Franz West: un espíritu libre en el Pompidou

El museo acoge su mayor retrospectiva hasta ahora

París,

Nació en Viena dos años después de la II Guerra Mundial, se formó bajo la influencia de las vanguardias europeas y el accionismo que tomó brío en su país en los años sesenta y setenta, y progresivamente ha consolidado una carrera libre que le llevó a representar a su país en la Bienal de Venecia de 1990 y a participar en dos ocasiones, en esa misma década, en la Documenta de Kassel.

Franz West. Kugel, 2006
Franz West. Kugel, 2006

En España conocimos fundamentalmente a Franz West tras la exhibición que le dedicó el Museo Reina Sofía en el Palacio de Velázquez, en el año 2001. En ella estuvieron representados la diversidad de medios con que West ha trabajado (esculturas, instalaciones, collages y pinturas) y también lo esencial de su espíritu: una ironía absolutamente suya y una estética que comulga con la tradición escultórica europea.

Quedó clara, en aquella ocasión, la importancia que para West tenía el hecho de que las obras puedan ser manipuladas y tocadas por el público y de que este se desprenda, de una vez, de sus vicios y costumbres como espectador pasivo. Es por ello que sus piezas prescinden a menudo de pedestal: sobre su utilidad ha reflexionado mucho West, tanto que, cuestionando sus esencias y su significado e implicaciones históricas, lo ha llegado a sustituir por televisores, maletas, armarios e incluso neveras.

La antología que el pasado 12 de septiembre se inauguró en el Centro Pompidou, la más completa que se le ha dedicado a este artista hasta ahora, cuenta con dos centenares de trabajos y subraya su influencia en autores que le son contemporáneos o pretendientes a herederos en las últimas cinco décadas. Precisamente la ausencia de una formación clásica en sus comienzos y su innato espíritu independiente pueden explicar que sus esculturas tempranas permanecieran a la sombra del público y la crítica durante cerca de quince años (hasta que adquirió reconocimiento a fines de los ochenta); pero, aunque tardía, esa influencia de West en artistas más jóvenes no ha dejado de crecer desde los noventa, liberando su producción de cánones generacionales en favor de una dimensión atemporal.

El carácter de su obra diversa es el suyo propio: complejo, individualista y escéptico, pero al mismo tiempo integrado en continuos intercambios creativos, en los diálogos de su tiempo. Tan inclasificable como prolífico (más de 6.000 obras se le atribuyen), se esforzó una y otra vez por diluir del todo las fronteras entre arte y vida, no temiendo aproximarse a lo trivial ni conjugar lo popular y lo culto, lo activo y lo contemplativo, lo intuitivo y lo intelectual. Incluso hizo incursiones en el campo de la artesanía.

Los trabajos presentes en el Pompidou se fechan entre 1972 y 2012 y entre ellos pueden verse sus primeros (y rara vez expuestos) dibujos; las esculturas que llevó a cabo entre 1973 y 1974, llamadas Passstücke (se adaptan al cuerpo del visitante, que puede manipularlas a su antojo; según West, para liberar su neurosis); una selección de obras en papel maché de los ochenta, así como varios proyectos realizados en colaboración con otros artistas, como Herbert Brandl, Heimo Zobernig y Albert Oehlen. No faltan tampoco muebles, collages, modelos para obras al aire libre y una selección de estas últimas.

En definitiva, esta retrospectiva resalta la capacidad inventiva de West, su sensibilidad irreverente y sarcástica y su voluntad de redefinir la escultura para convertirla en huella (literal) del cuerpo, e incluso otorgarla una dimensión verbal. Prefigurando las creaciones trash de los noventa, invirtió continuamente, prácticamente desde sus inicios, las categorías de lo feo y lo bello, jugando simultáneamente a repeler y atraer. Y también ha buscado redefinir la noción de autor y el trabajo colaborativo entre artistas, creando en algún caso junto a escritores y músicos en pie de igualdad.

Otro de los puntos fuertes de la muestra parisina es su hincapié en la relevancia que la filosofía y los postulados del psicoanálisis, de Ludwig Wittgenstein a Sigmund Freud, han tenido en la producción de West, así como su relación, apasionada, con la música.

 

“Franz West”

CENTRE POMPIDOU

Place Georges-Pompidou

París

Del 12 de septiembre al 10 de diciembre de 2018

 

 

Comentarios