La pasada (convulsa) primavera se cumplió el quinto centenario del levantamiento de los comuneros en Castilla, fundamentalmente en Segovia, Toledo y Valladolid; revuelta con la que acabaría, casi de forma definitiva, la victoria de las tropas imperiales en la batalla de Villalar un año después. Para recordar esta efeméride, el Ayuntamiento de Segovia, en colaboración con Acción Cultural Española, presenta, hasta el 23 de julio del año que viene (coincidiendo justamente con el aniversario de esa contienda), INSURRECTA, un proyecto de arte público desarrollado por el artista Gonzalo Borondo en las vallas publicitarias alejadas del casco histórico de la ciudad, la zona más visitada por los turistas. Se han intervenido algo más de una treintena de ellas, convirtiendo el paisaje urbano de los alrededores de Segovia en espacio expositivo al aire libre apto para ser recorrido a pie, en bici o en coche.
Los trabajos de Borondo se articulan en diecisiete localizaciones y en cinco capítulos; en ellos ofrece una lectura personal y crítica de aquel episodio y de lo que la historia puede tener de cíclico, enlazándolo con nuestro tiempo. Esa mirada subjetiva y abierta sobre el pasado de Segovia y de Castilla la desarrolla también sobre la misma ciudad, al impulsar la visibilidad de enclaves desapercibidos, esos No Lugares de tránsito sobre los que reclama nuestra atención. Para guiar nuestro recorrido por ellos, se han llevado a cabo mapas de localización que incluyen explicaciones históricas.
Borondo es un joven artista vallisoletano que ha comenzado a residir en Segovia tras una década desarrollando su carrera fuera de España. Recibió el encargo de diseñar INSURRECTA, por parte de la Concejalía de Cultura de su Ayuntamiento, el año pasado y, tras una primera fase de investigación en fuentes documentales sobre los comuneros, decidió enfocar el proyecto hacia el análisis de las luchas por el poder en un sentido muy amplio, explorando los choques entre sociedad y naturaleza, medio urbano y medio rural, e incluso entre espacios semiabandonados y quienes desean (re)apropiárselos.
Buscando la interacción entre la narrativa histórica ligada a la revuelta comunera y sus metáforas visuales, no ha elegido al azar los soportes donde llevar a cabo su trabajo, sino que ha tratado de relacionar, simbólicamente, las demandas comuneras de reservar cargos y tributos para los castellanos (reapropiándose, implícitamente, de lo que de la tierra emana) con su reapropiación de las vallas públicas para el arte. En unas y otras intervenciones ha empleado técnicas distintas, pero sobre la base del monotipo, buscando homenajear así los fines divulgativos de algunas de las series de grabados más célebres de Goya, como Los desastres y Los caprichos.
Veremos esculturas de hierro y paneles microperforados que rebosan algunos de los marcos, cianotipias cuyo realismo ensoñado remite a fotografías de los pioneros y animaciones que también trascienden el soporte original. Asimismo, juega con las yuxtaposiciones de las vallas y su entorno, integrando paisajes y perspectivas en su propia obra. En el citado mapa de INSURRECTA se explica qué perspectiva es la más idónea para contemplar cada pieza desde el punto de vista del autor, aunque el público pueda elegir libremente tanto su enfoque como el orden de su ruta.
Hasta la fecha, la producción de Borondo consta de pinturas figurativas e instalaciones que conectan con sus contextos, geográficos y también psicológicos, buscando romper las inercias de los lugares mientras no deja de respetarlos y rendirles tributo.
