La memoria no robada de Concha Jerez

El Museo Reina Sofía presenta una antología temática de su producción desde los setenta

Madrid,

Hasta la fecha, la producción de Concha Jerez no había sido objeto de una muestra amplia en Madrid (sí en conjunción con la de otros artistas, como José Iges, recientemente en Tabacalera, o con la de una amplia nómina de creadores relevantes de la Transición en “Fuera de formato”, que ella misma comisarió, junto a Nacho Criado, en el Centro Cultural de la Villa en 1983). La razón de esa relativa escasez expositiva ha podido tener que ver, según Manuel Borja-Villel, con la naturaleza de su trabajo: una producción de largo recorrido, compuesta por dispositivos cambiantes que no se declinan sino que dan lugar a modificaciones válidas; una obra desarrollada en medios muy diversos entre los que es difícil escoger técnicas dominantes y en la que es constante la contaminación entre unas y otras piezas. Resulta difícil, en suma, articular su trayectoria conforme a periodos y temas definidos.

Sin embargo, uno de ellos es sin duda la memoria (escrita, autocensurada, individual y colectiva), asunto central de la muestra que desde hoy le brinda el Museo Reina Sofía, una vez que la totalidad de sus espacios han sido ya abiertos al público. Recoge este proyecto, en inicio comisariado por João Fernandes y finalmente por Borja-Villel, el despliegue de sus intereses en medios tecnológicos, su atención al pasado, el olvido, el recuerdo y la representación del silencio. También a las palabras ambiguas, aquellas sin significado preciso o que dependen de otras, y por las tachaduras, uno de los rasgos distintivos de su trabajo en papel de acetato o de periódico. Otras de las notas habituales de su carrera han sido las colaboraciones con múltiples creadores y la continua mutación (la vigilancia por canales electrónicos es otro de sus temas recientes recurrentes).

La obra de Jerez ahora expuesta en el Reina Sofía ha invadido casi todo el Museo, sobre todo las zonas no habitualmente expositivas; de hecho, las salas de la planta tercera que acogen su producción apenas han sido intervenidas, mientras que las cuatro escaleras ofrecen un despliegue de trabajos sobre la memoria o la Sala de Protocolo alberga un archivo de su obra en otros espacios, de su trabajo con objetos o sus incursiones en el mail art. Más que como una retrospectiva al uso, podemos referirnos al proyecto como una genealogía: un reflejo de la trayectoria de la autora canaria, irrepetible por su relación con los espacios del MNCARS.

Concha Jerez. "Que nos roban la memoria". Museo Reina Sofía, 2020 (Sala de Bóvedas)
Concha Jerez. “Que nos roban la memoria”. Museo Reina Sofía, 2020 (Sala de Bóvedas)

Pionera del arte conceptual y sonoro, Jerez nos ha propuesto continuamente reconsiderar nuestro modo de estar en el mundo y aprender nuevas maneras de mirar, habida cuenta de que la citada autocensura, en su opinión, no ha hecho sino crecer en el tiempo en relación con múltiples circunstancias políticas, sociales o laborales. Entre las propuestas más presentes en esta muestra, organizada con la colaboración de la Comunidad de Madrid, destacan las noticias de prensa y, justamente, los escritos autocensurados como caligrafía ilegible (en los setenta decidió la artista utilizar solo papel y tinta para sumar más medios de trabajo, y libertad, desde los ochenta y enlazar más específicamente, desde los 2000, su obra con la actualidad).

Si en la Sala de Bóvedas del sótano y en la planta tercera del Reina Sofía nos esperan algunos de sus primeros trabajos sobre papel, escasamente expuestos desde aquellos setenta, e instalaciones fechadas desde los ochenta, en la Sala de Protocolo podremos ver dibujos originales vinculados a algunos de sus proyectos, bocetos experimentales, obras minimalistas, Mail Art, objetos intervenidos, publicaciones y enlaces a la Base de Datos Ideas Instaladas y a la Base de Datos de Jerez y de Iges Expanded Radio.

Podemos subrayar Jardín de Ausentes (2002), una instalación de vídeo en la que aparecen, sobre los restos de un antiguo barco abandonado que la cámara recorre, imágenes de algunos personajes esenciales del siglo XX; en algún caso junto a sus voces (Marinetti, Orson Welles, James Joyce o Gertrude Stein). También El Lado Oscuro del Espejo (1997), que parte de las acciones que Jerez realizó durante dos semanas en el Centro Penintenciario de Carabanchel en 1994, cuando aún funcionaba como cárcel, a partir del día de la Constitución Española. Se trata de una pieza visual y sonora compuesta por seis pupitres de hierro con flexos y con libros de artista y luces giratorias de alerta bajo ellos. Su sala está metafóricamente vigilada por una cámara de seguridad cuyas imágenes en tiempo real se pueden ver de forma continuada en un monitor fuera de esa estancia.

