Tres imágenes o cuatro

Juan Muñoz, Pérez Villalta, la arquitectura y el territorio, en las actuales muestras del Patio Herreriano

Valladolid,

Este año se cumplen veinte de la muerte de Juan Muñoz y aunque, en este tiempo, hondas transformaciones han sacudido la escultura, permanece incuestionable su legado: mantuvo la figura humana como centro de una obra en la que reflexionó ampliamente sobre el espacio. El Museo Patio Herreriano de Valladolid le dedica una antología en la que busca contextualizar su Pieza escuchando la pared, que pertenece a los fondos de este mismo centro, con otras prestadas para la ocasión por diversas instituciones, de modo que el conjunto arroje nuevos caminos de luz sobre la producción de este autor, tan a menudo estudiado como inmerso en el misterio: recuperó, como decíamos, la representación de las figuras humanas tras décadas en las que estas habían quedado casi disueltas y, lejos de situarlas en los tradicionales pedestales, nos las presentó a nuestra altura, solitarias o en grupo, anónimas y monocromáticas, a menudo absortas, enmudecidas o mirando sin ver.

"Tres imágenes o cuatro. Juan Muñoz, veinte años". Museo Patio Herreriano
“Tres imágenes o cuatro. Juan Muñoz, veinte años”. Museo Patio Herreriano

Es casi inevitable que estas presencias nos conduzcan al teatro, que ocupó un lugar destacado en el imaginario de Muñoz y de sus escultores coetáneos en los ochenta; en el caso del madrileño, en lo narrativo y en lo espacial: le interesó que el público pudiera cuestionarse si formaba o no parte de las obras y si estaba invitado a participar de la conversación silenciosa de sus protagonistas. En algún caso, estos parecen expulsarnos de ella, como ocurre en Conversation Piece (Hirschhorn) (1995), el conjunto que podemos ver en la Capilla de los Condes de Fuensaldaña, formado por tres tentetiesos en disposición circular.

En otras piezas, no solo escultóricas, se fijó el artista en la dualidad entre silencio y sonido: se trata de obras que nos invitan a escucharlas más que a mirarlas, que sugieren movimiento pero plantean acciones en completa quietud. También incorporó Muñoz en algunos proyectos radios, desligándose del control sobre la recepción que estas propuestas pudieran obtener por el espectador en función de sus mensajes: esas emisiones conducen nuestra atención no tanto al espacio como al contexto temporal en que son percibidas, pues si no llegamos a ellas en el momento correcto, nos perderemos su correcta escucha.

Unos y otros recursos fueron sus vías para escapar a la condición inerte y estática del material, involucrando a un visitante que, sea tratando de interactuar con sus esculturas o sintiéndose esquivado por ellas, forma parte de la trama que generan.

"Tres imágenes o cuatro. Juan Muñoz, veinte años". Museo Patio Herreriano
“Tres imágenes o cuatro. Juan Muñoz, veinte años”. Museo Patio Herreriano

Comparte fechas con esta exhibición de Muñoz “La tierra habla, el cielo escucha”, retrospectiva dedicada a Guillermo Pérez Villalta que repasa su producción, ajena a cánones y corrientes dominantes, desde los setenta. Practica, desde el inicio mismo de su trayectoria, una lectura heterodoxa y personal de las vanguardias y también una defensa apasionada de la belleza que escapa al academicismo y un eclecticismo en el que conviven armónicamente lo kitsch, la alta cultura, el juego y el pasado histórico.

También esta muestra se articula a partir de dos obras del gaditano que forman parte de los fondos del Patio Herreriano, separadas por casi una década pero concebidas como pareja: Personaje matando un dragón (1977) y La Senectud de los gigantes (1986). El comisario Óscar Alonso Molina ha ideado un recorrido estructurado en dos bloques que cuenta con casi un centenar de piezas, procedentes también del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo de Sevilla, del estudio del autor y del Museo Reina Sofía, y que incide en las diversas dicotomías presentes en estas pinturas y esculturas: entre lo real y lo imaginario, la materia y el espíritu, el trabajo y la utopía y también lo laico y lo religioso.

Encontraremos trabajos en los que Pérez Villalta alude a la creación del mundo y del ser humano en su plano más físico, incluso carnal y erótico; otros que hablan de decadencia y la muerte e imágenes dedicadas a los cuatro elementos, con evidente carga simbólica. Entre sus habituales referencias se encuentran manierismo y surrealismo y en unos y otros lienzos despliega el artista, que se ha referido a sí mismo como artífice, sus inquietudes sobre el peso de nuestras ideas de la belleza y la divinidad en la relación de los hombres con Dios.

Los interesados en conocer mejor a este autor han de saber que, coincidiendo con esta exhibición, se ha editado un compendio de sus textos: treinta escritos, un par de conferencias históricas y una entrevista relativas a sus búsquedas estéticas.

