Bajo el comisariado de Carles Guerra y Antje Ehmann, el Instituto Valenciano de Arte Moderno presenta, hasta el próximo 22 de mayo, la mayor retrospectiva que hasta ahora se ha dedicado en nuestro país a Harun Farocki, videoartista alemán que además cuenta con una excepcional trayectoria como director, crítico de cine y gran valedor del cine de ensayo, experimental y alejado de los circuitos comerciales.
En una etapa en que, como ha subrayado José Miguel G Cortés, vivimos rodeados de pantallas pero no hemos aprendido aún a saber mirarlas y a construir con ellas imágenes propias, la obra de Farocki es especialmente valiosa porque enlaza el arte contemporáneo y las perspectivas críticas hacia esa “civilización de la imagen” con la cultura popular, los videojuegos, e incluso con los vídeos tomados a pie de calle por las cámaras de seguridad o a través de técnicas de reconocimiento cartográfico, que le han servido para plantear los actuales nexos entre las personas, las guerras contemporáneas y la tecnología, o las máquinas, subrayando cómo ha cambiado nuestra sociedad, y nuestra forma de pensar, a raíz de la transmisión de hechos históricos en directo vía televisión.
La exposición, que lleva por título “Lo que está en juego” y viajará en junio a la Fundació Antoni Tàpies de Barcelona, analizará la doble intención de la obra de Farocki de crear una producción con intencionalidad política y, a su vez, de analizar la calidad de las imágenes que cada día nos rodean centrándose en los proyectos que él vinculaba a la que llamaba “imagen operativa”: imágenes producidas sin operadores y empleadas para controlar, o vigilar, determinados espacios.
Podremos ver, por primera vez en nuestro país, videoinstalaciones fundamentales como Eye / Machine I (2000) y Eye / Machine II (2001) y Serious Games I-IV (2010) o Parallel I-IV, que muestra la evolución de las técnicas de representación del videojuego (2012-2014), The Creators of Shopping Worlds (2001), I thought I was Seeing Convicts (2000) e Interface (1995). Queremos destacar Serious Games; en ella Farocki, muy interesado por las posibilidades educativas de la imagen, explora las conexiones entre la realidad virtual y el modo en que los escenarios de ficción de los juegos de ordenador son utilizados en el tratamiento psicológico de los soldados que padecen estrés postraumático tras participar en conflictos.
Interface, por su parte, fue la primera videoinstalación del artista y estudia las implicaciones para él de trabajar a partir de imágenes ya existentes y producidas en lugar de generando otras propias.
No faltan tampoco en Valencia algunos de los filmes militantes que el alemán llevó a cabo a principios de los sesenta y que abordaban posibles actuaciones ante la Guerra de Vietnam (no desde Estados Unidos, sino desde Berlín, donde el artista residía). Podemos contemplar seis cortos: Everybody a Berliner Kindl (1966), The Campaign Volunteer (1967), The Words of the Chairman (1967), Their Newspapers (1968), White Christmas (1968) e Inextingusihable Fire (1969).
Completa la muestra un doble programa de películas: uno dedicado a recuperar los programas de televisión en los que el Farocki ha retratado a otros artistas e intelectuales, y otro que repasará la evolución del videoarte centrado en la crítica de la imagen, cine como metacine.
Al margen de su producción audiovisual propia, hay que recordar que Farocki es guionista de buena parte de los filmes de Christian Petzold, entre ellos los recientes Bárbara y Phoenix, y que fue miembro destacado del movimiento del Nuevo Cine Alemán.
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