Kit de supervivencia literaria: diez libros para un mes de clausura

07/04/2020

Es posible que, dadas las infinitas posibilidades de ocio digital, también cultural, que se nos han ofrecido estos días de confinamiento (nos responsabilizamos en la parte que nos toca), algunos de vosotros no hayáis dedicado aún algunas horas a una de las más sencillas, enriquecedoras y quizá apacibles actividades de las que podemos disfrutar en casa: leer sin prisas. Proponemos, a quienes aún no han tenido entre manos un libro en el encierro, diez opciones que harán que este tiempo triste no sea perdido.

John Cheever. CuentosJOHN CHEEVER. CUENTOS
En 1978, John Cheever se hizo con el Pulitzer y el National Book Critics Circle Award gracias a una selección de cuentos en los que daba cuenta de las inquietudes, grandezas y miserias de la clase media estadounidense en los cincuenta y sesenta, relatos que suelen contar con desenlaces inquietantes y apuntar a las zonas erróneas de casi todos, con las que él empatiza sin remedio. Muchos vieron en Cheever, creemos que con razón, a un Chéjov contemporáneo.

Hace un par de años, Penguim Random House volvió a editar los mismos cuentos que Cheever había elegido para aquel volumen premiado, introduciendo a los novatos en esas zonas residenciales de las afueras de tantas ciudades americanas cuya aparente paz esconde secretos, anhelos de vidas diferentes entre fiestas al pie de la piscina, mañanas con periódico en la puerta y tardes de radio. Dice Rodrigo Fresán, en el epílogo de este libro, que el escritor no se limita a ser el Deux Ex Machina (de estas historias) sino que, además, se pone en la piel del pecador. Cheever es víctima y victimario, confesor y penitente, máscara y enmascarado.

ANGEL WAGENSTEIN. EL PENTATEUCO DE ISAAC
El Pentateuco de Isaac supuso el inicio (tardío) de la trayectoria literaria de Angel Wagenstein, que nació en una familia búlgara de origen sefardí que hubo de exiliarse en París, siendo él niño, ante la militancia izquierdista de algunos de sus miembros. Pudo regresar a su país gracias a una amnistía y, en la II Guerra Mundial, sería internado en un campo de trabajo, del que escapó para integrarse en los partisanos. Resultó arrestado y condenado a muerte, el fin de la contienda lo salvó y tras ella inició una carrera como cineasta y más tarde, claro, como escritor.

Su conocimiento tan personal de la situación europea en los años treinta y cuarenta tiene mucho que ver con esta novela (Libros del Asteroide), la primera de una trilogía dedicada a la situación de los judíos en nuestro continente y en ese contexto (después llegarían Lejos de Toledo y Adiós, Shanghai). El Pentateuco de Isaac lo protagoniza Isaac Jacob Blumenfeld, un sastre de Galitzia que conoció dos guerras, cinco patrias y tres campos de concentración, pero Wagenstein narra su historia desde la ironía, logrando introducir, con mucha lucidez, humor en esas vicisitudes desgarradoras. Ese enfoque es fácil de identificar con la esperanza abriéndose camino.

AMOR TOWLES. UN CABALLERO EN MOSCÚ
Una de las grandes sorpresas del 2018 nos llegó de este escritor estadounidense, Amor Towles, que hasta hace unos pocos años se dedicaba a las finanzas. Es autor de solo dos novelas a cual más seductora: Normas de cortesía (2012) y la citada Un caballero en Moscú, protagonizada por el conde Aleksandr Ilich Rostov, que ha sido condenado a muerte por los bolcheviques pero lograr esquivar su destino gracias a un poema.

Amor Towles. Un caballero en MoscúSu pena es conmutada por un arresto domiciliario sine die (no hagamos paralelismos) en el hotel Metropol, último reducto del lujo con el que el nuevo régimen soviético se ha propuesto acabar y del que Rostov era cliente asiduo; sus grandes aficiones, y ocupaciones en general, eran la lectura y el buen comer. El conde logra dar sentido a su nueva existencia entablando amistades con los moradores del hotel, introduciéndose en sus secretos y contemplando por la ventana el devenir de su país. Towles sabe narrar con delicadeza y finura, sin dejar de lado el ingenio. En Salamandra.

IRIS MURDOCH. LA NEGRA NOCHE
El pasado 2019 se conmemoró el centenario del nacimiento de la escritora británica Iris Murdoch, autora de novelas, ensayos, poesía y teatro; su obra más destacada la encontramos en español en Lumen. Si algo define su producción es lo inesperado: abundan los giros extraños, el humor negro y la disección de la cara b de las clases altas de su país; sus protagonistas se enfrentan a dilemas morales profundos sin que ello suponga la ausencia de humor.

La negra noche es una de sus novelas negras y policiacas, una historia de muerte y venganza que nos sitúa, como reza el título, en la noche londinense y que de nuevo se adentra en el lado oscuro de algunos supuestos virtuosos: la ausencia de empatía, la confusión emocional, la incapacidad de amar… La capital británica es, más que un escenario, un personaje más: sus calles son el reflejo desolado de las almas de quienes transitan por ellas, contempladas por Murdoch con ojo casi existencialista.

ANDREA KÖHLER. EL TIEMPO REGALADO
Pocos momentos como el de encierro que ahora atravesamos nos brindan la ocasión de reflexionar a fondo sobre nuestra percepción y manejo del tiempo, en particular del que no empleamos con fines “productivos” sino que destinamos a esperar.

