Isabel Muñoz o la empatía

Presenta en Tabacalera “La antropología de los sentimientos”

Madrid,
Isabel Muñoz. Serie Agua, 2016
Isabel Muñoz. Serie Agua, 2016

Dos años después de recibir el Premio Nacional de Fotografía, Isabel Muñoz presenta en Tabacalera. Promoción del Arte una muestra que es antológica pero que no busca repasar serie a serie, asunto a asunto, su producción, sino suscitar sensaciones. La han comiariado Audrey Houreau y François Cheval, cofundadores de The Red Eye, y está concebida ante todo para invitar al público a descubrir cómo Muñoz propone en sus imágenes una ruptura con las ideas de belleza preconcebidas, una vía de escape a los prejuicios. Ella mira a sus modelos de dentro hacia afuera y sin establecer fronteras entre su interioridad y su aspecto: su condición no determina lo que vemos; accede y nos hace acceder a los aspectos que un tema esconde.

Casi un centenar de fotografías y media docena de instalaciones audiovisuales componen “La antropología de los sentimientos” y ponen el foco en el interés de la autora barcelonesa por la humanidad en su sentido más amplio, por sus orígenes y su deriva, a través de cuerpos ensalzados y torturados que se convierten, al otro lado de su objetivo, en el canal expresivo de emociones, arraigos y desarraigos muy diversos. Su elegante estética no busca empañar, sino subrayar, el sentimiento, presente ya en su mismo proceso de trabajo, marcado por la empatía, como ha subrayado hoy Houreau.

Encontramos en Tabacalera modelos de respuesta a un continuo interrogante sobre las esencias de la humanidad, sobre lo que nos une, en forma de imágenes y vídeos realizados en escenarios muy distintos; resultan irremediablemente hermosos, pero no es eso lo más importante, sino su valor a la hora de ilustrar el caos y la belleza inherentes a cualquier ser humano, en cualquier parte. En conjunto, subrayan que existe (y existirá) siempre luz en medio de la oscuridad informativa y de las tragedias trasladadas por los medios.

Encontramos en Tabacalera modelos de respuesta a un continuo interrogante sobre las esencias de la humanidad

Hoy ha contado Muñoz que esta exposición comenzó a gestarse hace tres años, antes de obtener su Premio Nacional, pero que el último ha resultado mágico, porque, a diferencia de muestras anteriores surgidas después de proyectos fotográficos, en los últimos meses ha trabajado desde la certeza de que los espacios enigmáticos de Tabacalera serían el lugar donde sus imágenes se exhibirían. De hecho, las obras más recientes de esta retrospectiva las acabó justo ayer, y la exposición comienza por su trabajo más reciente: una instalación visual formada por cuatro pantallas verticales en las que asistimos a los catárticos movimientos de un bailarín de butō, una disciplina japonesa a medio camino entre la danza y la actuación en la que el cuerpo busca la plenitud a través del movimiento y la voz, de la expresión libre.

Isabel Muñoz. Serie Álbum de familia, 2015-2016
Isabel Muñoz. Serie Álbum de familia, 2015-2016

Los comisarios han elegido iniciar el recorrido precisamente por nuestros comienzos como especie, con imágenes de agua y de simios. Muñoz se introdujo en los secretos de la fotografía subacuática a raíz de un proyecto que El País le encargó coincidiendo con las Olimpiadas de Sidney y las que aquí vemos, tomadas también bajo el agua, nos hablan de dos caras del ser humano: la amorosa y creativa, a través de figuras enlazadas o evocadoras del barroco, y la que maltrata el medio ambiente: se ha fijado en los plásticos de invernaderos que acaban en el mar disponiéndose en formaciones semejantes a medusas. Nosotras podemos distinguir el material; la fauna marina, no. Cree la artista que es más fácil que su denuncia medioambiental llegue a través de la belleza; del mismo modo que elige abordar el drama de las minas antipersona o de la emigración mostrando el dolor desde la dignidad. Hablando de emigración, presenta aquí un proyecto inédito en vídeo, dedicado a jóvenes senegaleses y elaborado en colaboración con Borja Larrondo.

