Fragonard: leer con capa y manga abullonada

La National Gallery de Washington muestra sus figuras de fantasía

Washington,
Jean Honoré Fragonard. Young Girl Reading, c. 1769. National Gallery of Art, Washington
Jean Honoré Fragonard. Young Girl Reading, c. 1769. National Gallery of Art, Washington

Rococó sin pérdida, pero algo más exótico de lo acostumbrado. La National Gallery of Art de Washington presenta, hasta el próximo 3 de diciembre, catorce de las llamadas “figuras de fantasía” de Jean Honoré Fragonard. Se trata de retratos masculinos y femeninos que realizó con rapidez enérgica y que destacan, además de por la viveza de sus tonalidades, rasgo habitual en las pinturas de este artista emblemático del s. XVIII francés, por presentar a sus modelos disfrazados con una vestimenta que, en aquel momento, nuestros vecinos llamaban estilo español: sombreros con plumas, mangas abullonadas, tocados, capas, y toques de rojo y negro.

Con esa indumentaria, las figuras realizan actividades propias del tiempo de ocio, esos momentos de ensimismamiento y disfrute cotidiano que tanto interesaron a los pintores galos de aquel momento y que ensalzó con maestría, desde un estilo absolutamente distinto, más austero y táctil, su contemporáneo Chardin, que fue también su maestro cuando se instaló en París, en 1738. Pronto prefirió las enseñanzas de Boucher, y su influencia sería evidente.

Estas figuras actúan, leen, escriben, cantan o tocan instrumentos y, sin embargo, en su época se situaron al borde de la extravagancia precisamente por los excesos de sus ropas.

Sin embargo, la obra más buscada por el público en esta muestra de la National Gallery no será ninguna de estas fantasías sino el boceto, descubierto hace cinco años en una subasta en París, en el que aparecen, en tres filas de pequeños dibujos, 18 personajes de estas fantasías esbozados: catorce son los que aquí vemos en su versión pictórica acabada; los otros cuatro, por el momento, son un enigma. La exhibición de Washington será la primera ocasión en que este boceto, fechado en 1769 y realizado en una fina hija de papel, se muestre junto a las obras terminadas.

Su aparición motivó en este museo estadounidense una investigación profunda de la que es una de las obras más significativas de su colección: La Liseuse (1770-1772), el retrato de Fragonard una joven lectora. El estudio concluyó que se trataba de una de esas “figuras de fantasía”.

Pero todavía se extrajeron más datos del boceto. Diecisiete de sus dieciocho figuras presentan junto a ellas un nombre escrito, que podría corresponder bien al modelo, bien al mecenas que encargó la obra, así que se desvela un misterio de largo recorrido: efectivamente, nos encontramos ante figuras con nombre y apellidos, no ante modelos imaginarios.

Entre las catorce pinturas que muestra la National Gallery figuran varias cedidas por coleccionistas particulares y del Museo del Louvre ha llegado M. de la Bretèche, datado en el mismo año que el boceto múltiple. Se trata del rico hermano de uno de los mecenas del pintor. Los demás corresponden a financieros, aristócratas, artistas y editores y conocerlos nos ayuda a profundizar en el círculo social del artista. Este mapa de París de la Biblioteca Nacional de Francia, datado en 1774, subraya la proximidad de las residencias de los modelos probables de las “figuras de fantasía” respecto al taller del artista.

Mapa de la villa de París, 1774. Bibliothèque Nationale de France, Paris
Mapa de la villa de París, 1774. Bibliothèque Nationale de France, Paris

Nacido en Grasse y, como decíamos, admirador de Boucher, Fragonard pudo concursar en el Grand Prix de Roma pese a no ser alumno de la Academia, en 1752. Y lo ganó, con la obra Jerobán ofreciendo sacrificios a los ídolos. En 1753 ingresó en la École Royale des Elèves Protéges, donde permaneció hasta 1756, año en el que viaja a Roma. Allí conoció a Hubert Robert, el pintor de las ruinas, y al abate Saint-Non, y con ambos visitó Nápoles, Bolonia, Venecia y Génova, itinerario que documentó en numerosos dibujos, muchos conservados en el British Museum.

A partir de 1761 sabemos que se encuentra de nuevo en París, donde durante los años siguientes trabajó realizando encargos para coleccionistas y marchantes. En 1765 entró en la Academie Royale, para cuyo ingreso pintó Coreso y Calírroe, hoy en el Musée du Louvre. Además de cuadros de caballete, el artista también trabajó para los palacios de la alta sociedad francesa con decoraciones, pero solo nos ha llegado Los progresos del amor, ejecutada, por encargo de la condesa du Barry, para el pabellón del castillo de Louveciennes y conservada en la Frick Collection de Nueva York.

No obstante, Fragonard prefirió las pinturas galantes que los clientes privados demandaban, como el célebre Columpio, realizado para el barón de Saint-Julien; por eso apenas participó en las exposiciones del Salon durante los años siguientes. Con la llegada de la Revolución, en 1789, abandonó París. A su regreso, en 1792, París lo había abandonado a él: no tuvo protectores ni clientela. Murió en 1806.

 

“Fragonard: The Fantasy Figures”

NATIONAL GALLERY OF ART

6th & Constitution Ave NW

Washington

Del 8 de octubre al 3 de diciembre de 2017

 

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