Fichados

María Carbonell

María CarbonellMaría CarbonellNOMBRE: María

APELLIDOS: Carbonell Foulquié

LUGAR DE NACIMIENTO: Molina de Segura, Murcia

FECHA DE NACIMIENTO: 1980

PROFESIÓN: Artista

 

 

 

 

Si ante la obra de María Carbonell no experimentáis cierta sensación incómoda, puede que no estéis mirando bien. Nuestra última fichada trabaja interviniendo fotografías halladas en Internet, fragmentándolas o conjugando unas y otras en collages, y su propósito en ese proceso de generación de nuevas realidades es abrir espacios para la crítica y también sembrar en quien observa el asombro o la inquietud, nunca el deleite apacible.

Si visitasteis la última edición de ARCO, tuvisteis la oportunidad de encontrar su obra en el stand colectivo que ABC Cultural brindó a varios artistas jóvenes que trabajaron mano a mano, en parejas (ella junto a Josep Tornero) y antes María presentó muestras individuales en varios espacios dentro y fuera de España: la Fundación Cajamurcia, L´Escalier de Montreuil, la Gallery 133 de Toronto, la BJ Art Gallery de París, el Palacio de Garcigrande salmantino o la Universidad de Murcia.

Se licenció en Bellas Artes en la Facultad de San Carlos de Valencia, ha sido premiada en el XLIV Concurso Internacional de Pintura Villa de Fuente Álamo (2016), el Certamen Internacional de Pintura Toledo Puche y el de Jóvenes Pintores de la Fundación Gaceta; en tres ocasiones ha sido seleccionada para el BP Portrait Award (los nominados de este año, por cierto, ya los conocemos) y en 2016 fue artista residente en el Encontro de Artistas Novos de Santiago de Compostela. También ha participado en citas como la Bienal de Mislata, Art Banchel o Art & Breakfast, en las tres el año pasado.

Proyecto de María Carbonell en el stand de ABC Cultural en ARCO 2018
Proyecto de María Carbonell en el stand de ABC Cultural en ARCO 2018

Esta semana la fichamos por su atención al tratamiento de la figura humana, sobre todo de nuestro lado más quebradizo o vulnerable, y por el equilibrio en su producción de la plástica y de los mensajes: no rehúye hablarnos de violencia y dolor, tampoco de un feminismo muy presente en su pintura, y lo hace sin descuidar en absoluto lo técnico y lo estético.

La vocación artística de María fue temprana y ha crecido conforme lo hacía su dedicación: Desde muy joven tenía claro que quería hacer Bellas Artes. Cuando acabé la carrera empecé a presentarme a certámenes, becas, a participar en exposiciones colectivas…. Lo haces de manera natural, porque es lo que has estudiado y a lo que te quieres dedicar. Así que, sin darte cuenta, de manera progresiva, vas adquiriendo un compromiso cada vez mayor con tu carrera artística. En mi caso, en el año 2015 se produjo un punto de inflexión en mi trabajo, lo que ha hecho que la evolución en estos últimos años sea mayor, proporcionándome una mayor visibilidad.

María Carbonell. Epsilon, 2018
María Carbonell. Epsilon, 2018

Como anticipábamos antes, el ser humano y su vulnerabilidad es su punto de partida temático, y su fuente de materia prima visual es la red. Trabaja reuniendo lo inesperado, troceando, descontextualizando imágenes que generan otras y que también han de suscitar preguntas. La duda en el espectador es más que bien recibida: Me interesa, sobre todo, la creación de imágenes que provoquen en el espectador cierta sensación de incomodidad, de inquietud o de asombro, a fin de que no quede impasible ante la obra. Los temas con los que suelo trabajar giran en torno al ser humano, la violencia, el dolor, la enfermedad o el feminismo. Trabajo a partir de imágenes encontradas en Internet que utilizo como punto de partida: las intervengo, a veces seleccionando una parte de la imagen y otras a través de collages fotográficos, dependiendo de si se trata de obra grande o de obra pequeña. Me gusta trabajar con este tipo de imágenes porque me proporcionan una mayor libertad de experimentación durante el proceso pictórico y me llevan hacia una pintura más allá del referente. Me gusta jugar también con elementos o escenarios opuestos sacados de contexto y combinarlos en una misma imagen creando así una nueva realidad. Un fake que contenga cierta crítica social. Podríamos decir que gran parte de mi trabajo consiste en encontrar un equilibrio entre la parte conceptual y la parte plástica de la obra. Una obra tiene que invitar al espectador a acercarse a ella, tiene que provocarle preguntas.

