Generación 2015: perderse con rumbo

Elena Aitzkoa, Karlos Gil, Cristina Garrido, Fermín Jiménez Landa, Lucía Simón, Pep Vidal González, Daniel Jacoby, Nadia y Laila Hotait, Karlos Martínez. B y Oriol Vilanova han sido seleccionados, entre cerca de 650 candidatos, como ganadores de Generación 2015, la última edición de una de las convocatorias más longevas y prestigiosas entre las que en nuestro país apoyan el arte joven.

Este año el certamen tenía como leit motiv la idea de caminar sin rumbo fijo, la noción del recorrido azaroso, de deambular perdiendo el Norte (buscando quizá llenar vacíos aunque demos la partida por perdida de antemano) y la decena de creadores, incluyendo el dúo de las Hotait, que han sido premiados, no tiene demasiado en común en cuanto a procesos creativos pero sí en cuanto a su viajar: muchos han realizado residencias o estudios fuera de España o continúan haciéndolo y han tratado de ignorar o romper fronteras. Como subraya José Guirao, su voz es representativa de una generación que más que nunca asimila el mundo globalizado intentando encontrar una voz propia.

Sus proyectos han sido escogidos por un jurado compuesto por Nuria Enguita, miembro del equipo de comisarios de la Bienal de Sao Paulo 2014; la comisaria independiente Tania Pardo y Francesco Stocchi, comisario en el Museum Boijmans Van Beuningen holandés.

Entrando en materia, Elena Aitzkoa ha sido premiada por Objetos nómadas, un conjunto de esculturas-hatillo que nos invita a pensar en lo cotidiano y lo azaroso y en la experiencia derivada de nuestras acciones vitales del pasado y del futuro; la madrileña Cristina Garrido ha elaborado #JWIITMTESDSA? (Just what it is that makes today’s exhibitions so different, so appealing?), una instalación multimedia en la que ha querido ofrecernos un recorrido tanto formal como digital por la actualidad del arte contemporáneo poniendo en jaque el valor de ciertos objetos y espacios, y el toledano Karlos Gil ha elaborado una instalación formada por tres esculturas de piedra, madera y metal y dos neones que le sirve para reflexionar sobre la significación del lenguaje, su uso no comunicativo y su relación con el objeto artístico y el poder significante del fragmento. Se ha inspirado en Slant Step, célebre objeto del arte conceptual de los sesenta utilizado por Richard Serra o Bruce Nauman.

Nadia y Laila Hotait forman parte de Generación 2015 por la videoinstalación La noche entre Alí y yo, un viaje de la memoria y también físico a un acontecimiento que ellas no vivieron pero que sí les marcó y aquí recrean: la muerte de Ali Cheaib, amigo de su padre y poeta, al intentar asaltar un banco en Beirut. El peruano Daniel Jacoby, bien conocido en España por sus trabajos de aproximación a lo real desde el juego y las fábulas, ha propuesto en Jagata: Part I un acercamiento a la cultura popular japonesa y a la variedad de interpretaciones que ofrece lo informe a través de un habitante de Hokkaido capaz de predecir el futuro en las patatas y Fermín Jiménez Landa, que ahora está presentando en ARTIUM el alabado proyecto “Turno de noche”, ha resultado galardonado por “Acampada libre”, una escultura móvil que evoca lejanamente a Calder y que es también un vivero flotante para caracoles, remitiéndonos a la naturaleza, la juventud, las vacaciones…

En Textiles from exile, el bilbaíno Karlos Martínez B. alude a través de alfombras, tejidos y material gráfico al exilio de las mujeres que en los años veinte participaron en la Bauhaus y de mujeres artesanas de hoy en todo el mundo; Lucía Simón, con 42 libretos sobre mesa de madera que no contienen pentagramas sino series numéricas, se plantea en qué momento comienzan los pensamientos a formalizarse en palabras y si los signos pueden o no categorizar lo inexpresable y Pep Vidal, en la instalación de dibujos y libros que configura Following the (Magnetic) North Pole, ha investigado los cambios infinitesimales que rigen los sistemas magnéticos.

Por último, el barcelonés Oriol Vilanova nos propone en Sin perder casi nada, una instalación integrada por expositores de postales y sobres cerrados recolectados en rastrillos y mercadillos que conforman una representación de la excepción, de la incógnita (Vilanova ha optado por no abrirlos) y una reflexión sobre el boom turístico de los sesenta, década en la que se editaron muchos de estos sobres.

Podéis contemplar estos trabajos hasta el 5 de abril en La Casa Encendida bajo el comisariado de Ignacio Cabrero.