Entrevistas

Entrevista a Nicolás Paris

 

Nicolás Paris. Galería Elba Benítez

La galería Elba Benítez acoge hasta el próximo mes de abril una muestra del colombiano Nicolás Paris, para la que ha contado con la colaboración de la curadora Mª Belén Sáez de Ibarra, directora del Museo de Arte de la Universidad Nacional de Colombia.

“Nicolás Paris: el diálogo, el rumor, la luz, las horas o (lugar para observar el proceso de transformación)” es un proyecto concebido específicamente para el espacio de la galería y en el que el artista pone sobre la mesa, también en sentido literal, algunos de sus intereses. No es una exposición al uso y quienes acudan a verla tendrán en realidad la experiencia de asistir a un laboratorio de ideas.

El mayor interés de Paris a la hora de trabajar como artista es poner a prueba estrategias de educación y aprendizaje y especular con ellas. Por eso considera que los procesos de difusión son más importantes que los de producción de la obra.

Quedamos con Nicolás Paris, recién llegado a Madrid, para hablar sobre su trabajo y tener la posibilidad de entender mejor cuáles son sus inquietudes como artista.

¿Cuál es el planteamiento que gira en torno a tu producción?

Me interesa mucho la idea de la contemplación y no la acumulación. No hacer unas obras para justificar una exposición, sino que es más poder tomarse el tiempo para encontrar relaciones entre ciertos “objetos” y construir constelaciones.

Desde que empecé a trabajar como artista intento facilitar proyectos de mediación entre la práctica curatorial y los departamentos de educación de las instituciones, pensando siempre que el arte es una herramienta y que el espectador tiene la posibilidad de decidir qué quiere aprender.

 

¿Es habitual en tu trabajo este tipo de proyectos específicos como el que has preparado para la galería Elba Benítez?

Sí. Suelo hacer casi siempre proyectos específicos. Expongo muy poco en galerías. Aprovecho estas oportunidades de trabajar en una galería para asumir riesgos y es como un resumen de los procesos propios de aprendizaje que he llevado a cabo con las instituciones culturales. Son procesos muy largos, muy complejos, en los que se invierte mucho tiempo, y el resultado acaba siendo como un rumor, algo muy basado en la palabra.

Aquí trato de exponer una serie de reflexiones sobre los eventos que voy llevando a cabo con otras personas.

 

Tienes formación como arquitecto pero decidiste ser maestro, ¿en qué momento das el salto al mundo del arte?

En 2004 empecé a trabajar en un municipio de Colombia muy apartado que se llama La Macarena, en Meta. Primero trabajé en el 2000 como profesor de escuela rural y luego regresé con un equipo para formar un grupo de 17 profesores para desarrollar un modelo educativo piloto. Después de 4 años terminamos el proyecto y fue entonces cuando tomé la decisión de cambiar de plataforma y casi fue una consecuencia derivada de mi propia personalidad. Fue una decisión muy consciente porque vi que el arte contemporáneo es un lugar ideal para engranar sus intereses.

 

¿Y cuáles son esos intereses?

Creo profundamente que el arte más que ser un intercambio de servicios y de objetos es un intercambio de reflexiones. Creo que el arte es un sistema de pensamiento en sí y me gustaría pensar que una de mis responsabilidades o de mis intereses es producir conocimiento. No necesariamente un conocimiento que va a cambiar algo sino un conocimiento que nos va a permitir encontrar nuevas formas de estar juntos o de hacer las cosas.

 

¿Cómo influye el arte en los cambios de una sociedad?

Tratar de ser profesor y de llevar a cabo proyectos de aula usando el arte como herramienta para presentar o proyectar ideas, y no como una técnica de representación, realmente facilitó mi proceso de aprendizaje como profesor e hizo más divertido el aprendizaje de los alumnos porque también les fue más fácil entender conceptos.

Empecé a descubrir cosas que en términos de estrategia y táctica son muy poderosas y que hoy en día son las ideas sobre las que sigo trabajando. Así que más que una transformación de la sociedad me atrevo a decir que es una transformación individual basada en procesos lentos de aprendizaje.

Nicolás Paris. Galería Elba BenítezHáblanos de la importancia del entorno en tu trabajo.

Una parte importante de mi investigación es el taller, y me gusta proponerlo como un soporte en el que la palabra es un elemento plástico al cual le damos forma y producimos ideas o reflexiones. Muchas veces las obras que produzco terminan siendo ayudas visuales para apoyar los procesos de diálogo en estos talleres.

Los talleres son una obra en sí misma, efímera, pero que también pertenece a esa idea de rumor, de cómo construimos un ambiente de diálogo e intercambio. Construcciones que no tienen que ver con la práctica de diseñar espacios sino con los procesos de construir lugares, sobre la luz, el rastro, el encuentro, el error… Situaciones que nos permiten crear memoria. Me interesa la gente. Es crear una pedagogía inestable, no es una relación de artista-espectador o profesor-estudiante. La pregunta no es qué es el arte, sino dónde sucede y la respuesta es en el tiempo. El espacio se vuelve herramienta de aprendizaje y el tiempo se vuelve el lugar donde el arte acontece. La persona abandona la galería y empieza a conectar y solo ahí el arte se vuelve poética.

 

¿Quiénes son tus principales referentes?

Mi mayor influencia ha sido ser profesor. Pero también hay personajes que me han influenciado por su forma de pensar, desde David Bowie, a Buckminster Fuller, Yona Friedman, Bruno Munari y Paul Klee.

 

¿Por qué crees que el arte colombiano está viviendo este proceso de expansión internacional?

Hay algo que tiene que ver con un movimiento de apertura, sobre todo de actitud, de posibilidades de aprendizaje, de intercambio.

Simplemente, me atrevo a decir que es un cambio generacional acompañado de un giro en la actitud política, menos centralista. Quiero pensar que todo esto está a su vez relacionado con la reforma de la Constitución de 1991, que es recientísima, y que es la que está rigiendo mi generación.

 

 

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