Compartimento nº6, el largo viaje hacia el origen

05/05/2022

Compartimento nº6. Juho KuosmanenLaura y Ljoha emprenden en Moscú un larguísimo viaje hacia Múrmansk: 1.800 kilómetros compartiendo techo, tedios, noches y aire respirado. A ella la hemos conocido algo antes: es finlandesa, estudiante de arqueología, se esforzaba por encajar entre las amistades pedantes de su novia y nos transmitía la sensación de encontrarse abandonada en esa compañía, de no ser aquel su lugar. Aparentemente es casual que viaje sola, pensaba hacerlo junto a su pareja, pero cuando ella no lo hace, alegando trabajo, emprende ruta igualmente, buscando conocer los petroglifos de aquella región, porque es importante saber de nuestros orígenes, se repite como un mantra. Parece, sin embargo, huir; perseguir algo en otro lugar.

Ljoha se aposenta en su vagón haciendo ruido, bebido, preguntando obscenidades, no entendiendo qué puede llevar a Laura a ir sola en tren y menos aún con simples piedras como destino. Un abismo los separa al principio, y especialmente ella introduce distancias, pero los tiempos muertos y los espacios pequeños terminan haciendo aflorar lo que los une: una tendencia evidente a la soledad, cierta condición de náufragos, una sensibilidad con un fondo común aunque con distintos trajes. Él se siente incómodo al sentirse rechazado, no ha aprendido a enfrentarse a las despedidas y gasta una rudeza que esconde debilidades; ella, más independiente, tomará conciencia durante el viaje de sus filias y sus fobias, aprenderá que en su pasado no había en quien apoyarse y terminará confiando en los desconocidos, incluso en los a priori menos fiables, como Blanche Dubois pero sin perder la cordura.

Compartimento nº 6, lo último del también finlandés Juho Kuosmanen, es una evidente road movie en la que los viajes físicos implican cambios interiores, pero en ese tren, donde discurre la mayor parte del filme, tiene lugar también un agudo ejercicio de desmontaje de clichés en torno a la posesión de la sabiduría, el terreno de la escucha y el peso de los prejuicios: las pequeñas maldades, las hostilidades, llegan aquí de personajes convencionales de los que nada inoportuno podríamos sospechar, no de los ásperos, gélidos por fuera, que se revelan sin embargo capaces de captar las necesidades ajenas y desplegar bondad en el momento en que esta se hace imprescindible. A Ljoha y Laura, obrero nómada e intelectual pensativa, los unía también esa frialdad, una muralla emocional en un entorno en el que, paisajes afuera y paisajes adentro, los signos de calidez son gotas en el océano.

Ella alcanzará los petroglifos, cuando parecía imposible lograrlo justamente por la climatología infernal. Lo consigue gracias a su tosco amigo, que alcanzó a leerla a ella como no llegaron a interpretarla los que presumían de bagaje. Pero, pese al esfuerzo del viaje y el valor histórico de ese lugar casi inalcanzable, las piedras fueron lo de menos, a los espectadores casi se nos hurtan: sí importa el momento posterior al hallazgo, un instante de liberación y felicidad en un espacio agreste, vacío, endemoniadamente frío, en el que los dos se hacen cargo de que esos grabados eran un Macguffin pero no su objetivo. Para entenderlo han tenido que alejarse lo suficiente, mucho, de sus vidas comunes, olvidarlas un poco antes de regresar (o no, quién sabe) con otra perspectiva.

Desde su nueva mirada, a Laura no le importa demasiado perder la cámara de vídeo donde guardaba su Moscú y los recuerdos de esa novia desapegada, pero desea conservar un trozo de papel donde Ljoha, a quien quizá no vuelva a ver, la retrató a regañadientes. Y este, que quizá nunca se había embarcado en la nada práctica aventura de acudir a un paisaje inmisericorde donde no obtendrá beneficio, lidia a duras penas con emociones que parece que antes le habían esquivado.

No estaba, evidentemente, previsto, que el estreno de Compartimento nº6 coincidiera con la guerra que Rusia emprendió. Pero si la película destaca por sus infinitos matices, este nuevo contexto le hace ganar complejidad: nunca es tarde para el autoconocimiento.

Compartimento nº6. Juho Kuosmanen

 

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