Goya en Madrid

El Museo del Prado relaciona sus cartones para tapices con obras de contemporáneos a Goya y de artistas anteriores que le inspiraron

Goya en Madrid

MUSEO NACIONAL DEL PRADO

Pº del Prado, s/n

Madrid

Del 28 de noviembre de 2014 al 3 de mayo de 2015

Madrid,
Francico de Goya. Niños con perros de presa, 1786. Madrid, Museo Nacional del Prado
Francico de Goya. Niños con perros de presa, 1786. Madrid, Museo Nacional del Prado

Hasta ahora habíamos visto los cartones para tapices de Goya expuestos en orden cronológico y en relación con las estancias reales para las que fueron concebidos, hasta el 3 de mayo de 2015 los contemplaremos desde otro enfoque: estructurados temáticamente en ocho secciones y confrontados a obras de artistas contemporáneos al aragonés, como Bayeu, Maella, Tiépolo o Meléndez, y a piezas de pintores anteriores, como Velázquez, Rubens, Tiziano o Teniers, que el pintor de cámara de Carlos IV pudo contemplar en la Colección Real o en su anterior viaje a Italia y que seguramente le inspiraron. En palabras de Miguel Zugaza, al mostrar estas obras como pinturas autónomas, y no como “viñetas” integrantes de un todo, los temas que habitualmente interpretamos como castizos se vuelven universales.

Sabemos que Goya no los concibió como piezas secundarias sino como reflejos de su invención metafórica de la sociedad, pero hasta los ochenta la bibliografía había abordado los cartones como expresión del Goya más popular. La de Janis A. Tomlinson fue una de las primeras voces en subrayar su asociación con los emblemas morales y la pintura anterior.

La muestra que mañana abre el Prado incide en los vínculos sutiles entre esos modelos de la tradición antigua, pinturas y esculturas que Goya conoció durante sus inicios (una etapa en la que el Antiguo Régimen daba sus últimos compases) y los cartones, fechados entre 1775 y 1794, en los que renovó temas claves de la historia del arte (la caza, la plasmación de las clases sociales, la infancia, el baile, la música, las estaciones o la crítica a cuestiones espinosas, como el matrimonio desigual de conveniencia) mientras agudizaba su extraordinaria capacidad de observación. Para avivar la nuestra, ninguna de las pinturas se ha colocado sobre una sobrepuerta; tampoco se exhiben junto a los tapices, desde la consideración de que no pueden establecerse jerarquías entre éstos y los cartones.

No se exhiben en el Prado todos los cartones (algunos de ellos forman parte de exposiciones en el Museum of Fine Arts Boston o en Barcelona), pero sí su núcleo fundamental, lo bastante representativo de la riqueza de sus composiciones y del cuidado que Goya imprimió a las representaciones de figuras humanas y animales y a sus expresiones, germen de su producción posterior en el caso de diversas series de estampas, dibujos y pinturas de gabinete.

La muestra, comisariada por Manuela Mena y Gudrun Maurer, sirve de avance a líneas de investigación en torno a los cartones que el Prado continuará presentado más adelante. De momento, en “Goya en Madrid” podremos ver por primera vez Cazador cargando su escopeta, un lienzo restaurado recientemente para separarlo de otro al que permanecía unido desde 1933 mediante forración. También Vista de la ciudad de Zaragoza de Juan Bautista Martínez del Mazo, igualmente restaurada y restituidas sus dimensiones originales y su riqueza cromática original.

MÚSICA Y CINE PARA LOS CARTONES

Otra novedad en esta presentación de los cartones goyescos es su acompañamiento con una selección de piezas musicales que pueden relacionarse, tanto cronológica como temáticamente, con las obras. Han sido escogidas por Marta Espinós y el público podrá escucharlas en dispositivos multimedia cedidos por Samsung. Hay más: el cine forma parte, por primera vez, de una exposición del Prado; junto a las escenas o bodegones de caza de Goya y de autores como Paul de Vos y Mariano Nani podremos ver fragmentos alusivos a a ese tema del filme de Jean Renoir Las reglas del juego, una comedia que acaba en tragedia merced a una escopeta.

El catálogo nos ayudará a recordar los planteamientos de la exposición: reproduce sus secciones temáticas, no una mera sucesión de imágenes y fichas.

Hay que mencionar también que “Goya en Madrid” coincide con el proceso de reordenación de los fondos del Prado en las salas de su segunda planta sur, que acoge los tapices del de Fuendetodos y pintura española del s XVIII.

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