Farsalia reverbera en el Museo Nacional del Prado. La muerte de Lucano de José Garnelo recupera su esplendor tras una profunda restauración

La Muerte de Lucano (1857), obra de mayor relevancia en la peripecia artística del pintor cordobés José Garnelo y Alda, quien fuera subdirector del Prado en la primera década del siglo XX, ha sido presentada en el Museo Nacional del Prado, tras un proceso de seis meses de reparación en su atelier de restauración.

El proceso de recuperación de este óleo sobre lienzo, que narra la muerte del poeta romano autóctono Lucano tras sus enfrentamientos con Nerón en la conjura de Pisón, ha sido realizado por Ana Isabel Ortega y Álvaro Fernández bajo la dirección de Lucía Martínez Valverde, como miembro del Área de Restauración del museo, con la cooperación económica del Ayuntamiento de Montilla (Córdoba), titular del Museo Garnelo, dónde la obra será finalmente depositada.

Cabe destacar que la labor de restauración se ha centrado principalmente en la recuperación de las zonas perdidas, tras una primera intervención técnica concretada en la consolidación del soporte, nueva colocación del bastidor y la eliminación y limpieza de parches y antiguas injerencias realizadas a la escena, fiel a la naturaleza original del cuadro.

Con vocación de recuperación de los valores técnicos y simbólicos que La Muerte de Lucano evoca (la estilística propia y dignidad moral romana puesta en valor en el espacio representado) la obra permanecerá expuesta en la sala 61 del Museo del Prado durante los próximos dos meses, antes de su traslado a Montilla. Allí se reunirá con Manantial de Amor (1901) otra de las obras de Garnelo que el Prado tiene en depósito y que, al igual que esta, también fue restaurada en su día por el taller del museo. Además, el legado Garnelo y Alda del Museo del Prado incluye Lourdes (1891), Alfonso XIII con uniforme de capitán general de Artillería (1906) y Los hermanos José, Juan y Gloria de las Bárcenas y Tomás Salvany (1899), depositadas en la Diputación Provincial de Zamora, la Embajada de España en Atenas y el Museo de Málaga, respectivamente.