Lidó Rico y los enigmas humanos

El artista presenta en la Sala Verónicas sus últimas instalaciones

Murcia,

Un viaje a las complejidades interiores del ser humano por la vía del cuerpo: es la propuesta de Lidó Rico que, hasta el 25 de abril, presenta la Sala Verónicas de Murcia. “Tu vuelo, mis Alas”, que así se llama la exposición, consta de nueve instalaciones recientes realizadas con diversas técnicas que conectan tanto con el enigma vital, en su sentido más amplio, como con la más próxima actualidad y que apelan a emociones dispares y universales como el miedo, la tristeza, el desconsuelo o la incertidumbre y a circunstancias más o menos vinculadas a modos de vida colectivos, como la soledad o la incomunicación.

Las paredes de este espacio murciano, de pasado religioso, se han convertido en proyectores o cobijo de una secuencia de instantes congelados que el espectador deberá activar, o descongelar, recurriendo al bagaje de su propia memoria: donde se situó el retablo central del templo encontraremos escenas en las que quedan las huellas de las manos del artista (Nocturno de apalancados), mientras que decenas de supuestos ángeles invaden el resto de los muros con salpicaduras de ecos mágicos. En el crucero nos espera un gran autorretrato de Rico realizado en aluminio (El soplador): la ausencia de expresión de su enorme cabeza, con boca abierta, ceño fruncido y ojos cerrados (ventana de un alma que se nos niega), puede suscitar elevada incomodidad o al menos inquietud. El material en sí mismo deviene personaje; en palabras de Mieke Bal, sugiere histeria, tormento. A través de ese retrato (no es el único propio en la muestra, en Autorretrato soñando en cuadrigas una mano esconde teatralmente el rostro en gesto de desesperación), alcanzaremos una sala enrejada donde se han dispuesto centenares de piezas, con alto sentido simbólico, que generan una circunferencia: el artista ha buscado con ella sumergir al visitante en un viaje psicológico que nace en el muro y termina en sí mismo.

Lidó Rico. "Tu vuelo, mis alas". Sala Verónicas
Lidó Rico. “Tu vuelo, mis alas”. Sala Verónicas

Destacan, además, los dedos en resina de poliéster que componen Sísifo y que sostienen o aprietan un ángel desmembrado que a su vez se apoya, o se mira, en un espejo redondo. Su forma podría aludir, justamente, a la piedra esférica que aquel personaje tuvo que empujar infructuosamente montaña arriba en castigo a sus fechorías, como tampoco lograban los putti ver con sus ojos ciegos. En aquel El soplador se inspiran, asimismo, las cabezas ansiosas y agujereadas que componen Los idiotas, una instalación en la que ahora es el material el que brilla por su ausencia hasta el punto de poner en peligro la propia existencia viable de las figuras. En sí mismas hay vacío y en algunas, en lugar de pelo, encontramos pequeñas calaveras, a modo de memento mori.

El murciano es uno de los creadores actuales que investiga en torno al cuerpo como escenario de conflicto a través de una disciplina, como la escultórica, que demanda la propia implicación corporal del espectador, su movimiento y su tiempo: ahonda en las ambigüedades de la identidad humana en la sociedad contemporánea (no puede haber sobre ella afirmaciones contundentes) y en la ética y la estética presentes en la representación de nuestra fisicidad, así como en las dualidades entre sujeto y objeto. Performances y esculturas son las vertientes fundamentales de su producción, y en la última disciplina se vale fundamentalmente de escayola para hacer referencia, nuevamente metafórica, a cegueras y sorderas intencionadas. En esa misma línea, plantea juegos visuales entre aquello que se nos muestra y lo que se elige que permanezca oculto. Hay que sumar a su acercamiento a lo que late en los cuerpos y también en la materia su interés por la ciencia: se vale de estudios anatómicos a la hora de ofrecernos una imagen completa de lo que los cuerpos albergan.

También se ha servido, sin embargo, Rico de la imagen plana: el citado Nocturno de apalancados es un compendio de pinturas de caras asustadas que parecen invitarnos a atisbar dónde se encuentra el peligro que temen. Son cien, y diferentes entre sí, tanto que han sido realizadas, en lo literal, manualmente: dejando en ellas el artista huellas dactilares a modo de índices que apuntan a los ausentes. El empleo de esas texturas y del color acaba importando tanto, en este caso, como las mismas figuras, el espacio y la perspectiva, reclamándose así lo relevante, y siempre presente, de la percepción y del mismo cuerpo.

Lidó Rico. "Tu vuelo, mis alas". Sala Verónicas
Lidó Rico. “Tu vuelo, mis alas”. Sala Verónicas
Lidó Rico. "Tu vuelo, mis alas". Sala Verónicas
Lidó Rico. “Tu vuelo, mis alas”. Sala Verónicas

 

 

Lidó Rico. “Tu vuelo, mis alas”

SALA DE EXPOSICIONES VERÓNICAS

c/ Verónicas, 4

Murcia

Del 12 de febrero al 25 de abril de 2021

 

Comentarios