Maurizio Cattelan, el ingenio provocador

Maurizio Cattelan en la Fondation Beyeler Maurizio Cattelan. Untitled, 2001. Fotografía: Zeno Zotti. Cortesía de Maurizio Cattelan’s Archive

La Fondation Beyeler dedica una retrospectiva al italiano un año después del anuncio de su retirada de la esfera artística



Basilea, 07/06/2013


“Maurizio Cattelan”

FONDATION BEYELER
Baselstrasse, 101 ch-4125
Basilea
Del 8 de junio al 6 de octubre de 2013
Todos los días, de 10:00 a 18:00 horas
Miércoles, hasta las 20:00 horas

Desde que en la década de los noventa comenzara a asombrarnos con esculturas próximas a la instalación que llamaban la atención sobre paradojas y alienaciones sociales y sobre la lucha de las personas por encontrar su lugar en el mundo, Maurizio Cattelan se ha convertido en uno de los artistas actuales más amados y cuestionados. Su obra, de tono crítico e irónico pero siempre profunda en sus significados, se caracteriza por su variedad temática: suele incorporar referencias a la política, la religión, el poder, la identidad, la vida y la muerte y siempre ha cotizado muy alto en las subastas internacionales.

Los trabajos del italiano suelen resultarnos a la vez seductores y provocativos, lúdicos en su forma y deprimentes en su fondo, poéticos e impactantes, y rara vez desvelan de forma clara las intenciones del artista al llevarlos a cabo: Cattelan desempeña a la perfección su papel auto asumido de ingenioso provocador (recordemos la polémica que suscitaron sus niños ahorcados en la BIACS de 2004) y sabe mostrarse convenientemente críptico.

En el invierno entre 2011 y 2012, el Guggenheim de Nueva York le dedicó la que ha sido, y previsiblemente será, su mayor muestra: una retrospectiva que incluía prácticamente todas sus obras (suspendidas en el hueco de la rotonda del centro en un montaje muy recordado) y que coincidió, casualmente o no, con el anuncio por parte de Cattelan del cese de su actividad artística. Aquella retirada, que se mantiene, es una de las razones por las que la antología, a más pequeña escala, que la Fondation Beyeler de Basilea le brinda desde mañana, haya suscitado gran expectación tanto en Suiza como en Italia. Otro factor que ha sumado interés es que Cattelan no exponía en el primer país desde el año 2000, en que presentó su obra en el Migros Museum für Gegenwartskunst de Zürich.

Cuatro claves son necesarias para comprender cada una de las obras expuestas: su gusto por la irreverencia, su preocupación por cuestiones sociales, su muy enraizada concepción de la cultura como espectáculo más o menos atrayente y una clara influencia de la publicidad.

Nacido en Padua en 1960, trabajó en numerosos empleos temporales hasta encontrar el reconocimiento como diseñador industrial. Su decisión de dedicarse al arte la tomó tras conocer la producción de Pistoletto; desde entonces comenzó a desarrollar piezas que no pueden calificarse como autobiográficas pero que transmiten sus experiencias personales y psicológicas. Para Cattelan, esencialmente autodidacta, compartir con el público sus debilidades y conflictos es un recurso para generar la ansiada relación artista-espectador.

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