Lo que Londres unió tras la guerra

El Museo Picasso repasa el arte nacido en la capital británica tras la II Guerra Mundial

Málaga,
Francis Bacon. Tres figuras y retrato, 1975. © Tate, Londres 2017 © The Estate of Francis Bacon. Todos los derechos reservados. DACS/VEGAP, Málaga, 2017
Francis Bacon. Tres figuras y retrato, 1975. © Tate, Londres 2017 © The Estate of Francis Bacon. Todos los derechos reservados. DACS/VEGAP, Málaga, 2017

Meses después de que el Museo Guggenheim Bilbao contrastase su obra con la de maestros clásicos, el Museo Picasso Málaga exhibe de nuevo esta primavera pinturas de Francis Bacon, esta vez no para que entablen diálogo con obras del pasado sino con la de artistas con los que compartió ciudad (Londres) y en muchos casos amistad y diálogo intelectual: Lucian Freud, Michael Andrews, Frank Auerbach, David Bomberg, William Coldstream, Ronald B. Kitaj, Leon Kossoff, Paula Rego y Euan Uglow. Buena parte de las pinturas expuestas han sido cedidas por la Tate Modern, centro con el que el MPM ha organizado la muestra, que ha sido comisariada por Elena Crippa, conservadora del departamento de arte moderno británico en la Tate.

Todos los artistas representados desarrollaron su producción en la capital británica en el ambiente incierto y vital que siguió a la finalización de la II Guerra Mundial y, al margen de sus vínculos, desarrollaron posicionamientos creativos personales a la hora de representar la riqueza y ambigüedades de la condición humana acabado un conflicto tras el que nada parecía poder seguir igual.

Eran los cincuenta, componían un pequeño grupo de pintores, se admiraban y en su producción todos ellos estudiaron, con el necesario contexto de devastación detrás, la apariencia y la fragilidad del cuerpo humano. Tomando como referente su paisaje cotidiano londinense y los modelos de los familiares y amigos que les eran más próximos, estos artistas quisieron transmitir, con más o menos crudeza, la esencia vital y delicada de nuestra condición desde una intensidad casi desconocida hasta entonces.

La mayoría suscitó pronto el elogio de la crítica, pero el fervor del público se hizo más de rogar, entre otras razones porque el arte centrado en la figura humana no fue el más valorado entre los sesenta y los ochenta, años favorables a la abstracción y al arte conceptual. (Eran populares y pobres, ha dicho hoy Grippa).

Lucian Freud. Leigh Bowery, 1991. © Tate, Londres 2017 © The Lucian Freud Archive/Bridgeman Images
Lucian Freud. Leigh Bowery, 1991. © Tate, Londres 2017 © The Lucian Freud Archive/Bridgeman Images

Aunque en la guerra el Reino Unido no fue invadido, sí desarrolló un rol estratégico, sobre todo en el desenlace de la contienda y acogiendo a quienes, desde diversos países centroeuropeos, escapaban del nazismo. Esas circunstancias motivaron que en la capital británica coincidieran y expusieran artistas de orígenes e intereses iniciales muy distintos, la mayoría con el nexo común de la reivindicación de la figuración frente a la abstracción imperante.

Buena parte de estos artistas solían coincidir en locales del Soho londinense y retrataban sobre todo a personas de su círculo inmediato, a su entorno más íntimo. Auerbach desde la tridimensionalidad, Bomberg desde la emoción, Freud desde la carne, Coldstrean desde el rigor, Kossoff desde lo visceral y Uglow, desde la proporción, creaban a partir de encuentros directos con lo que querían representar, trabajando a veces en numerosas sesiones de posado a lo largo de meses o años, mientras Andrews, Kitaj, Rego y Bacon lo hacían a partir de imágenes ya reproducidas en fotografías, películas, libros, revistas y periódicos u obras de arte.

El cuerpo humano fue su tema fundamental, pero también se fijaron en el paisaje y en las calles de Londres, porque el panorama urbano de una ciudad varias veces bombardeada y en reconstrucción ofrecía muchas posibilidades a estos jóvenes pintores, que siguieron pintando la ciudad a menudo en los cincuenta y los sesenta. También representaron no pocas veces su estudio o paisajes menos familiares inspirados en sus viajes.

 

“Bacon, Freud y la Escuela de Londres”

MUSEO PICASSO MÁLAGA. MPM

Palacio de Buenavista

c/ San Agustín, 8

29015 Málaga

Del 26 de abril al 17 de septiembre de 2017

 

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