NOMBRE: Iván
APELLIDOS: Franco Fraga
LUGAR DE NACIMIENTO: Cortegada, Ourense
FECHA DE NACIMIENTO: 1979
PROFESIÓN: Artista
A finales del año pasado conocimos, de la mano de la sede barcelonesa de Alzueta Gallery, a Iván Franco, que presentó allí “One and three Polaroids”, un conjunto de dibujos, pinturas y fotografías, a pequeña y gran escala, cuya contemplación conjunta nos llevaba a pensar en las a menudo poco definidas fronteras entre unas y otras disciplinas y, en el camino, entre conceptos que solemos considerar antagónicos, como lo ausente y lo presente o lo ficticio y lo real. Al difuminar esos límites entre géneros nos daba la ocasión, además, de poner en cuestión la estructura de las imágenes y nuestros modos de percibirlas.
Este autor ourensano, licenciado en Bellas Artes, en la especialidad de pintura, por la Universidad de Vigo, ha ofrecido asimismo otras muestras individuales en la Sala de exposiciones Puerto de la Cruz de Obra Social Caja Canarias, Piramidón Centre d’art contemporani (Barcelona) y en la propia Alzueta Gallery (en 2015 y 2017), y sus colectivas le han llevado a espacios como el Cabildo de Puerto del Rosario (Las Palmas), el Museo y el Teatro Principal de Pontevedra, la Galería Sargadelos de El Ferrol, el Auditorio de Galicia y la Galería Metro en Santiago, el Centro de Fotografía Isla de Tenerife, el Palacio de Fernán Núñez madrileño, la Casa de América y la Casa de la Moneda también en la capital, la Fundación Fran Daurel, los Paraninfos de La Laguna y de la Universidad de Murcia, la Scottish National Portrait Gallery de Edimburgo, la National Portrait Gallery de Londres, Tinglado 4 (Tarragona), la Sala de Exposiciones Bantierra y el Instituto Pablo Serrano de Zaragoza, Tecla Sala (Hospitalet de Llobregat), la Galerie Binôme de París, la Pigment Gallery y el Museu Can Framis de Barcelona, el Museu Palau Solterra de Girona o las filiales de Arcadia Contemporary Gallery en Nueva York y Los Ángeles.
Asimismo, Franco Fraga ha obtenido primeros premios en el certamen Maxoarte (2004 y 2005), en el IX Concurso de fotografía deportiva del Concello de Santiago (2007) y en el Premio Regional de Fotografía Cajas de Ahorro de Canarias (2008); dos premios-adquisición en el Certamen de Pintura y Escultura Figurativas de Barcelona (2006 y 2008) o una beca Maria Josepa Giner de la Galeria Anquin’s de Reus (2012). Sus exposiciones británicas tienen que ver con su participación en el prestigioso BP Portrait Award.
Se suma esta semana a nuestros Fichados porque queremos saber más de sus análisis en torno a la fotografía y el simulacro (le interesan aquellas imágenes que no nos llevan tanto a plantearnos si lo que vemos es o no real, sino a dudar de las conclusiones a las que llega nuestra contemplación, y a reconocer por tanto el simulacro) y de sus estudios en torno a las mencionadas distancias entre la pintura y la foto, y lo borroso de estas.
Nos cuenta Iván que no puede poner fecha a sus inquietudes artísticas; las recuerda siempre presentes y a él tratando de avivarlas: No recuerdo cuándo empecé a tener conciencia de que era pintor, dibujante, etc. Siempre ha estado conmigo, está ligado a mí. Sería extraño reconocerme a mí mismo sin que esta aptitud no estuviera presente. Por este motivo he intentado cuidarla y preservarla lo mejor que he podido. Desde que uno opta por convertirla en su dedicación, adquiere tintes profesionales por cómo se gesta el día a día de cualquier persona. A partir de ahí, supongo que trabajas cada día por avanzar y madurar como artista, pero sin preguntarme cómo he llegado hasta aquí.
Como venimos diciendo, el eje de su producción son la noción de simulacro (la imagen creada a semejanza de un motivo real) y sus investigaciones en torno a nuestra suspensión de la incredulidad al percibir, tanto si nos encontramos ante dibujos o pinturas como ante fotografías: Se podría decir que el tema fundamental de mi trabajo gravita alrededor de la idea de simulacro. Digamos que me fascina cómo nuestra percepción consiente tan fácilmente el engaño visual, cómo percibimos presencia en las imágenes con relativa facilidad donde solo hay ausencia, bajo el engaño de sus estructuras.