Concha Jerez. "Que nos roban la memoria". Museo Reina Sofía, 2020 (Planta 3 del Edificio Sabatini)
Concha Jerez. “Que nos roban la memoria”. Museo Reina Sofía, 2020 (Planta 3 del Edificio Sabatini)

Los visitantes de “Que nos roban la memoria” no pueden perderse, sin embargo, las intervenciones de la autora en las escaleras del edificio Sabatini, concebidas cada una como obra única en su totalidad. Una de ellas, Xm3 de Memoria Escrita y Oralizada, plantea una suerte de laberinto sonoro a partir de grabaciones de poetas internacionales (algunos ya fallecidos); sus palabras brotan de tiestos dispuestos en sillas distribuidas en los rellanos, con acetatos transparentes intervenidos con escritos ilegibles por autocensurados. Acompañan visualmente los textos, en el hueco central de la escalera, cuatro escaleras de aluminio intervenidas con otros acetatos transparentes tomados de la instalación de Concha Jardín de Palabras Escritas (2001).

Otra escalera la ocupa la instalación Xm3 de Memoria Autocensurada: además de transformarse las ventanas, se han situado unos módulos formados por una silla y una mesa cubierta por un poliéster translúcido, intervenido con escritos nuevamente ilegibles y autocensurados.

En la tercera escalera contemplaremos la instalación Xm3 de Memoria olvidada, nacida de su concepción del edificio de Sabatini como testigo del olvido generalizado de hechos y realidades importantes ocurridos en el siglo pasado. En los primeros tramos, nos espera una intervención derivada de la que da título a la exhibición, Que Nos Roban La Memoria (2002-2020), compuesta por imágenes emblemáticas de hechos esenciales del siglo XX aparecidas en la prensa, intervenidas por la autora y mezcladas con imágenes anónimas inexistentes de acontecimientos que pudieron suceder, pero que no aparecieron en los medios. También dialoga con la escalera otra intervención que parte de su obra en proceso Paisaje De Memoria (2006-2020), conformada por necrológicas publicadas en la prensa a lo largo del tiempo y dedicadas a personajes relevantes, muchos olvidados, cuya memoria recuperó a través de esa prensa. Estas necrológicas se combinan con retratos anónimos de quienes nunca aparecieron en ellas.

Por último, Xm3 de Memoria Silenciada es la obra creada para la cuarta escalera. Se basa en testimonios de la represión franquista y en ella aparecen una serie de jaulas en cuyo interior un dispositivo reproduce audios de narraciones orales de algunas víctimas. Además, se muestra un video con imágenes sobre lugares de reclusión y tortura en la dictadura, campos de refugiados, espacios donde ocurrieron ejecuciones… Veremos, asimismo, listados de nombres de personas ejecutadas por la dictadura tras la guerra civil, escritos a mano por Jerez.

En el acceso a la Sala de Bóvedas contemplaremos obras anteriores, como Retrato Interior de Rosario (1997), en la que la artista partió de una fotografía que encontró en la prensa inglesa del rostro de una madre salvadoreña anciana, nacida en 1898 y obligada a huir. Se completa con los nombres y fechas de nacimiento y muerte de los quince miembros de su familia asesinados a lo largo de su vida, y queda atrapada simbólicamente entre dos parrillas; es otro ejemplo de su recuperación de los olvidados.

En las cuatro escaleras se ha realizado, además, una intervención mediante vinilos sobre la dicotomía entre los conceptos de Paisaje Interior y Paisaje Exterior de Memoria, confiriendo unidad al conjunto.

Concha Jerez. "Que nos roban la memoria". Museo Reina Sofía, 2020 (Escaleras del Edificio Sabatini)
Concha Jerez. “Que nos roban la memoria”. Museo Reina Sofía, 2020 (Escaleras del Edificio Sabatini)

 

Concha Jerez. "Que nos roban la memoria". Museo Reina Sofía, 2020 (Escaleras del Edificio Sabatini)
Concha Jerez. “Que nos roban la memoria”. Museo Reina Sofía, 2020 (Escaleras del Edificio Sabatini)

 

 

Concha Jerez. “Que nos roban la memoria”

MUSEO NACIONAL CENTRO DE ARTE REINA SOFÍA. MNCARS

c/ Santa Isabel, 52

Madrid

Del 28 de julio de 2020 al 11 de enero de 2021

 

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