Fernando Higueras, la plástica y la construcción

La Fundación ICO repasa su trayectoria once años después de su muerte

Madrid,

Quizá uno de los arquitectos madrileños cuya obra está más presente en el día a día de quienes viven en esta ciudad, lo sepan o no, sea Fernando Higueras. Esa no fue la única disciplina que cultivó, aunque sí la fundamental: era también pintor, notable guitarrista y fotógrafo y dotó a sus construcciones de cualidades plásticas que le ayudaban a entender la arquitectura desde una perspectiva emocional y esencial.

Este 2019 se cumplen once años de su fallecimiento. Ligado a la pragmática Escuela de Madrid, donde, en la época en que inició su trayectoria, en los sesenta, se concentraban demandas de reconstrucción, de urbanización y reorganización de nuevos territorios, abordó el reto profundizando en las relaciones que la moderna arquitectura debía mantener con la naturaleza, tratando de acercarse a lo primigenio y atemporal, a una funcionalidad sin estridencias y ajena a modas.

La Fundación ICO, en colaboración con el Ministerio de Fomento, ha presentado hoy una muestra que repasa su carrera desde su producción plástica inicial hasta sus proyectos arquitectónicos fundamentales, los construidos y los que quedaron en proyecto. La comisaria, Lola Botia, que trabajó junto a Higueras durante casi treinta años, ha seleccionado cerca de setenta edificios de los más de 300 que aquel planificó, y en el ICO los presenta en seis etapas cronológicas cuyas claves quedan explicadas en textos del propio Higueras.

La exhibición puede resultar densa, pero es sobre todo completa: ha querido Botia resaltar el legado de Higueras menos conocido por la mayoría y, sobre todo, su vigencia actual. Tras una primera sala donde podemos contemplar dibujos y acuarelas realizados en su juventud y al natural -no fue pintor de estudio-, la muestra alberga una recreación de su taller en el célebre rascainfiernos, muebles incluidos. El arquitecto se sirvió fundamentalmente de estos, y no de tabiques, para separar espacios y, seguramente por influencia japonesa, solía plantearlos a baja altura.

A partir de esa recreación, poblada también de fotografías, esculturas y paneles útiles para los actuales alumnos de arquitectura que acuden a la Fundación Fernando Higueras, comienza el recorrido por las seis etapas mencionadas en las que este trabajó solo junto a su equipo o en colaboración con Juan Pedro Capote, José Serrano Súñer, Antonio Miró o su admirado Félix Candela. Se codeó también con César Manrique y recibió no pocos encargos -y esto no es usual- de artistas y compañeros arquitectos (Botia ha elogiado, en la apertura de esta muestra, su calidez).

Seleccionamos una decena de esos proyectos:

DIEZ RESIDENCIAS DE ARTISTAS EN EL MONTE DEL PARDO
En 1960, Higueras obtuvo un accésit en el Premio Nacional de Arquitectura por este proyecto de diez residencias de artistas en el Pardo que no llegó a materializarse (y ojalá pudiera ser retomado). Cada una de estas viviendas, concebidas con clarísimo sentido escultórico, destaca por la flexibilidad de su cubierta, la libertad de organización en su planta y el juego con faldones y vuelos. Los techos eran, además, elementos de evidente expresividad plástica interior y procuró Higueras que las viviendas recibieran una luz rasante izquierda para que no deslumbraran a los posibles pintores residentes.

Las cubiertas geométricas contrastan con la fluidez de las plantas, porque le interesaba remarcar que las primeras deben ser sólidas y protectoras y en las segundas es posible favorecer el movimiento.

Fernando Higueras. Diez residencias de artistas, 1960
Fernando Higueras. Diez residencias de artistas, 1960

CASA CÉSAR MANRIQUE
El artista canario encargó a Higueras la realización de su casa en Cercedilla, en Camorritos, en 1962. Fue una vivienda pequeña, pero contiene el germen de muchas de sus residencias posteriores. El propio Higueras dijo de ella que su programa era mínimo pero que de él partieron todos los invariantes posteriores de mi arquitectura y la gran e ininterrumpida amistad con este pintor que dio tantas oportunidades de trabajo para ambos.

Entre ese año y el siguiente, diseñó otra vivienda para Lucio Muñoz, en Torrelodones.

COLEGIO ESTUDIO
En aquel periodo -y prometemos avanzar- también trabajó Higueras, con hormigón visto y cubierta a cuatro aguas de teja árabe vieja, en este colegio de Aravaca. Una vez más, la luz fue una de sus grandes preocupaciones: para que los grandes aleros no la disminuyesen, introdujo ranuras corridas en los arranques voladizos, de modo que la iluminación llegara filtrada a través de las jardineras; plantas dispuestas allí, por cierto, para ser cuidadas por los alumnos.

Destaca por sus vistas, pero el edificio está enclavado en una parcela irregular que lo condicionó, como la futura urbanización de la zona. Por eso se procuró que su diseño no entorpeciera futuros desarrollos.

