Mateo Maté con y contra el canon

Desconcierta a través de los clásicos en Alcalá 31

Madrid,
'Mateo Maté. Canon’. “Venus de Médici (hermafrodita)”, 2016. Foto: Paco Gómez І NOPHOTO
Mateo Maté, Venus de Médici (hermafrodita), 2016.

En 2013 Mateo Maté, experto en hallar las opciones de desconcertarnos de los objetos del entorno cotidiano, presentó en cinco museos madrileños (el Lázaro Galdiano, la Biblioteca Nacional, el Museo Cerralbo, el del Romanticismo y el de Artes Decorativas) un proyecto conjunto en el que intercalaba sus trabajos entre las colecciones de estos centros, desafiando así las jerarquías establecidas entre artistas de distintos periodos y sus obras y también las distancias que las convenciones marcan entre arte y utensilio, entre objeto creativo e instrumento con función diaria y práctica.

Fines parecidos busca el madrileño en la muestra que hasta el 23 de julio ofrece en la Sala Alcalá 31, “Canon”, en la que ha buscado causar en el espectador sensaciones de extrañamiento modificando a placer obras de arte clásico que, en sus manos, han pasado de ser emblemas de belleza a convertirse en figuras de subversión, enigmas que perturban por su ironía.

Maté hace referencia a la doble acepción del canon como proporción perfecta e ideal del cuerpo humano, derivada de las relaciones armónicas entre sus partes, y como norma de comportamiento moral y social, subrayando que una y otra son variables y evolucionan con el tiempo y con las sociedades. Ha transgredido ambas con una sutilidad que parece reivindicar un doble mensaje paradójico: puede que lo revolucionario no siempre sea grande ni llamativo y que la transgresión nos pase desapercibida, y también que hayamos asimilado hasta tal punto la huella del poder y de las estructuras de pensamiento en todo arte que ese sello perenne ya no nos llame la atención. Subraya cómo hemos integrado las normas, voluntariamente y a menudo no, también en la actividad creativa, el mayor espacio, teóricamente, de libertad.

'Mateo Maté. Canon’  “Venus del Esquilino (embarazada)”, 2016. Foto: Paco Gómez І NOPHOTO
Mateo Maté, Venus del Esquilino (embarazada), 2016

El artista ha trabajado con las reproducciones en yeso y moldes de esculturas clásicas griegas y romanas que el Taller de la Real Academia de San Fernando conserva desde época velazqueña (con ellos se han formado numerosos artistas) para adaptar sus cánones milenarios a la nueva realidad social. Ha dado cabida a la obesidad, la vejez, la transexualidad o los rasgos no occidentales.

El conjunto de las esculturas que forman parte de “Canon”, veinte reproducciones en escayola de obras maestras con el sello transformador de Maté, forman una instalación concebida para los espacios retadores de Alcalá 31. Se disponen formando prácticamente un laberinto -se aprecia mejor desde la planta superior- por el que el público itinera dejándose sorprender, dando cuenta de un recorrido libre que quiere hacer alusión al peso que el azar tiene en la vida… y en los cambios de canon.

Para hacer hincapié en las subversiones de Maté y en el grado en que las circunstancias históricas inciden en toda creación artística, sus obras dialogan en este este centro con reproducciones cedidas por el Museo Nacional de Escultura de Valladolid. Estas sin perturbación ni mácula.

Mateo Maté, “Venus de Milo Doríforo”, 2016. ©Mateo Maté, VEGAP Madrid, 2017. Foto: Paco Gómez І NOPHOTO
Mateo Maté, Venus de Milo Doríforo, 2016

 

“Mateo Maté. Canon”

SALA ALCALÁ 31

c/ Alcalá, 31

28014 Madrid

Del 19 de mayo al 23 de julio de 2017

 

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