Ellen Gallagher, de monocromía y esclavitud

El Centro Botín presenta su mayor muestra española

Santander,

Su producción, de la que suele destacarse su imaginación y virtuosismo, adopta referencias de la mitología, la naturaleza, el arte y la historia social y viene tomando forma, desde hace tres décadas, en medios muy diversos: desde la pintura a la animación pasando por el dibujo, los relieves, los collages, los grabados, la escultura o el cine.

Ellen Gallagher, nacida en Rhode Island en 1965, se confiesa influida por la estética de Agnes Martin y la escritura de Gertrude Stein y sus obras apuntan a los tics de la cultura de masas, pero también a la biología y la fauna, a la raza o a las esencias de la abstracción (mental). En sus procesos aúna técnicas y materiales en una forma sincrética, recurriendo a la acumulación y el borrado de medios: el resultado son superficies topográficas, talladas, incrustadas, montadas, impresas, grabadas o manchadas.

Vista de sala de la exposición "Ellen Gallagher with Edgar Cleijne: A law… a blueprint… a scale". Centro Botín, 2022
Vista de sala de la exposición “Ellen Gallagher with Edgar Cleijne: A law… a blueprint… a scale”. Centro Botín, 2022

Su primera gran muestra en España abrirá sus puertas mañana en el Centro Botín: “Ellen Gallagher with Edgar Cleijne: A law… A blueprint…A scale” reúne pinturas y obras sobre papel realizadas en los últimos veinte años, así como tres instalaciones fílmicas que ha llevado a cabo con Cleijne, autor holandés que ha trabajado en intervenciones en el paisaje urbano a la hora de plantear sus reflexiones sobre las relaciones entre individuo y Estado, entre elecciones personales y urbanismo.

Se nos ofrece en Santander un recorrido inmersivo en el que tienen cabida indagaciones identitarias y profundidades marinas: un diálogo con el Atlántico, cuyas aguas conectan fácilmente con las habituales imágenes fluidas de la americana y con sus pretensiones, de tono arqueologicista, de hacer aflorar narrativas ocultas (subacuáticas) vinculadas a la violencia implicada en ciertos pasados colonialistas.

Veremos sus Pinturas negras, serie de obras monocromas que comenzó en 1998 y que remiten justamente a la percepción desde Occidente de razas y etnias, y también parte de Extático acuoso, un conjunto aún en desarrollo de trabajos sobre papel que inició en 2001 y que propone retazos de una historia natural alternativa en la que asocia formas biomórficas nada simples al mítico reino submarino de Drexciya, que Gallagher vincula con la trata de esclavos justamente en el Atlántico.

Vista de sala de la exposición "Ellen Gallagher with Edgar Cleijne: A law… a blueprint… a scale". Centro Botín, 2022
Vista de sala de la exposición “Ellen Gallagher with Edgar Cleijne: A law… a blueprint… a scale”. Centro Botín, 2022
Vista de sala de la exposición "Ellen Gallagher with Edgar Cleijne: A law… a blueprint… a scale". Centro Botín, 2022
Vista de sala de la exposición “Ellen Gallagher with Edgar Cleijne: A law… a blueprint… a scale”. Centro Botín, 2022

En cuanto a las instalaciones fílmicas realizadas junto a Cleijne, con quien colabora desde 2004, se han reunido Highway Gothic, Better Dimension y Osedax. La primera, que es también la más reciente y consta de proyecciones en 16mm y cianotipos impresos en tela y sobre película de 70mm, medita sobre las consecuencias, tanto culturales como ecológicas, de la construcción de la Interstate 10, la autopista que atraviesa el delta del Mississippi y bordea Nueva Orleans. La segunda está formada por paneles exteriores de madera que han sido serigrafiados con textos y gráficos tomados de prensa y de folletos del ilusionista Black Herman y del jazzista Sun Ra. En su interior asistimos a la proyección de varias diapositivas pintadas junto a una cabeza John F. Kennedy suspendida en el aire y girando sobre un LP de vinilo negro: el espacio se plantea aquí como lugar de conquista, pero también como una ruta de escape.

Por último, Osedax se ha instalado bajo el Botín, relacionándose de manera directa con el mar. Hace referencia a la llamada caída de ballenas; con esa expresión se conoce en ciencia el descenso de los cadáveres de esos mamíferos a zonas abisales, donde son devorados por los carroñeros. Esa es la razón del título de la obra (Osedax significa comedor de huesos en latín); aquí se alude a un género de anélidos necrófagos que se alimentan de los restos de las ballenas y otros animales marinos. Se hace inevitable pensar que, por su situación respecto al Cantábrico, el museo santanderino es uno de los espacios más adecuados para exhibir estas investigaciones en torno al movimiento constante de la materia y la energía desplegados en las profundidades oceánicas.

Gallagher y Cleijne, por cierto, serán los encargados de dirigir este verano el taller de artes plásticas para artistas internacionales que una vez más ofrecerá este espacio. Sabemos que incluirá la creación participativa de cianotipos, uno de los procesos fotográficos de impresión más antiguos, que se caracteriza por el empleo del tono azul cian, o azul de Prusia, producto de la exposición a la luz ultravioleta.

Edgar Cleijne y Ellen Gallagher. ighway Gothic (fotograma), 2019. Cortesía de los artistas. © Edgar Cleijne y Ellen Gallagher
Edgar Cleijne y Ellen Gallagher. Highway Gothic (fotograma), 2019. Cortesía de los artistas. © Edgar Cleijne y Ellen Gallagher

 

 

“Ellen Gallagher with Edgar Cleijne: A law… A blueprint…A scale”

CENTRO BOTÍN

Muelle de Albareda s/n

Jardines de Pereda

Santander

Del 14 de abril al 11 de septiembre de 2022

 

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