Fernando Higueras. Colegio Estudio, Aravaca, 1962-1964
Fernando Higueras. Colegio Estudio, Aravaca, 1962-1964

PABELLÓN DE ESPAÑA EN NUEVA YORK
No llegó a construirse aduciendo supuestas humedades en el subsuelo, pero una de las propuestas más originales de Higueras fue su Pabellón de España para la Feria Internacional de Nueva York (1963).

Lo diseñó hundido en el subsuelo para esquivar bullicios, dedicando la planta superior a exposiciones y haciendo la inferior íntima y silenciosa. Sus patios y claustros, y otras soluciones, remiten a la arquitectura tradicional española.

CENTRO DE RESTAURACIONES
La actual sede del Instituto del Patrimonio Cultural de España en Ciudad Universitaria es obra de Higueras, Antonio Miró y Fernández Ordóñez. Decidió proyectarla allí, y no en el centro de Madrid, para contar con más espacio y menos tráfico, pero por cuestiones administrativas y cambios de mandos, el edificio tardó más de lo previsto en construirse, no se finalizó hasta los ochenta y durante quince años permaneció paralizado. Ese tiempo, sin embargo, no fue del todo infructuoso: Antonio López, buen amigo de Higueras, aprovechó aquel parón para pintarlo; suya es la obra que abre esta exposición.

Optaron por trabajar con hormigón armado visto, sin añadidos ni chapados y resolviendo la circulación mediante anillos concéntricos. Este edificio está declarado Bien de Interés Cultural con categoría de Monumento.

Fernando Higueras. Corona de espinas, Ciudad Universitaria, 1965-1985
Fernando Higueras. Corona de espinas, Ciudad Universitaria, 1965-1985
Fernando Higueras. Proyecto para el Edificio Polivalente de Montecarlo, 1969
Fernando Higueras. Proyecto para el Edificio Polivalente de Montecarlo, 1969

EDIFICIO POLIVALENTE DE MONTECARLO
En Mónaco les hubiese encantado contar con él, pero el proyecto de Higueras no cumplía con las normas dadas en el concurso internacional restringido al que Higueras fue invitado por el Gobierno del Principado (sobre todo, por sus grandes dimensiones) y no pudo ser.

Es otra de sus propuestas que ojalá pudiesen ser retomadas (cumple ahora medio siglo): este edificio representa una osamenta marina dispuesta en la costa, un personal Jardín Botánico. Sus plataformas voladas se concibieron pobladas de jardines.

CASA MARÍA JOSEFA HUARTE
Tampoco pudo construirse el que era uno de los proyectos más queridos por Higueras: la que había de ser casa-museo de María Josefa Huarte en Somosaguas. Pensó servirse de hormigón blanco visto en interiores y exteriores y usar tabiquillas blancas difusoras de luz cenital.

CASA SUBTERRÁNEA FERNANDO HIGUERAS
La fundación del arquitecto sigue teniendo su sede en su vivienda subterránea en Madrid, con excelente luz cenital (a través de claraboyas), silencio absoluto y una temperatura agradable todo el año. La diseñó entre 1973 y 1975.

LA MARETA
Para diseñar la modesta casa del rey Hussein de Jordania en Lanzarote (ahora pertenece a Patrimonio Nacional), Higueras adaptó una preexistente y le añadió seis bungalows para el servicio. Destaca por su sencillez y su decoracción corrió a cargo de César Manrique.

IGLESIA DE SANTA MARÍA DE CANÁ
En este templo de Pozuelo trabajó entre 1995 y 1999, sustituyendo las fachadas paralelas a las lindes por retranqueos ortogonales en terrazas y aleros, sobre los que se sitúa la iglesia, creando un efecto escalonado. En el interior se sirvió asimismo de formas retranqueadas, que, además de favorecer la acústica, potencian las cualidades plásticas del ladrillo.

Fernando Higueras. Iglesia Sta María de Cana, Pozuelo 1995-99
Fernando Higueras. Iglesia Santa María de Cana, Pozuelo 1995-1999

PARQUE CRÁTER
Higueras presentó también proyecto para la Zona Zero de Nueva York tras los atentados de 2001. Lo llamó Parque Cráter y constaba de dos torres gemelas de estructura brillante y transparente con un memorial subterráneo. Todas las dependencias hubieran tenido una temperatura constante y pantallas donde se reflejara la luz cambiante, diurna y nocturna.

Prestad, por último, atención al vídeo que cierra la exposición, en el que compañeros y clientes de Higueras hablan de su personalidad y su obra, y también al catálogo; es todo un compendio razonado de su producción.

Fernando Higueras. Proyecto para el Parque Cráter, 2002
Fernando Higueras. Proyecto para el Parque Cráter, 2002

 

“Fernando Higueras. Desde el origen”

MUSEO ICO

c/ Zorrilla, 3

Madrid

Del 28 de febrero al 19 de mayo de 2019

 

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