Tras Margaret Salmon, Hannah Rickards, Andrea Büttner, Laure Prouvost y Corin Sworn, Emma Hart se convirtió el año pasado en la sexta ganadora del Premio Max Mara, que concede bianualmente esta firma en colaboración con la Whitechapel Gallery de Londres desde 2007 y que está destinado a mujeres artistas que viven y trabajan en el Reino Unido y que hasta ahora no han presentado una muestra individual importante. Las ganadoras se benefician de una residencia de seis meses en Italia para la realización de un proyecto artístico y de la presentación final del mismo tanto en la Whitechapel como en la sala Maramotti de Reggio Emilia.
Hart, que vive y trabaja en Londres, la ciudad donde nació en 1974, presenta este verano en la Whitechapel Mamma mia!: la instalación a gran escala que llevó a cabo en Italia en la segunda mitad del año pasado, en tres escenarios: Milán, Todi y Faenza.
Se trata de una serie de cabezas de cerámica de gran tamaño entre las que la artista ha buscado establecer cierta relación de diálogo. Cada una de ellas se asemeja a una jarra: narices y bocas parecen caños. La artista las produjo en colaboración con artesanos cerámicos de Faenza y cada una de ellas presenta patrones diseñados y pintados a mano por Hart tras investigar a fondo las tradiciones italianas.
Estos patrones visuales contienen mensaje subyacente: remiten a patrones sociológicos y psicológicos vinculados a Italia y a los países mediterráneos y también a la experiencia de Hart en un entorno desconocido.
Su residencia se adaptó a los intereses de la artista, que en Milán asistió a clases sobre terapia familiar sistémica en la Escuela Mara Palazzoli, en Roma visitó monumentos funerarios junto a la investigadora Katherine Huemoeller para profundizar en las estructuras familiares y sociales de la época clásica y en Todi aprendió los pormenores de la realización de la cerámica vidriada (mayólica), antes de, finalmente, profundizar en Faenza en nuevas técnicas cerámicas.
Hasta la fecha, Emma Hart ha dedicado su producción a la plasmación de la peor cara de las rutinas cotidianas: la confusión, las náuseas y el estrés que también apareja la costumbre. Apasionada por la captación de lo real con todas sus consecuencias, Hart ha utilizado en más ocasiones cerámica para crear instalaciones claustrofóbicas que implican emocionalmente al espectador y que manejan el humor negro.
Tras la presentación de este proyecto en la Whitechapel, Hart llevará su trabajo a Reggio Emilia, el próximo octubre, y a la Fruitmarket Gallery escocesa, en la primavera de 2018.
“Emma Hart. Mamma mia!”
77-82 Whitechapel High Street
Londres
Del 12 de julio al 3 de septiembre de 2017
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