Viene valiéndose del dibujo y la pintura, últimamente sobre todo del primero, para explorar cuán cercanos a la fotografía pueden resultar a nuestra mirada, y no le interesan tanto los motivos representados como la fisicidad de sus obras, los recursos que hacen posibles esa ambigüedad y la puesta en cuestión de lo real a partir de lo recreado: Últimamente estoy centrándome en el dibujo, pero también trabajo con pinturas al óleo y con la fotografía. Siempre he sentido atracción por emular, a través del dibujo o la pintura, el aspecto de la fotografía lo más fielmente posible. Esa idea primaria de “parece una foto”, y llegar a confundirla con el referente, fue el punto de partida.
Conforme ha avanzado el tiempo, mis inquietudes por abordar temas estructurales de la imagen han ido cambiando; me he centrado en el aspecto más físico del soporte. Es decir, me he detenido más en cómo es la morfología de las imágenes y las he trasladado al papel o al lienzo. No me detengo tanto en lo que contiene la imagen desde el punto de vista literal, sino en su arquitectura, por decirlo de algún modo. Se trata de trasladar al dibujo o la pintura el grano de la fotografía, su desenfoque, sus tonos grises o las imperfecciones de la lente fotográfica como aberraciones cromáticas, por ejemplo. Así, desde ambos medios, fotografía (referente) y pintura (representación), se cuestiona lo real a partir de la contradicción que surge cuando presenciamos algo que no está delante de nosotros.
Me fascina cómo nuestra percepción consiente tan fácilmente el engaño visual, cómo percibimos presencia en las imágenes con relativa facilidad donde solo hay ausencia.
Entre sus referentes cita a autores que han reposicionado esos géneros pictórico y fotográfico y revisado el modo en que nos relacionamos con las imágenes, y a algún pionero del arte conceptual que ha explorado los lazos entre palabras y objetos, lenguaje y representación: Podría decir que Gerhard Richter ha sido la mayor influencia que he tenido en mis trabajos. Pero no desde un punto de vista compositivo, como es evidente, sino conceptual. Todas sus imágenes fotográficas son representaciones de fotografías -entendidas como producto sensible a la luz que contiene una imagen, resultado de esa emulsión–, no representaciones de las imágenes que contiene dicho papel, como si fuesen bocetos previos para pintarlos luego. Para Richter la referencia primordial de su obra más figurativa era la fotografía desde su estructura, no desde la imagen resultante del proceso fotográfico. Esto, ligado a las obras de Magritte Ceci n’est pas une pipe y One and three chairs de Joseph Kosuth, ha marcado notablemente mi trabajo.
Entre sus proyectos fundamentales, cita Iván la muestra con la que comenzábamos esta ficha, que pudo verse en 2022 en Barcelona: El año pasado, en octubre, celebré una exposición individual en la galería que me representa, Alzueta Gallery. En ella se abordaba la búsqueda de una frontera entre la representación fotográfica y la fotografía pictórica, la identificación del espacio existente que podría producirse entre estos dos medios en mi trabajo. Además, se pretendía solapar otros conceptos que conviven antagónicamente, como realidad-ficción o presencia-ausencia.
Para ello se mostraron dibujos realizados en color y blanco y negro con un marcado aspecto fotográfico y, por otro lado, unas fotografías intervenidas con pintura al óleo sobre estas. En ambas representaciones se jugaba con la idea de simulacro desde lo metodológico; en los dibujos, con su apariencia fotográfica; y en las fotografías, con intervenciones pictóricas de pixeles que podrían confundirse con un retoque digital. La exposición se tituló “One and three Polaroids” en referencia a una obra de la exposición que llevaba un titulo similar a la obra de Kosuth (One and Three Chairs), en la que se mostraban aparentemente tres polaroids con la misma imagen. La primera polaroid era el referente inicial, la segunda era el dibujo de la primera, y la tercera polaroid era una imagen fotografiada del dibujo de la segunda polaroid.
Si el célebre proyecto del conceptual americano proponía un abordaje de un pensamiento tautológico desde perspectivas diferentes pero similares, la propuesta de Franco Fraga tenía como elemento primario la imagen instantánea, luego reproducida a través del dibujo, a su vez, y por último, fotografiado. Ese círculo de acercamientos a un motivo común se destinaba a procurar nuestra reflexión sobre la verosimilitud de las imágenes a las que tenemos habitualmente acceso; también la búsqueda de la raíz estructural de estas, desde la conciencia de la contradicción entre lo que una pieza es y las diferentes percepciones que de ella podemos adquirir.
Prepara Franco Fraga muestra en Nueva York; tendrá lugar a final de año: Este año tengo programada una exposición individual en Nueva York, en el mes de noviembre, con la galería Arcadia Contemporary, en la que se abordará igualmente la percepción que tenemos de las imágenes. Será desde el punto de vista fotográfico, con dibujos a grafito de varios tamaños en blanco y negro. La muestra seguirá orbitando alrededor del simulacro, que protagonizará un manifiesto que revela que lo único que percibimos en las imágenes es una alegoría de la muerte.
Podemos seguir sus pasos, aquí: http://www.ivanfrancofraga.com/