Margarita Azurdia, Néstor Sanmiguel o Manolo Quejido, en el Museo Reina Sofía en 2022

El Museo Reina Sofía ha anunciado hoy las exposiciones que nos presentará en 2022, tras culminar el pasado noviembre la reordenación de su colección permanente. La primera de ellas llegará en marzo: “De Posada a Isotype, de Kollwitz a Catlett” analizará la evolución de distintos medios gráficos, como el grabado en madera, el linóleo y la litografía, y su uso con fines políticos, en el contexto de la primera mitad del siglo XX. Comisariada por Benjamin H.D. Buchloh, esta muestra prestará especial atención al mexicano José Guadalupe Posada, la alemana Käthe Kollwitz y a las iniciativas emprendidas por el expresionismo alemán, el Taller de Gráfica Popular de México o el proyecto Isotype de Otto Neurath, Marie Reidemeister y Gerd Arntz.

Desde el mes de siguiente, intervendrá el Palacio de Cristal del Retiro el portugués Carlos Bunga, que viene dedicando su trayectoria a estudiar la tridimensionalidad de los espacios en instalaciones en las que prescinde de los materiales tradicionales y apuesta por estructuras de cartón. A partir de mayo, y de nuevo en el Museo, la argentina Alejandra Riera nos presentará “Jardín de las mixturas. Tentativas de hacer lugar 1995-2022”, un proyecto que desbordará el espacio de las salas de exposiciones y la lógica de la exposición temporal para plantearnos distintas entradas a trabajos en los que, desde hace más de dos décadas, viene ensayando distintas formas de hacer lugar. Sus obras las podremos ver en el corredor y las bóvedas de la planta sótano, el pasaje-jardín en el patio y las zonas de ensayo de la tercera planta.

El arte gráfico será otro de los protagonistas de la programación del MNCARS en primavera: el 17 de mayo se inaugurará “Giro Gráfico: Como en el muro la hiedra”, que analizará la historia de esta disciplina desde los sesenta a partir de una amplia selección de materiales procedentes de archivos y fuentes de numerosos países. En este caso se subrayarán, sobre todo, las prácticas colectivas que visibilizaron las demandas sociales del feminismo, el activismo Queer, los indígenas o las víctimas de las dictaduras en Latinoamérica.

De regreso al Retiro, el Palacio de Velázquez examinará, desde junio, la carrera de Néstor Sanmiguel desde finales de los ochenta hasta hoy, incidiendo en sus investigaciones sobre las relaciones entre imagen y texto en piezas en las que se entrecruzan registros pictóricos, sistemas de reglas, signos gráficos y notables reflexiones sobre el mundo del trabajo entendido como “máquina abstracta” que determina las vidas de las personas. Y, tras el verano, se sumará al programa Fisuras Leonor Serrano Rivas, que exhibirá “Magia natural: truco, cosmos y fenomenología”, proyecto que ahondará en los intereses comunes del método científico, la magia y la filosofía y las posibilidades de crear otros mundos situados dentro de la mirada del espectador.

En septiembre, asimismo, abrirá el Reina Sofía la exposición “Como una máquina de coser en un campo de trigo. La psiquiatría de Francesc Tosquelles”, que quiere recuperar para el público la figura de este psiquiatra y teórico catalán que se exilió en Francia tras la Guerra Civil y allí dirigió el hospital psiquiátrico de Saint-Alban-sur-Limagnole, que llegó a ser una institución de referencia en la experimentación de nuevas prácticas clínicas, de desarrollo del Art Brut y de producción de textos críticos sobre la cultura occidental: aunó actividades ligadas a la psiquiatría, el arte, la literatura y la política.

En el Palacio de Cristal, y ya en octubre, tomarán el relevo a Bunga la suiza Pauline Boudry y la alemana Renate Lorenz, que trabajan juntas desde 2007 cuestionando la normatividad de las narrativas históricas en lo relativo a los discursos de género y queer. Se sirven de materiales de épocas pasadas para alcanzar lecturas marginadas en torno a ellos, sugiriendo tensiones entre lo visible y lo opaco.

La producción de la guatemalteca Margarita Azurdia podremos conocerla en el Reina Sofía desde el 11 de octubre: autora esencial en el panorama de Centroamérica a mediados del siglo XX, se adentró en géneros diversos: cultivó la pintura, la escultura, el arte no objetual, las danzas sagradas, el dibujo, los collages y los poemas. Su antología se llamará “Margarita Rita Rica Dinamita”.

El Palacio de Velázquez cerrará, por su parte, el año con una antología de Manolo Quejido que se zambullirá en su carrera desde sus comienzos, desde la experimentación geométrica y la poesía concreta en la que trabajó en los setenta hasta producciones más recientes. Contemplaremos asimismo los grandes lienzos que pintó al iniciarse los ochenta.

Veremos, además, desde noviembre, una exhibición dedicada a la editorial Something Else Press, que fundó en 1963 en Nueva York el artista y editor Dick Higgins y permaneció activa hasta 1973. Su fin fue presentar proyectos creativos, llevando contenidos no convencionales a un público amplio, en línea con Fluxus y el MNCARS contextualizará los materiales producidos en su actividad transnacional. Culminará el año en el Museo con una muestra que rastreará los inicios de la fotografía documental antes del desarrollo tecnológico de la disciplina y su consolidación como género. No faltarán los calotipos de The Pencil of Nature (1844) de Henry Fox Talbot, las imágenes de personajes parisinos de Charles Nègre, reportajes de minería de la década de 1880 a cargo de George Bretz, fotografías sobre trabajo infantil de Lewis Hine o los álbumes de Alexander Gardner sobre la Guerra de Secesión.