Tania Blanco

TANIA BLANCO || PILDORAS DE COLOR

La valenciana Tania Blanco es una de esas artistas que producen el efecto siguiente: una vez te encuentras con su obra se queda algún poso en tu mente que hace que desees volver a visitar sus creaciones y descubrir sus nuevas investigaciones. A mí me ocurrió allá por octubre de 2007 cuando desde Arte y parte le dediqué una columna a su exposición en la Sala Parpalló. Tania presentaba por aquel entonces Vacuum Dome una increíble serie que entre la tecnología y el escapismo humano nos llevaba de paisajes exteriores, relajantes y, medicinales casi de por sí, a estructuras arquitectónicas, algo más tecnológicas, y esculturas de píldoras mágicas de una maravillosa plasticidad.

Tania Blanco. The Hummingbird

Lo que me atrae de la obra de Tania es la tremenda minuciosidad y rigor técnico, no hay fisuras en la realización de cualquiera de las técnicas que aborda. Tania ha sabido conjugar lo que algunos denominan academicismo con lo contemporáneo. Sus guiños a la pintura clásica son obvios, solo con mirar de pasada Pearl nurse o The Hummingbird song encontramos homenajes sublimes a los maestros flamencos, pero Tania, con sus acrílicos y su paciente pincelada, convierte la piel de la obra en una imagen fresca de gran calidad técnica.

Las investigaciones temáticas de la artista son también muy interesantes, detrás de esa aparente dulzura estética existe un sólido discurso de denuncia social y política. Uno se encuentra con Crash-proof passport y ve una amable pieza escultórica, quizá hasta pueda parecer una pieza de juguete, pero en el fondo, su carga política y simbolismo como objeto-denuncia difiere mucho de la aparente realidad y, es ahí donde Tania se enfrenta al reto, a su condición de artista, a convivir con el permanente estado de engaño en el que vivimos y que nos conduce a la descartiana reflexión: dudo, luego existo.

Con la obra de Tania no sabemos bien dónde nos movemos. Interior y exterior de los objetos conviven constantemente, el de todos los elementos que conforman su obra, incluso sus pinturas, cargadas de contrastes entre lo interno y lo externo; la aparente frialdad que destilan con la calidez de los detalles… todo nos conduce a una constante revisión de lo interno con lo externo, incluso su serie Holy Bubble o Cell Limbo donde aumenta detalles de fluidos y sustancias, en las que lo macro y lo micro muestran, por así decir, el alma de los elementos. Siempre está el contraste, el detalle, la textura, todo destila una gran minuciosidad.

Me parecen curiosas sus lecturas del interior de las píldoras, en algunas un elemento de la naturaleza como un árbol, en otras un auténtico “bicho”… lecturas auténticamente representativas del elemento representado, la dualidad de los objetos y del ser humano mismo. La mezcla de lo tecnológico y lo natural… y el engaño sutil al que nos somete.

Os recomiendo que visitéis su web http://www.taniablanco.com/ y saquéis vosotros mismos vuestras propias conclusiones.

 

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