El Museo del Prado ha anunciado hoy el acervo de su nueva Biblioteca Digital, que ofrece libre acceso a 5.600 números de revistas y a 6.000 libros especializados en literatura artística y publicados entre finales del siglo XV y principios del pasado siglo XX. En total se han digitalizado más de 1.700.000 páginas, se ha revisado la catalogación de 1.400 libros antiguos y se han catalogado otros 220 libros raros y 2.000 estampas pertenecientes a cartillas de dibujo. A menudo, estos libros raros fueron escritos o ilustrados con estampas de autores como Durero, Rubens, Giordano, Anibale Carracci, José y Federico de Madrazo, Goya, Luis Paret, Fortuny, William Hogarth, Gustave Doré o Toulouse-Lautrec.
Este nuevo espacio virtual, además de favorecer la preservación de los fondos bibliográficos originales al reducir su uso y manipulación, puede constituir una herramienta muy útil para la investigación histórico artística y se ha incorporado, además, a Worldcat, el mayor catálogo colectivo internacional de bibliotecas de arte y de museos gestionado por OCLC, y a Art Discovery Group Catalogue.
Existe una evidente relación entre las colecciones bibliográficas y las artísticas del Prado y se hace patente a través de esta web, ya que la Biblioteca Digital es la vía más importante para consultar las fuentes que han sostenido la historiografía del arte europeo, además de las publicaciones con las que contaban los artistas en sus bibliotecas y que servían de apoyo teórico e iconográfico a su producción. Hasta el momento, el patrimonio bibliográfico del Museo sólo era accesible para los usuarios que podían consultarlo en la sala de lectura de la Biblioteca, en el Casón del Buen Retiro; ahora podrá ser accesible y reutilizable gratuitamente a través de la web, como ocurre con el Archivo Digital y la colección artística.
La primera Biblioteca Digital de la pinacoteca se puso en marcha en 2012 con la intención de montar un repositorio que albergara la producción científica del Museo, fruto de su actividad investigadora, y permitiera la consulta de todos los catálogos de colección, razonados o de exposiciones publicados por el centro entre 1819 y 1996. En paralelo, se inició un proceso de digitalización del fondo antiguo que culmina con la presentación de esta Biblioteca Digital, que ha podido desarrollarse con fondos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), con los que se ha adquirido el sistema Digibib de la empresa Digibís para gestionar los objetos digitales y sus metadatos.
Ese sistema de gestión de la biblioteca digital cuenta con un potente buscador que permite recuperar por texto libre todas las palabras contenidas en las publicaciones, ya que se ha digitalizado con ORC. Además, ofrece un formulario de búsqueda avanzada que posibilita la búsqueda combinada por distintos campos bibliográficos y un buscador alfabético de títulos y autores; los resultados de la búsqueda, que se muestran en listado o en mosaico, se pueden ordenar por diferentes criterios y facetar por lugares, fechas, descriptores de materias, personas e instituciones, mientras el visor de imágenes permite descargar y visualizar los objetos digitales en formato pdf y jpg, además de ampliar, reducir, y voltear las imágenes.
Por último, y con el objetivo de aumentar la visibilidad y la reutilización de las colecciones, todas las obras digitalizadas se van a agregar por sistemas de recolección a Hispana, el portal de acceso al Patrimonio Digital Español, y desde ahí a Europeana, la biblioteca digital europea de acceso libre.
Las obras digitalizadas se han organizado por secciones, para facilitar la visita temática o la visualización de contenidos por tipologías documentales. Estas secciones y subsecciones vienen a reflejar las características y la calidad del fondo bibliográfico raro y antiguo conservado en la Biblioteca del Prado.
El primero de esos apartados es el de los manuscritos: la Biblioteca Digital reúne una selecta colección de ellos en varias materias, desde las colecciones y técnicas artísticas, a la tratadística, la religión o la ingeniería. Pueden destacarse la copia manuscrita de hacia 1600 del Comentario de la pintura y pintores antiguos de Felipe de Guevara (hacia 1560), que contiene las primeras referencias a las pinturas de El Bosco coleccionadas por Felipe II en el Escorial; la carta ejecutoria de hidalguía a favor de Alfonso Garrido de 1795, meticulosamente iluminada; y la Memoria sobre la purificación del carbón de piedra (1785) del ingeniero Agustín de Betancourt, con dibujos técnicos a la aguada de tinta china.