Las suyas han evolucionado en el tiempo desde su inicial interés por los rostros (derivado de su interés por las fotografías decimonónicas de Bertillon) hasta su atención mayor a cuerpos y espacios. Estos últimos han cobrado vigor y perdido neutralidad. En cuanto a su estilo, debemos subrayar la importancia de lo físico, de la expresividad de las caras y los miembros. Contemplando su obra no es difícil recordar a Marlene Dumas -y María la cita en sus referentes- por esa cierta estética común y por algunas ideas de la sudafricana que también podríamos aplicar a la obra de nuestra fichada: aquella, que tampoco pinta del natural y que también entremezcla lo personal, lo político y lo erótico dice que las imágenes de segundo uso pueden producir emociones de primera.

Sus figuras de influencia -nos cuenta- han variado y se han ampliado con los años y entre ellas también cita a Michael Borremans, Darío Villalba, Adrian Guenie, Justin Mortimer, Nicola Samori, Santiago Ydáñez y compañeros artistas generacionalmente más cercanos, como Josep Tornero, Ana Barriga, o Jose Carlos Naranjo.

María Carbonell. Roses, 2018
María Carbonell. Roses, 2018

Como habréis descubierto, su medio de expresión fundamental es la pintura y prefiere el gran tamaño a los que llamamos formatos íntimos, por multiplicar sus posibilidades: Casi toda mi obra es pictórica, la pintura es el medio en el que más cómoda me siento. En los últimos años he empezado a experimentar combinando diferentes materiales en una misma obra, como óleos, sprays y acrílicos. En cuanto al formato, disfruto muchísimo con formatos grandes, porque, aunque requieren más trabajo, la manera de enfrentarte a la obra es más física, más corporal. Yo creo que me permito más licencias y libertades cuando trabajo con obras de gran tamaño.

Nos decía Carbonell al principio que 2015 fue para ella un año de inflexión y precisamente a partir de entonces fecha la artista sus series fundamentales. Entre ellas Fake, el proyecto que marcó ese comienzo de una etapa nueva. Con un lenguaje realista, nos presentaba escenas irreales que probaban que casi todo engaño es susceptible de ser creído: Empecé a cuestionarme el trabajo que estaba haciendo hasta ese momento y este fue el primer proyecto con el que empecé a utilizar imágenes que se encontraban fuera de cierta lógica. En este caso se trataba de imágenes que combinaban elementos opuestos como una niña sosteniendo un cuchillo o una mujer jugando con un barco de papel. La idea era combinar figuras y objetos sin relación aparente con el fin de crear imágenes que pusieran al espectador en condiciones de valorar lo que estaba viendo. Aun así, en este proyecto el referente tenía aún mucho peso por la clase de imágenes que utilizaba para hacer la obra. Fake me lleva a una necesidad de romper con la imagen y a interesarme más por el proceso creativo de la obra. A partir de ese momento es cuando empiezo a buscar imágenes ilegibles, que no tengan una lectura fácil, y que me permitan ir más allá de la imagen en sí. Es ahí cuando empiezo a trabajar a partir de las encontradas en Internet.