La escritora y periodista alemana Andrea Köhler se refiere en este ensayo, editado por Libros del Asteroide, a esas inevitables esperas que marcan buena parte de nuestra vida y que nos dan la posibilidad de repensar el pasado o atisbar el futuro. Köhler plantea que no se trata de espacios en blanco, de tiempos muertos, sino de instantes necesarios para nuestro propio crecimiento, dado que las gratificaciones suelen implicar retrasos y casi nada sobrevenido sin preverlo (sin lugar a la pausa) suele dejarnos satisfechos. Construye esas ideas a partir de referencias a obras fundamentales de la literatura y la filosofía.

JOSEP MARIA ESQUIROL. LA RESISTENCIA ÍNTIMA
Este ensayo de Josep Maria Esquirol ha dejado muy buen sabor de boca a muchos y puede resultar también muy pertinente en estas fechas por lo que tiene de puesta en valor del pensamiento individual, la atención a lo cercano, de la mirada original y propia. También por su clamor contra esa tendencia actual nuestra a dejarnos invadir, constantemente, por las últimas noticias y el imperio de la tecnología.

Esquirol profundiza en La resistencia íntima (Acantilado) en las ventajas del cuidado intelectual de uno mismo, para cada individuo y para los que lo rodean; del cultivo de la independencia y del trabajo con la mente e incluso con las manos. El subtítulo de este texto es Ensayo de una filosofía de la proximidad, porque esta “no se mide en metros ni en centímetros. Su opuesto no es la lejanía sino, más bien, la ubicua monocromía del mundo tecnificado”.

NATALIA GINZBURG. TODOS NUESTROS AYERES
De confinamiento familiar y de espera también nos hablaba Natalia Ginzburg en Todos nuestros ayeres, la historia de una familia italiana, la de la adolescente Anna, durante la II Guerra Mundial. El conflicto lo marca todo, pero no es su violencia la protagonista, sino el desarrollo de las relaciones familiares, de los primeros amores y amistades, en tiempos convulsos, a la espera continua de noticias.

Nadie puede dudar de que no se aprende todo de una guerra en los libros de historia: estos relatos dan testimonio de su impacto en los civiles; Anna, la introvertida protagonista, llega a afirmar: No había hombres de guerra y hombres de paz, pensaba Anna, la guerra estaba contra todos y nadie tenía derecho a decir que no quería hacerla. Y sin embargo la vida, y de eso trata esta historia, sigue su curso y no se detiene, a la espera de una normalidad que, como tal, nunca llega.

Francine du Plessix Gray. EllosLUCÍA BERLIN. UNA NOCHE EN EL PARAÍSO
Tras Manual para mujeres de la limpieza, Alfaguara volvió a deleitarnos el año pasado con más relatos de Lucía Berlin. Como los primeros, están estrechamente ligados a su vida de todo menos apacible: fue prácticamente nómada, se caso tres veces y desarrolló todo tipo de oficios, que le permitieron conocer a todo tipo de gente, para mantener a sus cuatro hijos. Lo trágico marida con el humor y el encanto en cuentos poblados de belleza, melancolía y dolor, y de personajes que inevitablemente suscitan ternura.

Las historias de Berlin ocupan en las librerías un espacio casi inédito: el de quien supo mirar su propia vida con los ojos de un tercero y transmitir que donde anida el dolor o el desorden también puede manifestarse la frescura.

NINO HARATISCHWILI. LA OCTAVA VIDA
Es posible que esta extensa novela acabe convertida en un clásico a ser leído por los georgianos generación tras generación. Nino Haratischwili, joven autora nacida en Tbilisi pero residente en Alemania desde la mitad de su vida, relató en La octava vida (para Brilka), en Alfaguara, la historia, por momentos durísima y otras veces tierna, de una familia del país desde la Revolución de 1917 hasta nuestros días.

Ese periplo comienza con Stasia, hija de un fabricante de exquisito chocolate, que sueña con ser bailarina en la Ópera de París pero a sus diecisiete años se enamora de un oficial de la Guardia Blanca, con el que ha de casarse precipitadamente precisamente por la irrupción de la revolución. Y termina con Brilka, sobrina de su bisnieta Niza, que escapa a Alemania para huir de su país (y de su propia familia) y abrirse nuevas oportunidades. Conmovedor por momentos, este es sobre todo el relato de la resiliencia de un pueblo.

FRANCINE DU PLESSIX GRAY. ELLOS
Ellos es otra historia familiar, narrada generación a generación, pero supone un contrapunto a la anterior por tratarse de un relato real y por lo peculiar de sus protagonistas.

Francine du Plessix Gray retrata el pasado de sus padres y abuelos a lo largo del siglo XX y en escenarios muy diversos: desde Rusia a Francia y pasando por Estados Unidos. Su madre es Tatiana Yákovlela, que fue musa de Maiakovski y luego exitosa sombrerera, y su padrastro, Alexander Liberman, primero pintor y luego director de Vogue y Conde Nast. Conocieron penurias y exilio, pero sus personalidades nunca perderían el amor por el lujo y la extravagancia; la autora recuerda cómo se relacionaron con Saint Laurent, Dior o Marlene Dietrich. Editan Periférica y Errata Naturae.

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