Una de las cosas que más me inquietan en torno al arte contemporáneo actual es esa coletilla infinita de «joven artista» refiriéndose generalmente a profesionales que llevan ya más de 15 o 20 años de creación a sus espaldas. Bien es cierto, que efectivamente, con la actual esperanza de vida los que rondamos la cuarentena –arriba o abajo– somos… tremendamente jóvenes.
De ahí el nombre de este blog «en cuarentena», que lejos de hablar de artistas que estén sometidos a una observación, lo que están es lejos de tener que recibir el minucioso análisis de su más que demostrable valía a mi juicio, independientemente de si son jóvenes o no, rondan la cuarentena o si ni siquiera la rozan.
Hoy no voy a tratar de un artista «contemporáneo» a mí, hoy voy a tratar de una artista que realmente es joven en edad, Laura Salguero (León, 1987), que con sus 27 años, es capaz de establecer un lenguaje muy personal basado en las escalas y los detalles, que analiza con minuciosidad el comportamiento humano más primario.
En sus propias palabras: «trato de profundizar en la animalidad mas reprimida del ser humano, tratando de entender al individuo de hoy en día; las máscaras, los freaks y los especímenes son representaciones que utilizo de la parte mas irracional de nuestro comportamiento y mediante mi obra ella pretendo liberar a la vez que representar esas pulsiones humanas.»
Laura Salguero propone intervenciones a la morfología humana que la “desfiguran” o le confieren un aspecto monstruoso. Entre sus series podemos sumergirnos en «Especímenes» o «Mirabilia», ya que representan a mi juicio los monstruos que todo ser humano lleva dentro, la parte irracional, animal y oscura que nos atormenta internamente y que produce emociones y reacciones que se reflejan en nosotros de formas, claro está, menos evidentes que en sus esculturas, que se reflejan sus rasgos «físicos».
Salguero enfatiza también a través de su obra en algo que me parece apasionante: el nivel de observación que debe poner el espectador (humano), sus obras parecen a simple vista algo delicado, de echo su tamaño suele ser tan pequeño que la artista pone a disposición del público una lupa –como en la serie «Pasen y vean»– para poder observar esas peculiaridades. Podrían parecer seres humanos normales pero cuando los analizas sin ni siquiera ser minucioso aparecen esos rasgos espeluznantes que dejan en evidencia las partes animales, deshumanizadas y monstruosas que poseen al igual que en todo individuo.
Ese juego de escalas que usa Salguero me parece especialmente interesante a nivel narrativo ya que los rasgos negativos son algo que los humanos tendemos a intentar ocultar o minimizar ante el resto y es sólo en momentos puntuales e inconscientes en los que nos permitimos mostrarlos de forma natural.
Las esculturas de Salguero representan hombres/mujeres que suelen ocultar su identidad real por medio de su dramático monstruo interno, cabezas de lobo, figuras con doble cabeza, cabezas geométricas, de gallina… mujeres con tentáculos en las piernas o que ocultan sus genitales.
Otra de las series que me parece apasionante en reflexión sobre la «deshumanización» es «danzad, danzad malditos» en la que la artista utiliza unos explícitos hombres con cabezas de gallo y gallina bailando. Laura pretende utilizar el pretexto de la «fiesta» para poner así en evidencia, que es en esos eventos donde las pulsiones mas oscuras son sacadas a la luz. No olvidemos que en esos momentos de ocio es donde las pasiones se liberan de una forma más libre e inconsciente.
Laura trabaja sobre la idea de mutación y transformación, una idea que me parece apasionante porque creo que es el trascurso vital de cualquier ser humano y por eso ha sido una de las elegidas para exponer junto con Deva Sand y Ruth Montiel Arias en la muestra “El viaje de caronte” que comisariada por mi junto al artista José Luis SERZO, reflexiona sobre esta idea.
La leonesa crea ahora con unas maravillosas piezas llamadas Teratodoncias, piezas únicas y exclusivas para transformarse a uno mismo en un su propio monstruo interno y cuyo proceso conlleva la individualización y creación de un objeto único e intransferible para quien la quiera (unos colmillos de bronce como los de un jabalí que solo encajan con la dentadura de su propietario). Laura está ahí entre la orfebrería, y la escultura, rozando ambos oficios con maestría.
Podéis visitar su web y ver de lo que os hablo en www.laurasalguero.com, estad atentos porque Salguero es una «joven artista» de la que podéis adquirir una serie de producciones en serie diseñadas por ella misma para LAGRAN a un precio increíble demás de sus obras como artista.