NOMBRE: Belén
APELLIDOS: García Montoya
LUGAR DE NACIMIENTO: Gijón, Asturias
FECHA DE NACIMIENTO: 1975
PROFESIÓN: Artista y restauradora de arte
Begmont es el nombre artístico de nuestra última fichada (Belén García Montoya), a la que conocimos hace dos años por estas fechas en la Galería Lucía Dueñas de Oviedo, donde presentó “Los beneficios de la maleza”, exhibición que daba la vuelta al sentido de esa maleza en el diccionario (malas hierbas crecidas en lugares indeseados) para mostrarnos una serie de personajes de los que brotaban plantas que no les incomodaban o atrapaban sino que les permitían crecer y desarrollarse, tras aprender a convivir con ellas. En aquellos trabajos, lo aparentemente negativo quedaba convertido en aliciente.
Pintora e ilustradora, Begmont cursó Bellas Artes en las Universidades de Salamanca y Sevilla y, además de en Lucía Dueñas, ha presentado muestras individuales en el espacio La Recova de Madrid, la Galería Amaga de Avilés, la Galería El Arte de lo Imposible de Gijón, la Galería Texu de Oviedo y el Círculo del Arte de Toledo. Sus colectivas le han llevado a El bosque de la Maga Colibrí de Gijón, las galerías Cervantes 6 y Lola Orato ovetenses, LABoral, el Ateneo Albeitar (León), el Centro de Cultura Antiguo Instituto y La Salita de Gijón, el Archivo Foral de Vitoria, la Galería Murnau de Sevilla y la Galería Red03 de Barcelona, además de a Lucía Dueñas, La Recova, El Arte de lo Imposible o la Galería Amaga de nuevo. Además, ha participado en la Bienal del libro de artista de Lineadarte Oficina Creativa (Marano di Napoli, 2010), Room Art Fair (2012), Cuarto Público (2014), Cultur3Club (2015) y FIG BILBAO (2018).
Se suma a nuestros Fichados porque nos atrae la presencia en su producción de una estética vinculada al cómic, el arte urbano o la ilustración y, también, sus procedimientos compositivos: es habitual que construya relatos formados por una o más escenas y que las dote de una narratividad habitualmente ligada a momentos cotidianos y a emociones.
Hemos preguntado a Begmont por sus comienzos; nos ha contado que dibuja desde niña y que incluso su elección de extraescolares le fue conduciendo a su decisión última de estudiar Bellas Artes: Aunque suene a tópico, de pequeña siempre me recuerdo dibujando y coloreando y, siempre que había que elegir alguna actividad fuera del colegio, la mayoría estaban relacionadas con la plástica, así que, inevitablemente cuando acabé el Instituto y tocaba elegir carrera, mi elección fue Bellas Artes. Hice mis tres primeros años en Salamanca y luego me especialicé en Restauración y Conservación de arte en Sevilla.
Debemos prestar atención en sus trabajos a la comunicación: la que establecen sus figuras entre sí o bien con el espectador; en esos diálogos nos habla la artista fundamentalmente de sentimientos. Otras veces nos lanza mensajes propios o bien introduce la naturaleza entre los objetos funcionales de nuestra vida diaria o en nuestro propio cuerpo: Mi obra está muy ligada a las emociones, las relaciones, a los pensamientos y a las palabras. Es una obra predominantemente figurativa, puede que incluso un poco naif, donde mis personajes dialogan entre ellos o con el espectador. Casi siempre ese diálogo surge de los sentimientos o preocupaciones que yo suelo tener, así que funcionan como alter ego muchas veces o, simplemente, los personajes ejercen de portadores de frases que previamente escribo y que me apetece compartir con el espectador (de ahí que mis obras casi siempre tengan mensajes incorporados a modo de cartela, de bocadillo de cómic…).
