Lo íntimo y autónomo en Cristina Iglesias

Cristina Iglesias: fotografía como proceso de creación

La escultora muestra las imágenes y piezas de pequeña escala que forman parte de su proceso creativo en la Galería Elba Benítez

Sus grandes esculturas y estas imágenes parecen encontrarse en planos completamente diferentes, pero, si reflexionamos contemplando unas y otras, advertiremos que se encuentran estrechamente unidas. Precisamente su distancia en escala y formato acentúa la principal preocupación artística de Cristina Iglesias: la exploración de los nexos entre espacio físico, espacio ficticio y espacio psicológico; un nexo que, según la tesis de la artista, es una especie de posición metafórica de central desapego próxima a lo que T.S. Eliot, en Los cuatro cuartetos, bautizó como “punto inmóvil del mundo que gira. Ni carne ni ausencia de carne; ni desde ni hacia; en el punto inmóvil, allí está la danza”.

Esa concepción espacial se aborda también en las maquetas que expondrá Elba Benítez: piezas de carácter polivalente semejantes a dibujos tridimensionales. Aunque los objetos propuestos en ellas no se hayan construido, si se evidencia el hecho de que podrían llevarse a cabo, pues conservan prácticamente intacto su valor como modelo. Podemos referirnos a ellos como objetos por derecho propio con valor intrínseco de “construcciones”, del mismo modo que podemos considerar autónomos sus dibujos y también sus fotografías, porque han alcanzado su pleno desarrollo interno y, aunque exploren los temas tratados en las obras de gran tamaño de Iglesias, no son un mero elemento secundario.

Estas piezas, además, nos ayudan a comprender las razones del poder visual de la producción más conocida de la donostiarra, relacionadas con su presentación de la naturaleza como refugio y como escenario de potenciales catástrofes. Escala, material y textura tienen relaciones muy evidentes en su obra, independientemente de materiales y formatos.

No es la primera vez que maquetas de Iglesias se muestran en Elba Benítez: ocurrió en 2007, con motivo de la exposición “Escultura en un espacio construido”. En aquella ocasión, la artista diferenció las maquetas de proyectos concretos, las arquitecturas efímeras y la arquitectura física: las primeras reflejan el sentido y detalles de una intervención; las segundas las construye persiguiendo una idea, una imagen, con la única intención de que le ayuden a encontrar pautas, un ángulo de visión, y la arquitectura física la concibe Iglesias como un espacio en el que trabajar. En sus palabras para una entrevista a Miguel Fernández-Cid en aquella ocasión: me interesa que, con el tiempo, piezas que en su momento parecieron extrañas a mi discurso, se integren, hasta el punto de que la gente las perciba con la unidad que antes tal vez no veía. Sé que trabajo desde fragmentos, pero confío en que se perciba la unidad del discurso, es mi manera de afrontar la escultura: tomo una imagen vegetal, la realizo con mis manos, pero de inmediato la multiplico hasta convertirla en una naturaleza inventada, que dependiendo del lugar desde el que la mira el espectador llega a percibirla como una forma abstracta.