorganizada por el Museo de Bellas Artes de Sevilla, que ya la ha acogido previamente (se sumará a la nueva presentación una pieza picassiana del Museo de Málaga).

El objetivo último de su recorrido será incidir en el arraigo esencial de Picasso en la tradición pictórica española, sobre todo en el arte barroco… y en los mecanismos que empleó para transformar sus postulados al calor de las vanguardias. En la producción de aquellos clásicos se fijó en modelos y técnicas que le impulsarían tanto a emular como a enmendar la plana a genios del pasado, del mismo modo que aquellos autores habían abrazado estilos que en épocas anteriores quedaron excluidos del canon clásico.

Ya en la próxima primavera llegará a Málaga una retrospectiva de la portuguesa Paula Rego, quien reside y trabaja en Londres desde su juventud y ha redefinido, desde la figuración, las representaciones literarias y las femeninas. Las relaciones de poder, la mitología y la sexualidad son asuntos habituales en su trabajo, en buena medida autobiográfico, ligado a su contexto social y político e inspirado en la pintura de historia, la publicidad, la caricatura o el cómic.

Reunirá el Museo Picasso más de ochenta obras de esta autora, entre collages, pinturas, pasteles de gran formato, dibujos y aguafuertes; se fechan desde los sesenta (etapa en la que se opuso fieramente a la dictadura lusa) hasta la década de los 2000, época esta última en la que predominaban las escenas ricamente estructuradas y estratificadas. No faltarán sus representaciones de la psique y el comportamiento humanos a partir de cuentos populares, sus indagaciones en la extrañeza y la crueldad de las canciones infantiles tradicionales de Gran Bretaña y sus reivindicaciones de la emancipación femenina; tampoco sus trabajos de carácter fundamentalmente narrativo. Comisariada por Elena Crippa, esta exhibición ha sido organizada por la Tate Britain en colaboración con Kunstmuseum Den Haag y el museo malagueño.

Por otra parte, permanecerá abierta en el Museo, hasta la primavera de 2022, la citada exposición “El París de Brassaï. Fotos de la ciudad que amó Picasso”. Además de recoger imágenes en las que reflejó una topografía visual de la capital francesa, sus luces y sombras, en los años treinta y cuarenta del siglo pasado, nos muestra al húngaro como un creador prolífico que diseñó libros, dibujó desnudos, talló esculturas y se relacionó con los mejores escritores, ensayistas, dramaturgos o artistas visuales de su tiempo, también con Pablo Picasso.