Decíamos que Begmont pinta e ilustra; esas son sus disciplinas de trabajo pero cultiva dentro de ellas técnicas y formatos diversos en función de sus intenciones estéticas o comunicativas: Suelo trabajar en técnica mixta sobre lienzo, aunque también uso papel o madera en los pequeños formatos, donde predomina el gouache. Me encanta la potencia de color que tiene y ese acabado mate y liso (muy de obra gráfica) que proporciona, y luego los efectos de agua que se consiguen al mojarlo. También uso acrílico y tinta china negra (a raudales un tiempo atrás) para remarcar bordes, escribir los mensajes, crear zonas de textura usando técnicas como la del falso grabado… etc. Todo esto lo combino con el collage y el dibujo a lápiz (pego cartelas o mensajes con las cuñas de los bastidores, tramados de papeles en los fondos, dibujo sobre el gouche con lápiz o garabateo sobre el lienzo buscando texturas diferentes). Creo que esto último es herencia de mi pasión por el álbum ilustrado y la ilustración en general.
Los formatos son muy diversos, desde obra de pequeño tamaño (15×15) a obra más grande (1,50 x 1,50 cm). Me gustan mucho los formatos cuadrados y disfruto haciendo composiciones de lienzos que establecen un diálogo entre ellos o que forman parte de una misma serie donde se completa una secuencia.
Sus referencias también son muy variadas. Dada la importancia de la palabra en su obra, le interesa la literatura, pero también se fija en el cine autoral de estética definida y cuidada y suele trabajar escuchando música; menciona algunos de sus cantantes favoritos. En lo estrictamente plástico, cita a pintores figurativos en cuya obra resulta fundamental el análisis de la esfera cotidiana o de las emociones, también a ilustradores esenciales y a artistas urbanos. Atiende en cualquier caso Begmont a las representaciones de la soledad: Supongo que, como en la mayoría de la gente que se dedica a crear, mis influencias no solo son plásticas, también de diversa índole. En mi caso, como la palabra tiene tanto peso en mis obras, autores como por ejemplo Eduardo Galeano, Gabriel García Márquez, Saramago, Paul Auster… me han inspirado mucho a la hora de crear frases o dibujos de partida para una obra.
El cine también ha marcado muchas de mis obras, sobre todo autores con una estética personal como Aki Kaurismaki, que tiene repleta su filmografía de planos que, en sí mismos, podrían ser obras listas para enmarcar o las películas de Jacques Tati (Trafic, Mon uncle), de Hitchcock (de hecho una de mis exposiciones se tituló “Mac Guffin”) y muchos más autores…Y la música, claro, siempre está presente mientras pinto… desde Billy Holiday, Johnny Cash o Van Morrison al indie español, como Xoel López, o me paso a escuchar a Wim Mertens… En fin, nombres muy muy variados, pero no podría vivir sin música, eso es verdad.
Mi obra va muy ligada a la ilustración; grandes ilustradores, diseñadores y dibujantes como Edward Gorey, Saul Bass, Shaun Tan, Marjane Satrapi, Ana Juan, Andrés Rábago “El Roto“ (su obra pictórica me encanta )… también me han marcado mucho. He ilustrado algunos libros infantiles, de editoriales asturianas, como Deva y yo, Palabras para Martín y también algún trabajo en ilustración para Turismo de mi ciudad, Gijón.
En cuanto al arte, de nuevo mis influencias son muy variadas. Me he dedicado y me dedico también profesionalmente a la restauración de arte y las pinturas murales del Románico me apasionan. En Asturias hay mucha pintura románica rural y he restaurado algunas de esas pequeñas capillas en pueblecitos perdidos; verlas de cerca ha influido mucho en mí estéticamente (temáticamente no, claro ) sobre todo en mis obras del principio (el colorido , el contorno negro remarcando las imágenes, la ausencia de perspectiva, la isocefalia…).
