Solo queda una semana para que comience en Mérida la 61ª edición de su Festival Internacional de Teatro Clásico, que esta vez presentará diecinueve grandes funciones, una decena de ellas en el Teatro Romano, monumento que, por cierto, cumple 2000 años de historia.
Tras una etapa de crisis que se cerró en 2012, el Festival logró el año pasado récord de asistentes. Hemos hablado con su director, Jesús Cimarro, sobre esta cita extremeña con las grandes obras clásicas y sobre la salud del teatro hoy.
¿Cuáles serán los platos fuertes de la programación del Festival este verano? ¿Por qué se habló, en su presentación en marzo, de que esta sería la edición más teatral de las cuatro que ha dirigido?
Diría que el plato fuerte es el Festival en sí, toda la programación, pero de destacar serían los 9 espectáculos principales, sobre todo los seis estrenos: Medea encarnada por Ana Belén, Sócrates que interpretará José María Pou, César & Cleopatra con cuatro grandes actores como son Ángela Molina, Emilio Gutiérrez Caba, Lucía Jiménez y Marcial Álvarez, La asamblea de las mujeres que dirige Juan Echanove con un gran elenco de actrices y actores como son Lolita, María Galiana o Pastora Vega, el musical Hércules o la gran puesta en escena de El cerco de Numancia.
Esta edición es la más teatral porque en la programación principal solo se ha incluido teatro, no como otros años que hemos programado ópera, música o danza.
Una de las novedades del Festival este año será la puesta en marcha de un campo de trabajo internacional en torno a la cultura clásica, ¿en qué consistirá?
Este campo de trabajo se hace a través de la Dirección General de Juventud y permitirá a una veintena de jóvenes de toda España y de otros rincones del mundo vivir la experiencia del Festival de Mérida. Participarán en un taller de teatro y actuarán ante el público en un montaje, acudirán a las conferencias y actividades del Festival para conocerlo y vivirlo.
A finales de mayo se manejaban datos de que las entradas vendidas superaban las 10.000 y el año pasado la asistencia a las actividades del Festival se incrementó un 40% respecto a 2013. ¿Esperan superar o mantener esos datos? ¿En qué medida las actividades paralelas de la Programación Off han contribuido a revitalizar el Festival?
Al menos esperamos mantener los datos, eso ya sería un éxito, puesto que la 60º edición marcó un récord de público.
Todo suma para contribuir a ese éxito de público y que el Festival tenga una mayor presencia en la ciudad, no solo en el teatro romano, la Programación Off y todas las actividades paralelas son claves para este objetivo. Permiten que el festival llegue a todos los rincones de la ciudad y a todos los públicos y que se viva el festival desde el pensamiento, la cultura, el entretenimiento, el turismo…
¿Estas cifras de asistentes demuestran que es un mito la falta de interés del público por el teatro y la literatura clásicos o queda mucho por hacer? ¿Se fomenta lo suficiente el interés por el teatro desde el sistema educativo o es una tarea pendiente?
Hay interés del público pero también queda mucho por hacer. En Mérida es palpable el interés masivo por el teatro grecolatino, por la cultura. Las cifras lo avalan, pero siempre queda mucho por hacer. Igualmente es una asignatura pendiente en las escuelas. Se debería fomentar desde la más tierna infancia el conocimiento de las artes escénicas e incluirlas en el sistema educativo.
¿Cómo valora la respuesta del público a las propuestas que el Festival presentó en Madrid en marzo? ¿Está previsto que se mantengan o puedan extenderse a alguna otra ciudad?
La propuesta del Festival en Madrid resultó más que positiva a tenor de las cifras de público y del interés que despertó en los medios de comunicación el hecho de que espectáculos producidos o coproducidos por el Festival se presentaran en dos teatros de Madrid en plena temporada teatral. El resultado de la experiencia fue estupendo. Si seguirá o no en próximas ediciones dependerá de las nuevas autoridades extremeñas, esperemos que continúe.
Heredó en 2012 la dirección de un festival de Mérida en crisis y con una imagen muy deteriorada. ¿Qué pasos ha seguido para revertir la situación y cuáles son sus retos para la próxima edición?
El primer paso fue limpiar la imagen del Festival demostrando que se puede gestionar de otra manera, con buenos resultados económicos y de público. Otro paso fue preparar una programación que interese al público y buscar la complicidad con los medios de comunicación, que han sabido entender y transmitir ese cambio. Los retos de futuro son seguir avanzando en mejorar las propuestas y consolidar la excelente trayectoria que vive hoy este Festival.
¿Cómo valora el papel de la crítica teatral hoy? ¿Ha percibido una evolución en ella a lo largo de su trayectoria?
Por desgracia la crítica teatral está desapareciendo y cada vez ocupa menos espacio tanto en los medios tradicionales como en los nuevos digitales. Como estamos en una continua evolución, la crítica también debería adaptarse a las nuevas tecnologías y el mundo on line y conquistar de nuevo el espacio que está perdiendo, ya que la voz crítica y profesional es muy importante para el sector.
Y por último, ¿tiene esperanzas en una bajada del IVA, quizá de cara a las próximas elecciones? ¿Qué porcentaje consideraría razonable?
Tengo esperanza de que el IVA cultural baje, aunque ya no creo que este Gobierno lo haga a pesar de las promesas. Será otra promesa incumplida. Esperemos que el próximo Gobierno escuche al sector cultural y podamos volver a tener el IVA reducido. Nuestro porcentaje razonable es el que se paga en toda la zona euro, que no supera el 10%, ni más ni menos.
Si podéis, no perdáis la oportunidad de asistir a alguna de las funciones de este Festival, una experiencia que conmueve tanto por sus obras atemporales como por la belleza y acústica del Teatro Romano. Aquí podéis consultar al completo la programación.