Isabel Muñoz. Serie Mitologías, 2012
Isabel Muñoz. Serie Mitologías, 2012

También forman parte de esta retrospectiva imágenes de su proyecto con máscaras precolombinas, indias o amazónicas (Mitologías), en el que algunas de ellas las portaban bailarines cuyos cuerpos no eran lo perfectos que esperamos en danzantes, pero sí perfectamente expresivos de su amor por la Madre Tierra – valga la redundancia-, otras fotografías profundamente sensuales, casi táctiles -conviene entender continuamente el cuerpo como lienzo de sentimientos- e incluso una escultura formada por dos piezas de mármol entre las que se esconde una impresión de platino de la imagen de un momento íntimo de una pareja: se trata de un encargo destinado únicamente a un ser amado que los comisarios han elegido extraer para la ocasión de su ámbito privado.

Hablando de privacidad, en una pequeña sala nos esperan imágenes seleccionadas entre las que Muñoz ha realizado en su casa en sesiones con adeptos al sadomasoquismo (predominan en ellas los fragmentos, para no hacer evidentes las relaciones entre dominante y dominado).

Cuenta Isabel que cada fotografía tiene su propia historia y que revisar sus archivos para esta muestra, extensa y propicia a la mirada lenta, le ha servido para revivirlas: para recordar a las jóvenes indias del tercer sexo, que encontraron en su estudio una burbuja temporal donde evadirse de sus problemas; a transexuales de Brasil cuya belleza ambigua subraya queriendo visibilizar “hierbas que no queremos ver y que no encuentran su sitio en nuestras praderas” o a jóvenes mexicanos descontentos con su vida y su entorno que transforman su cuerpo, tatuándolo hasta las cuencas de los ojos, para dotarse de una nueva identidad y asociarse a tribus donde encontrar apoyo, reinventándose.

No solo subraya la artista la belleza del cuerpo, sino su complejidad, en constantes juegos de complementarios entre lo masculino y lo femenino, la luz y la oscuridad, el blanco y el negro… y hay un elemento recurrente: las manos místicas, que acarician, bendicen, dan suerte.

Isabel Muñoz. Serie Metamorfosis, 2016
Isabel Muñoz. Serie Metamorfosis, 2016

No faltan en Tabacalera sus proyectos con los suspendidos mexicanos o con los maras, en el que quiso explorar cómo los seres humanos “somos” en grupo a lo largo de nuestra vida y ese tratamiento del cuerpo que al que mira puede sugerir dolor pero que es un camino al éxtasis, ajeno al sufrimiento terrenal, para el que se lo inflige. Nos enseña Muñoz cómo la necesidad de acceder a otros estados, de trascender la piel, es necesidad común en culturas muy distintas, tan diferentes como los modos de alcanzar esa espiritualidad, las tentativas del hombre en busca de la sublimación.

Ponen punto final a “La antropología de los sentimientos” imágenes de enfermos de demencia en El Congo. Algunos, considerados poseídos por el diablo, son torturados; el grupo que ella fotografió tiene su cerebro sometido a decenas de electrodos. Son impares y falta un retrato para completar un montaje cuadrado: el nuestro. Los rostros de estos congoleños nos invitan a vernos reflejados en ellos, como todos los modelos de su exposición, con quienes ella ha entablado relaciones que recuerda con cariño: las diferencias entre nosotros son accesorias, todos pertenecemos a una tribu y las miradas subrayan siempre lo común.

Isabel Muñoz. Serie Locura, 2016
Isabel Muñoz. Serie Locura, 2016

 

 

“Isabel Muñoz. La antropología de los sentimientos”

TABACALERA. PROMOCIÓN DEL ARTE

c/ Embajadores, 51

Madrid

Del 27 de abril al 17 de junio de 2018

 

 

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2 respuestas a “Isabel Muñoz o la empatía”

  1. Pedro García

    Fotógrafa mediocre carente de ética (Maras, niñas prostitutas…) y que s ha dedicado a copiar proyectos de otros fotógrafos. Muy relacionada con los círculos del poder y con “El país “, llevaban años ” presionando” para darle el Premio Nacional.
    Su fotografía espectáculo representa lo peor de la fotografía española. Lamentable.

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    • Pablo

      Carente de ética por fotografíar “Maras, niñas y prostitutas”. Tú flipas.

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