El segundo se centra en las cartillas de dibujo, formadas por estampas de fragmentos corporales y de figuras humanas completas que servían para ejercitarse en la práctica del dibujo a partir de su copia constante y progresiva. Sobresalen las que siguen los modelos de la familia Carracci y las de José de Ribera, así como los tres ejemplares de cada una de las cartillas de José García Hidalgo y de Matías de Irala.
Asimismo, la consulta de los catálogos antiguos de subastas o de ventas de obras de arte puede resultar vital para estudiar la procedencia de los bienes culturales en colecciones públicas o privadas. En ese sentido, cabe resaltar el Atelier de Fortuny, que guarda una descripción pormenorizada de las pinturas, dibujos y estampas de Mariano Fortuny y de los objetos de su colección (armas, tejidos, bronces, marfiles, cerámica hispanomusulmana) que se subastaron en París en 1875, después de su muerte. Uno de los dos ejemplares digitalizados contiene anotaciones manuscritas con los precios de remate de las piezas.
Por su parte, la sección de publicaciones del Museo guarda la producción científica generada por el Prado que ya se mostraba en la anterior Biblioteca Digital, pero ampliando hasta 2007 el arco temporal de las publicaciones, y la de revistas está integrada por casi un centenar de títulos de publicaciones periódicas que albergan a su vez unos 5.600 números. En la mayoría de los casos, se trata de revistas ilustradas, principalmente del siglo XIX, como L’Art: revue hebdomadaire illustre (1875-1907), de gran formato e ilustrada con aguafuertes, en la que se dieron a conocer en 1877 las cuatro estampas adicionales de los Disparates de Goya. Entre las españolas sobresale El artista, impulsada por Federico Madrazo e ilustrada con litografías, destacada en el contexto del romanticismo español. Igualmente, se conservan diversas revistas culturales ornamentadas con litografías o xilografías a contrafibra, como El Semanario Pintoresco Español (1836-1857), El Museo Universal (1857-1869), La Ilustración Española y Americana (1869-1921), La ilustración artística (1882-1916) y Arte en España (1862-1870). Otro capítulo lo constituyen las guías de forasteros, el conjunto de revistas de moda y el de temática satírica con títulos como Charivari, La flaca, Gil Blas o Le Rire, periódico humorístico francés con litografías de Toulouse-Lautrec.
La tipología de libros impresos cuenta con más de 4.000 libros digitalizados y diversas subsecciones, como los tratados de arquitectura (Vitruvio, Serlio, Palladio, Vignola, Andrea del Pozzo, Viollet-Le-Duc, Hector Guimard, Otto Wagner), los tratados artísticos (Alberti, Leonardo, William Hogarth, Juan de Arfe, Carducho, Pacheco, Palomino), los de anatomía (Vesalio, Juan Valverde de Hamusco, Durero, Lavater, Charles Le Brun), libros de iconografía (la Iconología ilustrada de Cesare Ripa, diversas ediciones de la Metamorfosis de Ovidio), libros de emblemas (Alciato), de fiestas (dedicados a entradas triunfales, bodas, nacimientos o funerales reales), libros de viajes, diccionarios de artistas y términos de arte, de Vasari a Baldinucci, y objetos digitales sobre historia del arte español y europeo, incluyendo bastantes libros de estampas publicados entre los siglos XVIII y XIX para difundir colecciones artísticas de casas reales. Veremos también monografías de artistas -muchas publicadas en la segunda mitad del siglo XIX e ilustradas con fotografías-, retratos y más de un millar de obras digitalizadas de gran rareza y valor histórico, difíciles de etiquetar.
La Biblioteca Digital facilita a los interesados crear colecciones de objetos digitales de diversos asuntos y, como proyecto vivo, planteará nuevas colecciones próximamente, entre ellas De viaje por España, dedicada a los viajeros que eligieron nuestro país como destino en el siglo XIX.
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