Federico Granell contra el olvido

El artista presenta su último proyecto en la Galería Gema Llamazares

Gijón,
Federico Granell. Hombre en la montaña, 2016
Federico Granell. Hombre en la montaña, 2016

Bajo el título de “La vida imaginada”, el artista asturiano Federico Granell regresa a la Galería Gema Llamazares de Gijón para presentarnos un nuevo proyecto en el que de nuevo parte de fotografías para después transformarlas y en el que cobra igualmente relieve la figura humana; personajes enigmáticos y de presencia concentrada .

“La vida imaginada” nos cuenta una historia basada en acontecimientos y personajes reales pero teñida, como es habitual en la producción de Granell, por una atmósfera de nostalgia y magia que hace que pensemos en esta serie como una oda, y su título lo anticipa, a la imaginación. Su punto de partida es un objeto encontrado que halló en un mercado de París: un álbum de fotos familiar que algunas notas sitúan en la Alemania del 36, es decir, en la etapa de la Europa de entreguerras, ya aupado Hitler al poder.

Las imágenes del álbum nos hablan de la vida y los gestos de una familia cualquiera en ese contexto convulso y Granell las rescata, y las reinterpreta en otros soportes, para protegerlas de la erosión del tiempo. Este es también su objetivo al utilizar, precisamente como soporte de sus reinterpretaciones, elementos que proceden de la fábrica de loza ovetense de San Claudio: tablas de cerámica y maderas que recuperó de entre las ruinas de su edificio sobre las que el artista ha representado escenas de la familia alemana del álbum inspirándose en sus fotografías.

Federico Granell. Tabla II,  2016
Federico Granell. Tabla II, 2016

En este sentido, este proyecto conecta, como subraya Natalia Alonso Arduengo en el texto que presenta la muestra, con “Los últimos veranos”, la exposición que presentó hace cerca de un año en la Galería Utopia Parkway de Madrid. En aquella muestra presentaba un recorrido melancólico por la arquitectura civil e industrial asturiana que ha caído en el abandono y el olvido. Pese a la nostalgia, subyace en estas piezas una cierta reivindicación: la de poner de relieve este patrimonio, velar por su conservación y sobre todo por su memoria.

Esa memoria se hace presente en la obra de Granell a través de la imaginación, de la puesta en valor y el regreso a la vida (desde postulados libres) de figuras, objetos y tiempos pasados. No crea con ellos pinturas de tonalidades lúgubres que nos recuerden nuestro paso fugaz por la tierra (aunque sí incorpore la iconografía de la calavera y el reloj), sino obras de atmósfera melancólica pero con trasfondo esperanzador: pelean contra la idea de que el olvido tenga necesariamente que arrasar con las huellas de lo que era bello y quedó atrás y subrayan la importancia de conservar los detalles de nuestra memoria individual insertándolos, hasta donde sea posible, en la memoria colectiva.

“La vida imaginada” puede visitarse en Gema Llamazares hasta el 15 de julio.

 

Federico Granell. Niños con calavera, 2016
Federico Granell. Niños con calavera, 2016

 

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