Hannah Collins reivindica a Hassan Fathy

La fotógrafa presenta en la Fundació Tàpies un proyecto inspirado en el legado del arquitecto

Barcelona,

Hannah Collins. "Escribiré una canción y la cantaré en un teatro rodeada por el aire de la noche" en la Fundació Tàpies

En la producción de la fotógrafa británica Hannah Collins, ligada desde hace décadas a la ciudad de Barcelona, están muy presentes las relaciones íntimas entre la compañía y la soledad, la experiencia del desarraigo entre nómadas, migrantes o exiliados y las dificultades, de ellos y de todos, al entablar lazos afectivos sólidos, un pegamento colectivo al margen de la economía. A menudo se ha servido de imágenes panorámicas y proyecciones multipantalla, en este último caso para generar en el espectador experiencias visuales sin centro y acercarle a la experiencia de quienes se encuentran, sea forzosamente o por deseo, fuera de sus lugares conocidos; sin embargo, esos formatos no restan intimidad a su obra.

Uno de sus proyectos más recientes, “Escribiré una canción y la cantaré en un teatro rodeada por el aire de la noche”, está precisamente basado en la figura del arquitecto que, quizá, más a fondo trabajó para generar comunidad a partir de la convivencia de los oficios y materiales tradicionales asociados a las construcciones egipcias y las nuevas corrientes urbanísticas desplegadas en el siglo XX. Nos referimos a Hassan Fathy, fallecido hace justo treinta años en El Cairo: el que fuera Premio Aga Khan de Arquitectura en 1980 hizo del adobe su material estrella y diseñó desde su profundo conocimiento del clima, las técnicas constructivas y la situación social y económica del Egipto rural.

De algún modo, su legado y la fotografía de Collins tienen en común la fusión de historia, vida cotidiana y memoria colectiva, aunque es muy frecuente que la británica genere profundidades de campo que nos inviten a trascender lo local en imágenes correspondientes a fragmentos del mundo. Se sirve de procedimientos compositivos para llevar nuestra mirada a lugares distantes y también para convertir espacios cotidianos, prácticamente, en monumentos.

Regresando a “Escribiré una canción y la cantaré en un teatro rodeada por el aire de la noche”, la propuesta que desde hoy presenta en la Fundació Antoni Tàpies, en ella encontraremos fotografías montadas en secuencia y proyectadas como un filme, o bien expuestas en grandes formatos; unas y otras están dedicadas al legado, moderno pero firmemente asentado en sus raíces egipcias, de Fathy.

Muchos de sus edificios están hoy amenazados por el olvido y la ruina, es el caso de los proyectos de Nueva Gourna (1945-1947) o el de Nueva Baris (1965-1967), y Collins quiere con sus fotografías, por un lado, redimirlos de esa desidia en la que están sumidos y, por otro, proclamar la necesidad de generar en torno a ellos planes viables de futuro. Su trabajo supone un tributo al arquitecto, pero también un deseo de contribuir a la consolidación de un urbanismo sostenible, barato y que mejore la vida de quienes más lo necesitan, como Fathy quiso.

Tristemente, tanto Nueva Gourna como Nueva Baris se acercan más al concepto de utopía que al de una realidad abandonada, por más que se pusieran en pie en los cuarenta y los cincuenta. El primero no convenció desde un inicio a quienes iban a ser sus habitantes, porque aceptar su residencia allí no les permitía desarrollar el que era entonces su medio de vida (el expolio de tumbas faraónicas con el fin de vender lo hallado a coleccionistas occidentales) y el segundo quedó inconcluso a raíz del estallido de la guerra entre Egipto e Israel en 1967.

Quizá os preguntéis el origen del título de la exposición: Fathy tuvo la idea de levantar un teatro al aire libre en el citado poblado de Nueva Gourna. No sería un escenario al uso, sino enraizado, como sus construcciones, en las tradiciones populares: los habitantes de esta aldea podrían cantar y recitar allí cuando quisieran.

 

Hannah Collins. “Escribiré una canción y la cantaré en un teatro rodeada por el aire de la noche”

FUNDACIÓ ANTONI TÀPIES

Carrer d´ Aragó, 255

Barcelona

Del 21 de junio al 13 de octubre de 2019

 

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