Doctora en Bellas Artes, Linarejos Moreno ha dedicado buena parte de su producción fotográfica hasta ahora al análisis de los modos en que la individualidad y lo particular pueden hacer frente a la noción de reificación, ligada al ámbito de la filosofía: define la cosificación exacerbada de las personas cuando son entendidas como objetos sin libertad ni conciencia; y la asimilación de sus relaciones a vínculos de consumo, y por tanto desechables. Se trata de un concepto abordado a menudo por los teóricos marxistas.
Ha venido planteando, esta artista madrileña, cómo puede construirse, y después afirmarse, la identidad individual en un entorno que aprecia con devoción la productividad y el enriquecimiento material, y qué cualidades plásticas pueden derivarse de los despojos de esa cultura que ensalza el crecimiento económico propio: las ruinas y el tiempo. En buena parte de sus fotografías e instalaciones, son habituales los espacios industriales que se encuentran en un mayor o menor grado de abandono, la plasmación de mecanismos de representación científica y la aparición de objetos que simbolizan almas y psicologías inmersas en medio de fábricas que no parecen poder relacionarse con ellas.
En su último trabajo, que podemos contemplar hasta abril en el Lázaro Galdiano, ha dirigido su mirada hacia el paisaje: en el marco del programa Artistas por casa de ese centro, que invita a autores contemporáneos a trabajar a partir de sus fondos, presenta la propuesta site-specific On the Geography of Red, un cuestionamiento sobre cómo hemos construido la identidad que canónicamente concedemos a la naturaleza con derivaciones sociológicas y, en este caso, también relativas al funcionamiento, el pasado y el presente del museo.
El 22 de marzo de 2022, día en que una intensa calima llegada del Sáhara tiñó de naranja los cielos de muchas de nuestras ciudades, tomó Moreno diversas fotografías que ahora yuxtapone con múltiples datos relativos al Lázaro con implicaciones diversas, por lo que contienen y lo que excluyen: sobre asuntos como género, clase, botánica, atmósferas… Las imágenes de aquel aire casi marciano y esta recopilación de información viene a proponernos una suerte de representación científica de un pensamiento pictórico que podemos vincular al romanticismo, por la posible lectura sublime de esa bruma intensa y por el interés de entonces por las partículas atmosféricas, aunque las instantáneas de esta autora se exhiben aquí en un tamaño que supera en mucho el de las fotos decimonónicas: 1,50 x 2 metros.
A los lados de esas imágenes el espectador puede leer, y si tiene interés también analizar, una profusión de cifras que aúnan datos científicos y sociales sobre el territorio susceptibles de un estudio crítico si prestamos atención, precisamente, a lo que, en su abundancia, dejan fuera; explica la artista que, valiéndose de una metodología usada por Humboldt pero también de las herramientas y la distancia que da el tiempo, ha pretendido destacar la importancia de incluir la alteridad en la producción de conocimiento científico. Una forma de visibilizar a los sujetos que han quedado excluidos de la transmisión de conocimiento y por tanto del poder que este confiere, estableciendo de manera positiva y activa las bases para construir sociedades más justas.
Moreno ha accedido a todo tipo de datos sobre los fondos y la historia del Lázaro Galdiano y los ha llevado a tablas Excel: encontraremos en ellas, desde el número de pintores cuyas obras cuelgan en sus salas y la cantidad de piezas de sus fondos según su categoría, hasta el número de mujeres pintoras representadas, el de mujeres retratadas, o las estadísticas de público según edad y género y del personal que trabaja en él Museo. También una clasificación de las plantas y los árboles del Jardín de Parque Florido: la incorporación de estudios sobre presencia humana y no humana no tiene nada de casual en su trabajo, y tampoco la decisión de conjugar la plástica y la ciencia; entiende que hacerlo así tiene que ver con adquirir un rol de artista activo e informado: Además de como obra artística y de lo que ha supuesto crearla en uno de mis museos preferidos con mi background de pintora, me interesaba crear un estudio sociológico a través de la colección.
Junto a referencias al mencionado pensamiento romántico y al cianómetro de Saussurre, el instrumento utilizado para medir la intensidad y el magnetismo del azul celeste, incorpora la madrileña en estas obras datos para interpretar hasta qué punto la calima modificó la atmósfera, en forma de números y de un pantone con los colores de la arenilla que se posó sobre el suelo y las plantas.
Además de a este trabajo, en el Museo Lázaro podremos acercarnos a On the Geography of Green, proyecto dedicado a la representación de los autocines al aire libre del sureste de Estados Unidos que supuso el inicio de sus propuestas tituladas On the Geography. En ese caso, alejándose de la fotografía documental de tanta raigambre en América, ha optado por anticipar nuevos caminos futuros a partir de esas instantáneas, en relación con la postfotografía, Internet y las redes sociales. Aprovechando las metodologías aprendidas en esta exposición, desarrolla ahora Linarejos On the Geography of Black.
Linarejos Moreno. “On the Geography of Red”
c/ Serrano, 122
Madrid
Del 9 de febrero al 9 de abril de 2023
