Generación Casa de Velázquez

Savia nueva hispano-francesa. Édouard Beau, Álvaro Díaz-Palacios, Cristina Gamón, Léon Garreaud De Mainvilliers, Clarisse Griffon Du Bellay, Alberto Martín Giraldo, Pablo Guidali, Frédérique Pressmann, Andrea Rodríguez Novoa, Tamim Sabri, Nelly Stetenfeld y Juliette Vivier han sido los últimos doce artistas becados por la Academia de Francia en Madrid y desde el 22 de mayo mostrarán en la Casa de Velázquez el resultado de su estancia en este centro: proyectos que esta vez vienen marcados por colaboraciones interdisciplinarias. Tres de ellos son grabadores, disciplina a la que la Academia gala ha prestado especial atención, y han trabajado junto al resto de participantes en la elaboración de obras transversales.

Estos creadores han sido seleccionados, como cada año, entre un centenar de candidatos tras examinar su proyecto creativo y someterse a una entrevista en París. Sus perfiles son comunes: son diplomados de escuelas artísticas superiores o profesionales consolidados y dos de ellos son becarios españoles que participan en este programa gracias a acuerdos suscritos con la Diputación de Zaragoza y el Ayuntamiento de Valencia.

Durante sus residencias en la Casa de Velázquez, esta docena de creadores desarrollaron el proyecto por el que fueron escogidos y también se involucraron en encuentros intelectuales y profesionales. La exposición en la que hasta junio exhiben los resultados de su trabajo es una de las citas más importantes de la programación anual de este centro.

Beau, fotógrafo, nos traslada en sus imágenes al día a día de la sociedad iraquí, tratando de huir de clichés y apariencias para adentrarse en el fondo de la situación de los habitantes del país tras la guerra; Diaz-Palacios nos presenta ejemplos de su pintura como “forma de resistencia”, como práctica irreemplazable y extrema cuya influencia se hace presente incluso en e-images; Cristina Gamón-Lazaro, también pintora, ha trabajado en su políptico Polvo de estrellas con la dimensión sensorial y emocional de la búsqueda de lo absoluto propia del Romanticismo; el grabador Léon Garreaud ha plasmado en sus piezas la influencia de su formación como arquitecto: se trata de construcciones espaciales en las que ha utilizado ácidos para acelerar la degradación y la corrosión de materiales; la escultora Clarisse Griffon muestra su talla en madera La balsa de la medusa, en la que ha desarrollado la idea de revivir la historia recreada por Delacroix y retrasar su sepultura; el fotógrafo Pablo Guidali muestra en sus imágenes la ciudad como un motivo dinámico lleno de tiempos de fuga y epopeyas de captación desafiante y Martín Giraldo exhibe un proyecto pictórico en el que, más que por el motivo pictórico, se deja llevar por la práctica de su arte, cuidando la plasmación de dimensiones espaciales y temporales.

Por su parte, el cineasta Pressmann nos ofrecerá un work in progress sobre la problemática del barrio del Cabanyal; Rodríguez Novia, arquitecta, ha centrado su proyecto Cóncavo-convexo en la arquitectura museística española reciente; el escultor Tamim Sabriha levantado un bosque con un solo árbol, de escala humana y resonancias orientales; Nelly Stetenfeld ha incorporado a su tríptico Cortège pieles animales, huellas naturalistas que evocan narraciones, y, por último, la grabadora Juliette Vivier ha creado para la ocasión atmósferas imaginarias y ficticias que ya comenzó a gestar durante una residencia artística en Groenlandia.

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