María Carbonell. Corpus no.1. Serie Fake, 2015
María Carbonell. Corpus no.1. Serie Fake, 2015

Avanzando en esa línea, y entre 2015 y 2016, desarrolló State of disorder, una conjunción de lo sórdido y lo bello: Surge en consecuencia de esa ruptura con la imagen. De alejarme de un tipo de pintura que intenta aprehender la realidad que vemos. Este proyecto es muy significativo porque supuso un cambio importante en mi proceso de trabajo, tanto en las imágenes que utilizaba como referente como en el modo de plantearme la resolución de la obra. Son obras donde empiezo a trabajar con otro tipo de temas, como son la enfermedad, el dolor o la violencia, tomando como motivo central la figura humana en la mayoría de los casos. Mi idea era crear imágenes que explorasen la fascinación y el abismo entre belleza y horror con el fin de provocar en el espectador algún tipo de emoción. En esta serie hay obras que tratan sobre prácticas eugenésicas como Lebensborn, lobotomías como Estadio 1,2,3 o Howard Dully, o trastornos mentales como Untitled. Imágenes visualmente fuertes que provoquen en el espectador cierta sensación de incomodidad, de inquietud o de asombro. Otro aspecto a destacar de estas obras es la parte de investigación pictórica. Como he comentado, justo antes de empezar con esta serie, me encuentro en un momento en el que necesito ir más allá de la imagen, esto me lleva a romper con mi proceso de trabajo anterior y a buscar otro tipo de imágenes como fuente. Las sacadas de internet me proporcionan otro tipo de lectura y me llevan a experimentar en una misma obra con diferentes materiales: óleos, sprays o esmaltes.

María Carbonell. The Pink Eye. Serie State of Disorder, 2016
María Carbonell. The Pink Eye. Serie State of Disorder, 2016

 

 

Atendiendo a su interés por el ser humano, por la red y por la crítica social, el año pasado tenía María que dejarse empapar por el asunto de los fenómenos migratorios, sobre todo de los protagonizados por refugiados. Ella plasmó su visión de la realidad de los que huyen y del horror que encuentran, no solo en su punto de partida, también en el camino, en Looking for a Paradise: Es un proyecto donde examino a través de la pintura el fenómeno migratorio como forma de supervivencia, poniendo de relieve la violencia que se genera durante el desplazamiento.

Son piezas donde se hace referencia a un cuerpo violentado. Las obras The Protest y Untitled hacen referencia a una acción llevada a cabo en el norte de Grecia por parte de siete refugiados, la mayoría de Irán, que cosieron sus labios como protesta al cierre de fronteras entre Grecia y Macedonia. En Looking for a Paradise se ven unas manos vendadas como consecuencia de las cuchillas en las vallas fronterizas y Nobody will speak of us when we are dead hace referencia a la idea de pérdida, a la muerte. En estas piezas también se hace más evidente el trabajo de puzle iconográfico donde se juntan en una misma obra fragmentos de imágenes sin relación evidente entre sí con el fin de que el conjunto no tenga una lectura tan inmediata y de potenciar el extrañamiento que nos produce la imagen.

Después de Looking for a Paradise, empecé a trabajar algunas piezas relacionadas con acciones de protesta, utilizando imágenes de Femen o las Pussy Riot, y ahora mismo estoy trabajando en un proyecto que gira en torno a las acciones de protesta utilizando el cuerpo desnudo como elemento de reivindicación y herramienta política. Es un tema en el que me apetecía mucho trabajar, no sólo por estudiar la utilización que se ha hecho del cuerpo desnudo como herramienta reivindicativa, sino también a modo de protesta ante la censura por parte de las redes sociales y algunos museos a obras de arte en las que aparecen desnudos femeninos. Que a estas alturas se censuren obras de Courbet, Schiele, Modiagliani o Picasso da miedo.

Para conocer mejor a María y seguir su invitación de penetrar en sus imágenes y establecer una relación personal con estos contenidos que a todos nos apelan podemos pasear por su web: www.mariacarbonell.es

María Carbonell. Untitled. Serie Looking for a Paradise, 2016
María Carbonell. Untitled. Serie Looking for a Paradise, 2016
María Carbonell. Nobody will speak of us when we are dead, 2017. Serie Looking for a Paradise, 2016-2017
María Carbonell. Nobody will speak of us when we are dead, 2017. Serie Looking for a Paradise, 2016-2017

 

 

 

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