Kerry James Marshall, pintura y otras cosas

El Reina Sofía y la Fundació Tàpies abren su mayor muestra europea

Kerry Marshall. Pintura y otras cosas

PALACIO DE VELÁZQUEZ

Parque del Retiro

Madrid

FUNDACIÓ ANTONI TÀPIES

C/ Aragó, 255

Barcelona

Madrid y Barcelona,

Uno no puede nacer en Birmingham, Alabama, en 1955 y criarse en el sur de Los Ángeles, cerca de la sede del Parlamento de las Panteras Negras, y no asumir cierto tipo de responsabilidad social. Tampoco es posible trasladarse al barrio de Watts en 1963 y no hablar de ello. Así explica Kerry James Marshall, protagonista desde mañana de una doble muestra en el Palacio de Velázquez del Retiro (dependiente del Museo Reina Sofía) y la Fundació Tàpies, las implicaciones geográficas y biográficas (en lo personal y colectivo) de su trabajo.

Kerry James Marshall. Better Homes, Better Gardens, 1994
Kerry James Marshall. Better Homes, Better Gardens, 1994

Da voz Marshall a sujetos invisibles, resaltando la marginalidad hasta ahora en el sistema del arte de figuras negras protagonistas a través de pinturas opacas o a través de la parodia, y custodia la idea de una modernidad artística única y lineal al introducir referencias a diversos tiempos y orígenes y a elementos contradictorios ligados al Barroco, el Rococó o la cultura popular. En nuestra época hipertecnificada, la obra de este artista tiene algo de anacrónica en su manejo magistral de la pintura, aunque no renuncie al empleo del vídeo o de avanzadas técnicas fotográficas. No concibe Marshall el arte como medio de autoexpresión, sino como herramienta para poner de relieve temas y aspectos menos abordados en la historia del arte, lo que él califica como “vacíos en el banco de imágenes”.

En Lost Boys: AKA Black Johnny (1993), devuelve a nuestra memoria los niños afroamericanos de los suburbios de ciudades norteamericanas que murieron o resultaron heridos en los ochenta y noventa durante enfrentamientos entre pandillas o con la policía. La pérdida a la que alude el título se refiere a su desaparición o al naufragio de su inocencia. Un año después, realizó Better Homes, Better Gardens, obra compuesta por collages elaborados con palabras y manchas que se mezclan con imágenes de afromericanos de clase media y que refleja un universo onírico que contrasta profundamente con la pobreza y violencia de las zonas que el artista suele retratar.

En relación con los nexos entre aspiraciones personales y clase social, Marshall llevó a cabo la pareja Los Retratos Scout (Girl y Boy), que si dan fe de la seguridad en el éxito de la clase media afroamericana para alcanzar una posición económica desahogada que les permita el desarrollo de actividades de ocio, también nos hablan con ironía del hecho de que sus pasatiempos anhelados coincidan con los de los blancos, y recuerdan, por las luces de estrella tras sus cabezas, a las representaciones habituales de los superhéroes.

Algunas de sus piezas (como las de la serie Souvenir) se dedican a la memoria de figuras políticas involucradas en el desarrollo de los derechos civiles.

Marshall cuestiona así los sistemas de legitimación artística existentes y lo hace con intención de denuncia, pero yendo más allá de ella: sus obras, complejas y arriesgadas en lo técnico, destacan por su inspiración en el cine y el cómic y por su compromiso con la cultura afroamericana, los valores ciudadanos, el activismo político y la apertura de nuestro concepto de belleza.

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Si la muestra en el Palacio de Velázquez consta fundamentalmente de pinturas anteriores a las década del 2000 (hay excepciones, como Who´s Afraid of red, Blackand Green, conjunto de tres trabajos monumentales que se exhiben a la entrada), en la Fundació Tàpies podremos contemplar sobre todo fotografías recientes, además de una amplia colección personal de recortes de imágenes, reunida por el artista, que conforman un vasto depósito de referencias sobre la representación negra en el arte y en la cultura en general.

El interés de Marshall en esas imágenes no se debe sólo, evidentemente, a su valor como tema de representación formal o  narrativo: para él, la diversidad de medios de comunicación visual que usa también tiene una dimensión especulativa y la creación de imágenes se convierte en el lugar donde hacer algunas de las preguntas más profundas y perdurables del arte.

 

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