Aún podemos visitar allí, hasta el 3 de marzo, la retrospectiva de Cristina Iglesias “ENTRESPACIOS“, pero el Centro Botín de Santander ha avanzado ya las exposiciones previstas para el próximo año en sus salas, muestras que se acompañarán de dos talleres y en las que el arte contemporáneo será protagonista absoluto.
La primera cita de 2019 llegará de la mano de Itinerarios; presentarán en el centro sus proyectos los autores que recibieron las Becas de Artes Plásticas de la Fundación en 2017: Nora Aurrekoetxea, Fernando García, Cristina Garrido, Fermín Jiménez Landa, Rosell Meseguer, Shirin Sabahi, Blanca Ulloa y Celia-Yunior & Henry Eric Hernández. Dado que estas exposiciones colectivas cumplen veinticinco años, el Botín complementará esta muestra con una presentación especial de su colección en el último trimestre de 2019.
En primavera recalará en Santander el Premio Turner 2001: Martin Creed. Lo obtuvo por Work No. 227 – The lights going on and off, una instalación lumínica integrada ya en los fondos de la Tate Modern, pero su obra no se ciñe a esta técnica: trabaja con arte sonoro, performance, esculturas, pinturas y dibujos.
Aunque su estilo se aproxima al minimalismo, es abiertamente polémico: hasta tal punto busca la depuración, la eliminación de cualquier anécdota, que huye de definir sus creaciones y, en ocasiones, incluso de titularlas: las cataloga numéricamente desde sus inicios. Utiliza materiales cotidianos para generar con ellos situaciones igualmente cercanas al espectador, de modo que las fronteras entre vida y arte queden, para unos difuminadas, para otros dilapidadas. Creed será quien dirija el próximo Taller de Artes Plásticas de Villa Iris, entre el 25 de marzo y el 5 de abril, y en esa convocatoria desarrollará un proyecto performativo que luego presentará en la segunda planta del Centro Botín acompañado de un conjunto de pinturas murales. Sabemos algo de esa vertiente performativa de la muestra, que se abrirá justo tras clausurarse el taller, el 6 de abril: dos cantantes, un violinista y un guitarrista recorrerán la exposición interpretando la partitura que Creed llevará a cabo durante el taller.
Ya en junio, el Centro Botín nos ofrecerá la oportunidad de revisar la obra sobre papel de Manolo Millares en la que será la primera antología del canario centrada en sus dibujos. Llegará después de “Descubrimientos Millares, 1959-1972”, el repaso a su producción gráfica que aún podemos contemplar en la Real Academia de San Fernando, y contará con obras inéditas. Organizada en colaboración con la familia del artista, supondrá además la continuación (expositiva) en el Centro Botín de sus investigaciones en torno al dibujo: hay que recordar que ya se han mostrado en Santander los de Goya, Gargallo o Murillo.
Y ese mismo mes de junio, el 29, abrirá sus puertas una antología de Alexander Calder que comisariará el suizo Hans Ulrich Obrist y que será coproducida con la fundación neoyorquina del artista. Antes de volcarse en la creación, Calder se formó como ingeniero y delineante, pero la vocación artística, incentivada por su familia, terminaría pudiendo más y en 1926 se trasladó a París, donde conoció a los grandes de la vanguardia y donde desarrollaría su célebre Circo y sus alabadas performances. Tras una providencial visita al taller de Mondrian en 1930, comenzó a pintar obras abstractas, y más tarde a producir sus móviles, esculturas cinéticas. En un principio las accionaba a través de manivelas o motores, pero después dejó que fuese el aire el que les infundiera dinamismo. Experimentó también con el alambre a la hora de dibujar retratos en el espacio y, en definitiva, contribuyó decisivamente al alejamiento de nuestra noción de arte del estatismo y de la materialidad.
Y ya por estas fechas, el año que viene, os estaremos hablando aquí de Anri Sala, uno de los artistas actuales que más a fondo está investigando las posibilidades narrativas de la creación y también la expresividad de los modos de comunicación no verbal: el albanés es autor de instalaciones sonoras y videográficas y de esculturas que suelen tomar la forma de instrumentos musicales capaces de generar, por sí mismos, melodías.
En agosto, Sala dirigirá otro Taller de Artes Plásticas en la Fundación Botín, y serán los frutos de esa convocatoria los que podremos ver, desde el 16 de noviembre, en su primera individual en nuestro país. De esta exposición ya conocemos que se estructurará en dos partes: una centrada en una coreografía de filmes que se nos presentarán en una enorme pantalla y otra, a priori muy prometedora, en la que asistiremos a una yuxtaposición de imágenes: la de la bahía de Santander, emplazamiento de este centro, con su obra No Window No Cry (Renzo Piano and Richard Rogers, Centre Pompidou, Paris), un trabajo arquitectónico de sonido. No solo se comunicarán el interior y el exterior en este proyecto, también el museo parisino y el de la capital cántabra.
Al margen de estas exhibiciones temporales, la colección de la Fundación volverá a ser objeto de sucesivas presentaciones, para que el público pueda descubrirla o establecer nuevas relaciones entre sus obras.
OTRAS NOTICIAS EN MASDEARTE: