Irma Blank: cómo escribir sin palabras

Bombas Gens repasa la trayectoria de la artista alemana

Valencia,

Siete museos internacionales (Culturgest, en Lisboa; MAMCO, en Ginebra; CAPC, en Burdeos; CCA, en Tel Aviv; el ICA milanés; el Museo Villa Dei Cedri, en Bellinzona y el español Bombas Gens) se han puesto de acuerdo este año para recuperar la figura de la artista alemana Irma Blank desde distintos enfoques. Nacida en Celle en 1934 y residente en Milán, se ha valido constantemente de referencias al libro y a la escritura para plantear la riqueza y complejidad de las posibles relaciones entre el dibujo y la pintura y lo textual, convencida de que no existe la palabra exacta y autónoma. Aunque sus trazos y signos carecen de sentido lingüístico, de un significado que aquí se equipara a ruido obnubilador, sí componen una forma de lenguaje con un valor propio y radical que no requiere que alcancemos de ella comprensión y entendimiento, tradicionalmente entendidos.

Podemos considerar que su producción nace de rituales en absoluto distanciados de lo cotidiano, porque equipara Blank los procesos creativos a registros del tiempo y de la vida en los que la repetición, como en nuestras mismas rutinas, resulta esencial; conecta su trabajo, desde ese punto de vista, con el de su compatriota Hanne Darboven, recientemente objeto de una antología en el Reina Sofía: esta última artista trabajó en series y atendiendo a patrones numéricos que utilizó a modo de herramientas para tratar de plasmar la construcción del tiempo, en una empresa que podríamos calificar como pitagórica.

La producción de Blank también requiere de una concentración absoluta en la labor minuciosa de trazar sobre distintas superficies los lazos entre signos y tiempo: papeles, lienzos, paneles, libros, tinta, bolígrafos, acuarelas, pinturas al óleo o acrílicos son algunos de sus recursos básicos en el empeño.

"Blank, Irma Blank". Bombas Gens
“Blank, Irma Blank”. Bombas Gens

La exhibición de Bombas Gens, comisariada por Johana Carrier y Joana P. R. Neves, consta de obras datadas en todas las etapas de la artista y quiere incidir precisamente en la vertiente pictórica de sus imágenes, estructuradas aquí en tres salas de fluido montaje para favorecer la visión de conjunto que requiere la labor de la alemana, continuamente abierta y sometida, aún hoy por ella, a revisión. La ordenación de las piezas no es estrictamente cronológica, pero sí trata de potenciar el dinamismo, las ondas perceptibles en trabajos que, individualmente contemplados, pueden resultar estáticos o planos.

Son también fruto de la introspección, la que caló en Blank cuando se trasladó desde Alemania a Sicilia primero, en los cincuenta, y después a Milán, en los setenta. Su inserción en ciudades de una cultura y una lengua que le eran entonces ajenas le llevaría a sumergirse en los entresijos de la comunicación más allá de lo verbal, asunto en el que no ha dejado de ahondar hasta ahora: si en la temprana Eigenschriften (en castellano, Autoescrituras), profundizó en la noción de signo, en conexión con un contexto cultural que abogaba por la experimentación con el lenguaje, en sus últimas imágenes no ha dejado de bucear en ese asunto, en nuestras opciones de escribir sin usar palabras, poniendo de relieve las limitaciones expresivas, semánticas, de estas.

Podemos contemplar en Valencia, hasta el próximo marzo, delicados pasteles, óleos también sobre papel, trabajos de texturas toscas que muestran barridos de acrílico y, en unos y otros, líneas rectas o vibrantes, modulaciones repetidas en tonos pastel o a veces rojos, que nunca sugieren quietud pero sí silencio. Trata Blank, en el fondo, de acercarse a la raíz, a un punto cero semántico del que todo puede nacer; en sus palabras: Devuelvo autonomía al signo, al cuerpo de la escritura, para dar voz al silencio, al vacío. A los pensamientos impensables. La escritura no está ligada al saber, sino al ser.

En su ya largo camino no se ha dejado influir por tendencias dominantes, sino por su propia devoción a la literatura y la filosofía y por la meditación, manteniendo su coherencia sobre lienzo o sobre tabla o papel, en obras de formatos normalmente íntimos que desprenden pulcritud y vocación existencial en el intento de escribir sin vocablos o pintar sin imágenes. En definitiva, en su búsqueda de una expresión más allá del signo; si hay vida hay comunicación, aunque no haya diccionario.

Su serie Trascrizioni (1973-1979) se basa justamente en sus lecturas cotidianas (periódicos, poesía, etc.), de las que transcribió páginas con su escritura asemántica, copiando con tinta sobre papel la disposición del texto en lugar de las letras, palabras y frases y en Radical Writings (1983-1996), pinturas o dibujos sobre cartón basados ​​en sus patrones de respiración, ganó importancia el color, sobre todo el azul, quizá el más habitual en la escritura, para ella asociado además a la armonía y la utopía. Global Writings (2000-2016), por su parte, es su serie más extensa: continuó aquí desarrollando una forma de escritura universal, inventando un alfabeto compuesto por ocho consonantes con las que creaba texto; se trata de dibujos o superposiciones de escritos serigrafiados sobre lienzo o aluminio, por la vía informática.

A raíz de un problema de salud que le inmovilizó el lado derecho del cuerpo, aprendió a dibujar con la mano izquierda y con ella ha realizado, desde 2017, la serie Gehen (Segunda vida), en la que dibuja líneas horizontales en papeles del tamaño de una página, como si las líneas se fusionaran con la palabra escrita. El proceso, una suerte de coreografía a cámara lenta, viene a indicar cómo el movimiento de la línea nace del cuerpo de la autora.

"Blank, Irma Blank". Bombas Gens
“Blank, Irma Blank”. Bombas Gens

 

 

“Blank, Irma Blank”

BOMBAS GENS CENTRE D´ART

Avinguda de Burjassot, 54-56

Valencia

Del 7 de octubre de 2021 al 20 de marzo de 2022

 

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