Guillermo Pérez Villalta. "La tierra habla, el cielo escucha". Museo Patio Herreriano
Guillermo Pérez Villalta. “La tierra habla, el cielo escucha”. Museo Patio Herreriano
Guillermo Pérez Villalta. "La tierra habla, el cielo escucha". Museo Patio Herreriano
Guillermo Pérez Villalta. “La tierra habla, el cielo escucha”. Museo Patio Herreriano

En el Patio Herreriano también hay espacio para colectivas. “TURNO DE RÉPLICA. Construcción/Composición” se compone de piezas de la propia colección del Museo inscritas en tres etapas históricas: los años veinte y treinta, los cincuenta y los sesenta y setenta, es decir, las décadas correspondientes al nacimiento de las vanguardias, la abstracción y el arte minimalista y conceptual. Se acompañan de obras que escapan a esas fases y que las cuestionan o replican por parte de creadores hoy activos, en abierto diálogo intergeneracional en torno al plano, la forma, el volumen o el espacio; un diálogo especialmente relevante en tiempos de proliferación de las imágenes digitales.

No se establecen parentescos entre los artistas representados, sino otro tipo de vínculos: consensos y disensos, analogías y distancias. En nuestro recorrido encontraremos a Francisco Bores, Carmen Calvo, Miguel Ángel Campano, Martín Chirino, Pancho Cossío, Leandre Cristófol, Cruz Novillo, Óscar Domínguez, Amadeo Gabino, Julio González, Hernández Pijuan, Wilfredo Lam, Maruja Mallo, Millares, Mitsuo Miura, Lucio Muñoz, Oteiza, Palazuelo, Benjamín Palencia, Rafols – Casamada, Elena del Rivero, Schlosser, Sempere, Soledad Sevilla…

"Turno de réplica. COnstrucción/composición". Museo Patio Herreriano
“Turno de réplica. Construcción/composición”. Museo Patio Herreriano
"Turno de réplica. COnstrucción/composición". Museo Patio Herreriano
“Turno de réplica. Construcción/composición”. Museo Patio Herreriano

El actual cartel expositivo del museo vallisoletano se completa con dos muestras vinculadas a nuestro medio rural, desde la perspectiva de su arquitectura e infraestructuras. La primera de ellas, “Fernando Cobos Estudio de Arquitectura. 30 años de investigación e intervención en el patrimonio histórico”, aborda el proceso metodológico y creativo de los trabajos de ese arquitecto vallisoletano, ubicados muchos de ellos en la llamada España vacía, cuyos pueblos considera Cobos territorio de intervención urgente: Los trabajos de restauración y rehabilitación de edificios valiosos en estos lugares deberían ser prioritarios sobre los de obra nueva, porque hay muchas construcciones pero muy poca gente.

La exhibición se adentra especialmente en sus labores de recuperación de los monumentos históricos, en el trabajo de investigación que estas requieren (sobre el lugar, el entorno, el clima, el paisaje o las vistas) y en la libertad que a ellas se puede aplicar. Entiende, además, Cobos que los proyectos de restauración no son buenos o malos porque sean historicistas o modernos, sino porque sean respetuosos y conocedores del edificio sobre el que se trabaja o no.

"Fernando Cobos Estudio de Arquitectura. 30 años de investigación e intervención en el patrimonio histórico". Museo Patio Herreriano
“Fernando Cobos Estudio de Arquitectura. 30 años de investigación e intervención en el patrimonio histórico”. Museo Patio Herreriano

La segunda, “Valladolid-Ariza y la fotografía de obras públicas en el s. XIX”, a cargo de Ricardo González, ahonda en la noción de territorio y en las dicotomías entre centro y periferia y entre lo rural y lo urbano con Valladolid como escenario principal. Se centra en el rol desempeñado por el ferrocarril a la hora de vertebrar nuestro país desde la imagen y desde el siglo XIX a la actualidad, conjugándose material documental seleccionado por el propio artista, procedente de varias instituciones españolas, y su última serie fotográfica, formada por cuarenta imágenes que recorren la línea ferroviaria que unía Valladolid y Ariza. Esta línea se abandonó hace más de tres décadas, como tantas en las zonas rurales.

Ricardo González. "Valladolid-Ariza y la fotografía de obras públicas en el s. XIX". Museo Patio Herreriano
Ricardo González. “Valladolid-Ariza y la fotografía de obras públicas en el s. XIX”. Museo Patio Herreriano

 

“Tres imágenes o cuatro. Juan Muñoz, veinte años”

Del 18 de septiembre de 2021 al 16 de enero de 2022

 

“Turno de réplica. Construcción/composición”

Del 18 de septiembre de 2021 al 22 de mayo de 2022

 

“La tierra habla, el cielo escucha. Guillermo Pérez Villalta”

Del 25 de septiembre de 2021 al 16 de enero de 2022

 

Ricardo González. “Valladolid-Ariza y la fotografía de obras públicas en el s. XIX”

Del 2 de octubre de 2021 al 6 de febrero de 2022

 

“Fernando Cobos Estudio de Arquitectura. 30 años de investigación e intervención en el patrimonio histórico”

Del 4 de octubre de 2021 al 9 de enero de 2022

 

MUSEO PATIO HERRERIANO

c/ Jorge Guillén, 6

Valladolid

 

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