Entre los pintores que me han influido, puedo citar desde Edward Hopper, David Hockney, Alex Katz, el realismo de Isabel Quintanilla, las casas ardiendo de Lois Dodd, Munch y el posterior expresionismo alemán… También artistas urbanos actuales; me parece que hay un nivelazo en nuestro país en arte urbano, como Hyuro o Cinta Vidal. Bueno, son muchas las referencias… pero sí que tiendo, sin buscarlo (o buscándolo quizás) a fijarme en artistas que representan el aislamiento y la soledad. Es algo que siempre acaba apareciendo en mis obras y en sus títulos, como en “Soledades compartidas”.
A la hora de citar los proyectos más significativos de su trayectoria, Begmont se refiere a la exposición de la que empezábamos hablando: “Los beneficios de la maleza”, la última que ha llevado a la Galería Lucía Dueñas. Llegaba tras casi cuatro años sin pintar, y la artista estableció sus propias comparaciones botánicas sobre ese periodo: Mucho tiempo sin pintar, es mucho tiempo…Y durante ese tiempo, si hubiera sido un jardín, un terreno, un trocito de tierra, con toda seguridad me hubiera crecido una maleza, me hubiera invadido.
Según el diccionario, Maleza es espesura, abundancia de malas hierbas. Son plantas consideradas molestas, que crecen en lugares indeseados e invaden cultivos. Pero no toda la maleza es negativa, a veces trae beneficios. Evolucionan para adaptarse a condiciones adversas, son abrigo de otros seres vivos, otras son comestibles o medicinales, incluso cubren y nutren con rapidez tierras devastadas por incendios y terrenos.
Yo he querido, he necesitado ver estos beneficios…, por eso a los personajes que deambulan en estas obras les brota la maleza, les crece y ellos no se muestran incómodos o atrapados. Han aprendido a convivir con ella, como yo lo he hecho durante este tiempo y han sabido ver sus ventajas, se han adaptado, han mejorado, crecido y alimentado gracias a ellas. Han descubierto “los beneficios de las malezas” ya que, quizás, no todo lo que en apariencia es malo lo sea . Quizás, simplemente nos ayude a crecer.
Otra de sus series la ha dedicado a las constantes vitales y abordó pulso, temperatura, tensión y respiración desde un enfoque poético y no exento de ironía; se refería también a la resiliencia: los parámetros vitales de sus figuras se ven alterados pero ellas no se rinden. En la citada Mac Guffin convierte en su pista falsa, su excusa argumental, una caja blanca, nexo común en el planteamiento de varias tramas vitales y en Mudanzas al mismo lugar se refería, desde su habitual estética naif y cercana al cómic, a esos desplazamientos vitales que no requieren de movimientos físicos. Por su parte, en De continuo… presentó un retablo o altar compuesto por pequeñas escenas relativas a situaciones o estados de ánimo a los que la vida nos enfrenta.
Entre sus proyectos de ilustración, destaca el también mencionado Deva y yo: su obra acompañó un texto de Vicente García Oliva editado en 2011 por Pintar-Pintar.
Nos avanza Begmont que pronto expondrá de nuevo en Oviedo: Ahora estoy gestando la que será mi próxima exposición, de nuevo en la Galería Lucía Dueñas, y se llamará “Itinerarios diarios“. Aún no sé muy bien hacia dónde me llevarán los bocetos que estoy realizando, pero sí sé que quiero hablar de sacar de lo rutinario y aburrido algo poético y personal, veremos a ver dónde acaba el proceso…
Me gustaría ser positiva frente a futuros proyectos pero, tristemente, la cultura en épocas de crisis siempre se resiente un poco más cada vez y los proyectos muchas veces se quedan por el camino. Sin ir más lejos, este año teníamos (dos artistas más y yo) que haber llevado obra a la Berlín Gallery Weekend, con un proyecto subvencionado por el Principado de Asturias, y con la colaboración de las galerias asturianas y sus artistas, y se retiró la subvención por falta de fondos. Se quedan muchas cosas en el tintero y casi siempre es por escasez de medios. Es una pena.
Podemos seguir los pasos de Begmont en su web: https://begmont.webnode.es/; también en Facebook e Instagram.
